CAPÍTULO 5. ESE VENDEDOR DE LIBROS ES AUN MÁS BELLO CON MIS LENTES PUESTOS

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Sam

Hoy es lunes, yo odio los lunes. Para mi buena suerte, Axel decidió que quería comprar un libro y yo como buena lectora obsesionada con casi todos los personajes literarios perfectos y perversos, decidí acompañarlo. En este momento estamos caminando hacia una librería recomendada por el Dr. Hale. Si Daniel le dice a Axel que compre un libro en este local,  Axel comprará un libro en este local. Y así es como terminamos aquí, en la librería "Eva's Book Shelf", tiene un lindo aparador, parece que es por la temporada. Cuando cruzamos la puerta nos dan la bienvenida varias filas de libreros de madera pintados de negro, acomodados perfectamente uno a lado del otro. Al final de los pasillos hay unas escaleras también hechas con madera que se pueden mover a lo largo de los estantes para alcanzar los libros que están más arriba. En la esquina hay una pequeña salita, los sillones modernos y la pequeña mesita a juego le dan un toque muy contemporáneo. Me encanta este lugar.

—En la parte de arriba están los libros académicos, vamos allá y luego podemos curiosear en la parte de abajo.

Axel está buscando el nombre del libro en su celular así que no se da cuenta cuando asiento con la cabeza.

—¿Entonces?—Pregunta.

—Que sí, vamos arriba.

Paso a su lado y lo golpeo en la parte de atrás de la cabeza por no ponerme atención, él solo gruñe, como un animal.

Pasamos un rato buscando el famoso libro que debe ser sobre psicología, pues no creo que esos dos hablen de otra cosa, además de mi supongo. Mientras vamos bajando por la escalera veo un poster de un libro que me llama la atención pero soy miope y las letras que dicen cuando sale a la venta son muy pequeñas y no puedo verlas.

—¿Qué dice ahí? No veo bien.

—Pues en ese caso ponte tus lentes—me dice rodando los ojos—, para eso son Sam-Sam.

Está muy entretenido con el libro que lleva en las manos. Empiezo a remover cosas dentro de mi bolso para encontrar esos lentes. Finalmente los encuentro y en ese momento veo como alguien está caminando entre los estantes más cercanos a la caja. Parece que está acomodando libros, debe trabajar aquí. Creo que es un chico. Mis sospechas se confirman cuando sigue caminando y puedo verlo mejor. Es un chico y uno guapísimo.

—¿Ya puedes ver o tengo que comprarte un perro guía?

—Ya puedo ver—le digo poniéndome los lentes—. Ese vendedor de libros es aún más bello con mis lentes puestos.

—Este libro no es—. Cierra el libro y vuelve a subir la escalera—. Ve a ver lo que quieras, yo te alcanzo.

Me doy cuenta que Axel no está poniéndome atención. Lo veo subir de nuevo y me dirijo a los estantes de novelas. Ahora si me encuentro en mi elemento, bueno uno de mis elementos ¿un libro de cocina se consideraría estar en mis dos elementos? Supongo que sí. No sé cuánto tiempo paso mirando los libros pero Axel no vuelve así que no me preocupo. Cuando doy la vuelta por el pasillo choco con algo, más bien alguien, la espalda de alguien. El chico se voltea y es el mismo bello vendedor de libros.

—Disculpa, no te vi—. Le digo acomodando mis lentes.

—No te preocupes—me dice y sonríe— ¿Encontraste algo que te guste?— Dice señalando los libros que llevo en la mano.

—Un par de cositas— digo devolviéndole la sonrisa, tiene una de esas caras amigables.

—Parece que son como un par de pares—. Extiende su mano—. Permíteme ayudarte.

Me río bajito y le paso los libros que en realidad son cinco. Él los toma y se hace a un lado para que yo pueda pasar.

—¿Puedo ayudarte a buscar algo más?—Pregunta.

El Recetario del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora