Xander
—¿Te gustó?
Pregunto mientras veo a Sam terminar de comer.
—Estuvo muy rico, tu mamá debió ser muy buena cocinera, la tarta fue lo mejor.
—Realmente no lo era pero nunca dejaba que eso la detuviera, siempre volvía a intentarlo de nuevo.
—Suena a que era una gran mujer.
—Lo era y era hermosa, la mujer más dulce que he conocido.
—Daniel dice que te pareces a ella, debe ser verdad porque también eres bello y dulce.
Puedo sentir el calor en mis mejillas, espero que no note mi sonrojo. Es la primera persona que dice que soy bello.
—Gracias, creo—. Dejo salir una risa nerviosa—. Si nos parecemos pero solo por el cabello castaño oscuro, los dos tenemos sus ojos.
—Sí, Daniel lo mencionó.
—¿En serio? Él no suele hablar de mis papás, no le gusta.
—Sí, hemos hablado de muchas cosas últimamente.
—¿No se supone que no debe discutir su vida contigo?
—Cuando era mi psicólogo pero ahora somos amigos ¿no te contó?
—Alguna vez dijo algo así... Es sorprendente.
—¿Qué es sorprendente?
—Daniel, él ha cambiado bastante, es más abierto estos días.
—Bueno, creo que necesitaba trabajar un poco en sí mismo y hablar con alguien.
No me había dado cuenta hasta este momento lo cercanos que Daniel y Sam se han vuelto, no sé cómo me siento al respecto, no sé si me agrada.
Después de la cena nos movemos a los sillones de la sala, me acerco para besarla y ella no se resiste, conforme el beso se vuelve más intenso mis manos se mueven a su espalda, sus manos se aferran con fuerza al cuello de mi camisa. Empiezo a recorrer su cuello con mis labios, dando pequeños besitos, Sam susurra mi nombre y yo me animo a bajar el cierre de su vestido entonces ella se aparta.
—Xander, detente.
Me mira con los ojos muy abiertos como si temiera mi reacción y pone una mano sobre mi pecho para evitar que vuelva a acercarme. Creí que ella también quería esto pero parece que estaba equivocado.
—Si no quieres hacerlo está bien, no vamos a hacer nada que no quieras.
La veo relajarse y soltar el aire que estaba conteniendo ¿realmente creía que iba a estar molesto por esto? Tal vez alguien le hizo algo así antes.
—Tranquila, está bien.
—Perdón, es que no me siento lista para esto, yo...
—No tienes que pedirme perdón, entiendo.
Baja la vista a sus manos casi como si se avergonzará y luego vuelve a mirarme.
—No recuerdo la última vez que hice esto porque quería y no porque tenía miedo de lo que pasaría si no—. Se detiene y parpadea, me parece que está tratando de no llorar—. No es por ti.
—No te preocupes—. Tomo su mano y ella no la retira, eso me da más confianza—. Esperaremos hasta que te sientas lista.
—Gracias por entender y por estar dispuesto a esperar.
—Solo quiero que estés bien Sam.
Ella no dice nada, solo sube el cierre de su vestido y recarga su cabeza en mi hombro. Hay algo que no deja de dar vueltas en mi cabeza.
ESTÁS LEYENDO
El Recetario del Amor
Romansa"Él está de pie frente a mí, una de sus manos está apoyada en la pared a lado de mi cabeza y la otra en mi cintura, sus ojos no dejan los míos ni por un segundo y casi puedo sentir su aliento acariciando mi piel. Es como si temiera que escape de él...