𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 10

1.9K 296 48
                                    

𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑎𝑖𝑟𝑒

Diciembre, 2018

LUNA

Las maletas hechas de Jude yacen en una esquina de su habitación, listo para partir después de la celebración de año nuevo.

El equipo escolar de futbol americano salió campeón de la temporada y Maximus fue coronado como el mejor jugador: <<A este muchacho le espera un futuro brillante>> dijo la eminencia deportiva que le entregó la medalla. Un viejo jugador de la ciudad, que supo ser el mejor de su época.

Las opciones universitarias se acomodan entre el desorden y el polvo de mi escritorio. No conseguí ninguna beca. Mis padres empezaron a debatir entre otorgarme todos los ahorros para que pudiera estudiar o mantener el negocio familiar funcionando. Pero yo lo tengo decidido: me quedaré a reflotar lo que ellos mismos construyeron año tras año. Todos buscan un futuro afuera y a mí, dejó de importarme ir más allá. Lo entiendo. Seré la nostálgica que se queda en la ciudad y observa, a lo lejos, triunfar al resto de la camada. Por instantes, suelo experimentar una amargura insoluble, mis sueños están muriendo, los veo morir, los dejo morir.

La preparatoria acabó para nosotros. La despedimos llevando vestidos repletos de brillos y trajes de gala, asistiendo al baile de graduación que los ansiosos llevan esperando desde principio de año.

<<¿Vendrías conmigo al baile?>> pidió Jude, a pesar de que llevábamos semanas sin hablarnos, lo que me resultaba extraño. Durante largos años fuimos mejores amigos y novios, a veces no podíamos separarnos el uno del otro, construimos una rutina juntos. Al principio fue divertido y emocionante, los besos, las citas, los regalos, la torpeza de la primera vez. Luego se convirtió en rutina, el camino de confianza, el lugar seguro, algo automático. Por último, se volvió tedioso. Mis padres, exacerbados por la admiración que sentían hacia Jude y su familia, imponiendo expectativas sobre el rumbo de nuestra relación. Sus padres, asombrados por el buen prontuario de Jude, el hijo perfecto que supo ir por la dirección correcta. Claro que va por la dirección correcta, si ellos se encargan de marcársela e intentaban hacer lo mismo conmigo. <<Podríamos conseguirte un buen lugar en una universidad. Conozco a alguien que te daría una beca. Podemos ayudar con el dinero, sabes que no es un problema para nosotros. Viajen juntos. No te preocupes por los gastos>> algunos dirán que convenía tenerlos de mi lado, pero yo me estaba ahogando. Además, aprecio tanto a Jude, que no sería capaz de utilizarlo para fines superficiales. <<Ya sé que es extraño que te diga esto, pero no puedo imaginarme asistiendo con otra persona. ¿Tú sí?>> insiste y niego, por inercia. Por costumbre.

Sí me imaginé yendo con alguien más. Maximus, que luce como un príncipe de ensueños –un príncipe maldito, aclaro-, pasaría a recogerme. Se pararía ante mí y pronunciaría, con ese tono de voz tan seductor, que me veo hermosa. Me haría girar con mi vestido brilloso desplegando su encanto. En el baile, todos se impresionarían al vernos llegar juntos. Las chicas lo contemplarían como una pieza de colección valuada en millones de dólares, imposible de tocar, imposible de conseguir. Y yo les sonreiría con inocencia, mientras pienso <<Es mío, perras>> y aun sabiendo lo tóxico de ese pensamiento, no podría impedirlo. Las personas no nos pertenecen. Pero el estómago me duele cuando pienso que alguien más podría estar tocándolo. Mantendría el perfil bajo, mientras el brilla durante la velada. Solo porque sé que, al final de la noche, acabaremos en la misma cama. Esperaría ansiosamente que me quite el vestido, que desarme mi peinado, que sus manos se cuelen por todas partes, dejaría que sus besos dejen marcas en mi piel y le pediría que nunca se detenga, porque me encanta eso que me hace.

Asuntos ilícitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora