Daniel
Ya pasaron dos semanas desde el accidente y ya puedo caminar mejor. La doctora dijo que tengo que hacer un poco de fisioterapia antes de volver a mis entrenamientos y justo voy llegando de una sesión. Mis consultas están siendo en línea, afortunadamente la siguiente semana puedo volver a la clínica y a mis propias sesiones. Llego a casa con mi hermano y lo veo salir del auto, me parece que nunca va a volver a dejarme conducir la moto que por cierto sigue en el taller.
Hay algo que no para de dar vueltas en mi cabeza, no he visto a Sam desde hace semanas y Xander no ha salido, me pregunto que sucedió.
—¿Quieres algo de comer?
Pregunta Xander metiendo su cabeza en el refrigerador.
—Dime que no es un sándwich otra vez.
—Es de pavo o de tocino.
—De pavo —. Digo con resignación—. Podríamos comer fuera ¿sabes?
—Tengo que volver a la librería, esto es amabilidad exprés y además ¿qué no tienes un paciente en un rato?
—¡Cierto! Mejor voy a pedir una pizza.
—Bien, puedo esperar 40 minutos.
—Un día podríamos ir a comer con Sam.
Tal vez si yo saco el tema él podría decirme que sucedió. Mi hermano me mira por largo rato y luego parece que decide hablar, por fin.
—Eso me recuerda que tenemos que hablar.
—Según lo que creo, tú ibas a decirme algo.
—Si, yo... —Hace una pausa y se pasa la mano por el pelo—. Iba a regañarte por el accidente.
—Lo siento Xander.
—Estaba muy preocupado, yo estaba muy asustado.
—Estoy bien...
—¡Ya sé que estas bien! Es solo que yo... Después de mamá y papá, yo no podía perderte a ti también—. Se sienta en el sofá—. Estaba aterrado.
Por la cara que pone sé que si le afecto y es lo último que yo quería que pasara. Me siento junto a él y pongo mi mano sobre su hombro.
—Perdóname por haberte hecho pasar por eso, no era mi intención que lo pasaras mal. Solo no estaba pensando.
—Si estabas pensando, pensabas en ella. En ella conmigo—. Él voltea para evadir mi mirada—. Todo fue culpa mía.
—¿De que estas hablando?
—De Sam, hablo de Sam—. Esta vez me mira fijamente—. Se honesto conmigo Daniel, tú la quieres, solo dime la verdad.
—Xander, eso no importa, ella está contigo y así debe ser.
—Yo lo vi en el hospital, como la miraste, como si fuera el sol que sale por la mañana, le dijiste que la quieres.
—Esa noche tenía una contusión y muchos analgésicos, no creo que debas tomarla en serio.
—Yo sé lo que vi, sé que es real aunque digas lo que crees que quiero que digas.
—Alexander, yo nunca me metería entre ustedes dos.
—Ya sé, sé que no lo harías por eso termine con ella.
—¿Terminaste con ella?
—No quiero robarte la oportunidad de estar con ella.
—Si ella quiere estar contigo entonces no me estas robando nada.
—Ella no quiere estar conmigo, ella te quiere, me asombra que no puedas verlo.
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El Recetario del Amor
Roman d'amour"Él está de pie frente a mí, una de sus manos está apoyada en la pared a lado de mi cabeza y la otra en mi cintura, sus ojos no dejan los míos ni por un segundo y casi puedo sentir su aliento acariciando mi piel. Es como si temiera que escape de él...