𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 15

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𝑎 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑣𝑎𝑚𝑜𝑠

Octubre, 2019.

MAXIMUS

De vez en cuando, experimentaba esa sensación.

Tan solo miraba a Luna en alguna ocasión especial y de pronto, me sentía consciente del momento que estaba viviendo.

El tipo de consciencia que te dice: recuerda cada segundo de esto, amigo. Recuerda cada sensación, cada palabra, cada gesto; porque alguna vez, en un futuro lejano o no, tendrás la imperiosa necesidad de revivirlo y no podrás, no podrás pasar por lo mismo, nunca más.

Supongo que es cierto, porque ahora mismo, lo tengo todo. Soy joven, triunfador y ella, eligió estar conmigo.

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Jude: ¿Murió el grupo?

Sebastian: Volvemos en diciembre. Esperamos la fiesta de bienvenida *coff coff*

Caleb: Si hay fiesta, estaré ahí.

Irvin: El problema es que Maximus se volvió una estrella del deporte y ya no nos habla.

Jude: Pero si Max siempre fue una estrella.

Maximus: Y nunca dejé de hablarles, fracasados.

Irvin: Prefiero ser un fracasado y no un traicionero.

Maximus: Vete a la mierda.

Sebastian: *inserte gif de personaje comiendo palomitas*

Jude: Al menos el grupo no murió.

Caleb: Salgo de vacaciones en diciembre. Merecemos un viaje de amigos.

—Hey— Luna, que descansa entre mis brazos, llama la atención. —Prometimos no tocar el celular mientras veíamos la película.

Es verdad. Últimamente nos encontramos cada fin de semana, ella prefiere acudir al departamento que tengo en el campus universitario, su excusa es que aquí hay tranquilidad porque nadie la conoce.

—Lo sé. Pero han aparecido los chicos— comento, lo que despierta su mirada de curiosidad, aunque, también luce enfadada. Descubrí que es un poco gruñona cuando desestimo mis promesas o no cumplo con mi palabra.

Es que, además de comer y tener sexo, también tenemos largas conversaciones a cualquier hora del día y Luna suele obligarme a ver películas, como ahora. Diría que es una verdadera cinéfila, mostrándome filmes de directores franceses o polacos, con tramas profundas y complejas que no logro comprender. Casi nunca lo hago. Lo más probable es que la castaña termine por explicarme de qué va y por qué pasó lo que pasó.

Sin embargo, mantiene la fe en mí. Dijo que debo apartar el teléfono durante la película, asegurando que así no voy a perderme ningún detalle. De todas formas, no creo que esté funcionando. Simplemente no sirvo para eso.

—¿Irvin? —curiosea.

—Mm, sí. Y el resto —pongo la vista nuevamente en el aparato.

Jude: ¿Hacemos video llamada?

Caleb: Claro. Estoy en mi rato libre

Irvin: Me uno.

Maximus: No puedo. Estoy ocupado.

Irvin: ¿Ocupado con qué, Max? ¿Una chica? ¿La conocemos?

Frunzo el ceño y ella lo nota. Irvin está jugando conmigo, molesto porque la última vez le advertí que, si Luna quedaba nuevamente en medio de sus negocios turbios, haría algo al respecto. Además, también le di a entender que la elegía a ella.

—¿Te está molestando, no?

Giro el teléfono para que pueda leer. No hay secretos entre nosotros.

—Es un idiota —murmura, aún más ofuscada—. Ciérrale la boca. Haz la video llamada. Me quedaré aquí y haré silencio.

Maximus: No te importa.

—No. Te prometí que veríamos la película —hago el móvil a un lado, dejándolo en la mesita de noche.

Ella se encoge de hombros.

—De todas formas, no la estás mirando.

—Si lo hago —recrimino.

—¿Ah sí? A ver, ¿Qué intentaban explicar con la metáfora de la primera escena? —indaga, poniéndome en aprietos. En realidad, para responder eso, primero debería entender que demonios es una metáfora—. No lo sabes.

—Bueno, no —reconozco—. Solo quiero quedarme aquí contigo, Lu —potencio el abrazo desde atrás y dejo besos en la curvatura de su cuello. No puedo verla a la cara, pero estoy convencido de que está sonriendo—. Mejor terminamos de ver la película y luego me cuentas a donde te gustaría ir de vacaciones, ¿eh?

A pesar de que noto un pequeño estado dubitativo, Luna acaba cediendo. Percibo su cuerpo nuevamente relajarse entre el espacio de mis brazos y luego, voltea levemente para dejar un beso rápido en mis labios.

Y, a pesar de que abandoné el celular, entender la película continúa siendo una tarea difícil. Por ende, me entretengo jugando con sus manos, paseando los dedos entre los mechones sedosos de su cabello y proporcionando caricias en diversas partes de su cuerpo. Sé que le gusta, ya que no emite ni una sola queja.

Después, conversamos sobre los lugares que le gustaría visitar. Luna hace una lista <<lugares de ensueño que, solo son eso, sueños>> y la otra <<lugares cercanos que le parecen bonitos para visitar>>. Debió ver el brillo de sus ojos cuando hablaba sobre la primera lista y debió de ver el brillo en los míos cuando dijo <<después de todo, cualquier lugar sería un sueño si voy contigo>>.

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