𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 9

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𝑙𝑎𝑠 𝑑𝑜𝑠 𝑐𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑙𝑢𝑛𝑎

Noviembre, 2018.

MAXIMUS

Tal como el satélite que lleva su mismo nombre, Luna tiene dos caras.

Una cara visible, la que muestra al mundo en general. Es leal, comprometida con su gente, la estudiante favorita de los profesores, segura de sí misma y hasta dulce cuando la situación lo requiere. Lo suficientemente fría para imponer límites y distancia. Imprime fortaleza, no permite que cualquiera se acerque.

Una cara oculta, que comparte con muy pocos. Arriesgada. Propensa al peligro. La sangre arde bajo su piel. Provocativa, capaz de seguir hasta los juegos más perversos e ir de lleno hasta el final, para no dejarse vencer. También muestra debilidad, porque las constantes balas que me arrojan dan cuenta de que causé algo en ella y no pudo evitarlo. Aquí el control sobre sus sentimientos escasea.

Ella dejó relucir ese lado con más frecuencia desde que se enteró que me acosté con Danielle. De hecho, no imaginé que las consecuencias de esa pequeña movida serían tan tortuosas.

Luna no se alejó, por el contrario, se acercó más. Tuve que disimular el día que almorzábamos y al sentare a mí lado, acarició la rodilla por debajo de la mesa y sonrió tenaz, burlándose de mí. En otra ocasión, me saludó con un beso en la mejilla y apretó su cuerpo hacia el mío, instalando una sensación que todavía revivo cada noche.

En el último ataque sí que se las ingenió y asumió riesgos. Envió una foto donde se lucía en ropa interior, con una actitud sensual y absolutamente excitante. Ni si quiera llegué a tomarle captura, porque la borró al instante.

<<Lo siento, me equivoqué. Era para Jude>> escribió, poniendo un par de emojis que le daban al mensaje un aspecto inocencia falsa.

Ahora no puedo dejar de pensar en esa maldita fotografía. Cierro los ojos y está ahí. Una especie de infierno que brilla como un paraíso, un truco engañoso, pero encantador, porque desearía estar ahí de todas formas.

☾⋆⋆⋆☽

<<Me va a dejar>> larga cientos de veces Jude, mientras manifiesta la cantidad de inseguridades que le produce la nueva situación a la que se enfrenta. Él se irá del país por un año, todavía intenta convencer a Luna de ir juntos, pero ella sostiene una posición rehacía. No está dispuesta a ir tan lejos, menos por tanto tiempo. Jude, en lugar de disfrutar el tiempo que les queda, se la pasa apenado porque las cosas no le saldrán como imaginó.

El viaje de sus sueños le costará la relación con Luna. Por ende, está inmerso en un completo dilema, debido a la costumbre de que todos a su alrededor hagan cosas para complacerlo. Su familia, Luna, incluso yo, cuando convencí al entrenador para que le otorgara un sitio en el equipo. Ahora pretende ausentarse un año y al regresar, encontrar todo tal como lo dejó.

Sorpresa, eso no sucederá.

—¿Cómo estás tan seguro? —curioseo, descendiendo el ritmo del trote, sudando por los extensos kilómetros que recorrimos. 

Jude es el único con el que compartimos esta actividad: salimos a correr y deliberamos nuestros problemas. El combo perfecto para llegar un poco más aliviado a casa.

—Ayer me pidió un tiempo. Dice que necesita tomarse unas semanas para pensar —comenta, resignado. Mientras tanto, me siento un pedazo de mierda egoísta al tener que esforzarme para esconder la sonrisa que surgió con naturalidad.

Asuntos ilícitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora