𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 6

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𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒𝑠

Junio, 2018

LUNA

—Lo ignoras todo el tiempo. Ni siquiera lo saludas. ¿Pasó algo entre ustedes y yo no me enteré? —sugiere Danielle. Mientras, realizamos estiramientos, tras correr diez vueltas alrededor del playón indicadas por la profesora de educación física.

Diez vueltas que se sintieron como mil.

—¿Qué va a pasar? —frunzo las cejas, un tanto alborotada. Todo lo que necesito es darme una ducha e irme a casa—. Siempre nos llevamos así —insisto—. No me gustan sus actitudes, eso es todo. No quiero hablar más del tema —sentencio, tocando la punta de mis pies con las manos. Los músculos se tensan por última vez. 

Me dejo caer sentada sobre el cemento y extiendo la mano hasta alcanzar la botella de agua. Bebo un trago larguísimo.

—Cómo digas. Me voy a duchar —expresa.

—Luego voy —digo, pensativa y con un nudo en la garganta. La chica se marcha, al igual que el resto del grupo. Quedo sola, a un costado del playón.

Es evidente que Danielle no creyó una sola palabra. <<No me gustan sus actitudes, eso es todo>>, dije y ni siquiera yo me lo creí. ¿Qué no me gustan sus actitudes? Bueno, una parte de mí no dice lo mismo. Una parte de mí lleva tiempo soñando con Maximus; su voz susurrándome al oído se reproduce una y otra vez como una canción en repetición y en cada ocasión que pasa, vuelvo a experimentar la electrizante sensación. Mi piel erizada, hecha fuego.

Veo ese sitio en mi cuarto y vuelvo a recordarlo, hace un mes, parado detrás de mí como un animal hambriento, sigiloso y astuto, esperando por atrapar a su presa. Lo peor de todo es que, por un instante estuve a punto de dejarme atrapar.

Y desde ese día, he soñado con ese instante, sin parar. Sueño que, en lugar de dejarme ir, me retiene; sus manos se abren camino por debajo de mi ropa y su boca está en mi cuello y lentamente, alcanza mis labios. Entonces, despierto cuando estamos a punto de concretar el acto, como un deseo inalcanzable. Fugaz. Las sensaciones desaparecen y solo quedo yo, con el cuerpo húmedo y el pulso acelerado. El sueño es tan recurrente que ya no puedo tolerarlo, casi no me deja vivir. Está atosigándome. Incluso me da miedo tener relaciones con Jude, porque temo decir el nombre equivocado cuando cierre los ojos y me deje llevar.

En cambio, Maximus camina por los pasillos con la actitud relajada. Sonríe. Saluda a todos con normalidad. Pasa a mí lado y dice <<hola>>, pero en seguida lo esquivo y me escabullo como si se tratara de un asesino en serie.

Su despreocupación es repulsiva. A veces creo que tiene todo planeado, que soy parte de algún plan maestro. Que él sabía exactamente como meterse en mi cabeza y lo hizo, pero fue mucho más allá, se metió en mis sueños y ahora lo tengo bajo la piel.

No puedo hacerle saber lo que me pasa. Lo conozco. Sé cómo es y adivino su reacción.

Le diré <<me gustas>> y él responderá <<lo sabía, siempre tengo razón. ¿esperabas algo más? ¿creías que iba a decir que tú también me gustabas>>. Entonces reiría y se largaría, su plan de molestar a la "lunática", saldría a la perfección.

Aunque no pasará. Soy más fuerte. Soportaré esto hasta que algún día ya no signifique nada.

Después de todo, no es más que atracción física. Si dejo de mirarlo por un tiempo suficiente, me olvidaré de él.

☾⋆⋆⋆☽

—¿Se te perdió algo? —murmura, despreocupado. No. No puede estar pasando. Mi cansancio está jugándome una mala pasada.

Asuntos ilícitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora