Especial

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Me venían persiguiendo, estos últimos meses esa había sido mi rutina, huir de los mortifagos, tratando de sobrevivir, me había puesto en contacto con los gemelos Weasley y los estaba ayudando en esta guerra, con mis conocimientos como sanadora.

Me encontraba buscando algunas plantas para elaborar antídotos, que ayudaban a cicatrizar más rápido pero hoy en día los lugares eran limitados, solo había una manera de conseguirlas y esa era ilegal, por desgracia me habían visto y estaba girando sobre una esquina, cuando de repente se aparece ante mi una señora.

-Duerme- dijo, me puso un pañuelo en la nariz, lo último que recuerdo fue sentir que mi cuerpo se caía y lentamente se cerraban mis ojos y ya no ver nada.

Me desperté y me dolía la cabeza, me giré un par de veces, antes de abrir los ojos, ¿Qué sucedió?, ¿Dónde estaba? esta no era mi habitación, esta ni siquiera era mi cama, qué demonios estaba pasando.

Me levanté de la cama y ahí me percaté, de que ni siquiera esa era mi ropa, llevaba una pijama, si tenía que luchar será mejor que encuentre lo más rápido posible algo que me permita hacerlo, tome mi varita, que por alguna razón que desconocía estaba en el buro, abrí los cajones y en el primero vi ropa de mujer, excelente, me cambié lo más rápido que pude, cuando terminé quería inspeccionar aquel lugar, pero escuché ruidos de abajo.

Salí de la habitación, empecé a bajar las escaleras, todo era muy extraño porque este lugar parecía un hogar más que una prisión, al estar en la planta baja, el ruido se hacía más intenso en lo que parecía ser la cocina, el corazón me empezó a latir demasiado rápido, me armé de valor y me dirigí hacía aquel lugar.

Al tener una visión más amplia de aquel lugar, la escena hizo que mis piernas empezaran a temblar.

-Alba, te has levantado temprano- ahí estaba el chico por el que toda mi existencia se sentía perdida, diciendo mi nombre después de mucho tiempo, no podía hacer nada, los ojos se me empezaron a llenar de lagrimas, si esto era una broma, mataría al responsable.

-Mi amor, ¿Qué pasa?-Cedric se acerco a mí y me rodeo con uno de sus brazos, juro que su toque se sentía igual, como si nunca se hubiera ido, no podía decir nada, solamente podía verlo, sea lo que fuera, sus ojos seguían siendo sus ojos y jamás me cansaría de verlos, aún así sentí miedo y retrocedí, seguía llorando y cuando me dejo de tocar, mi cuerpo sintió de nuevo el frío recorriéndolo.

-Tú... no eres real, yo vi...como- no podía seguir hablando, solamente quería que esto acabará porque no se como acabaría después de todo lo que paso cuando Cedric se fue, no lo soportaría.

-Alba aquí estoy, soy real- algo en la forma en la que lo dijo me hizo creerle y después de mucho tiempo, corrí a abrazarlo, ahí fue cuando realmente me di cuenta de cuanto lo había extrañado, sus brazos, su voz, su olor, todo él.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo?- alcancé a decirle, después de unos minutos, seguíamos abrazándonos, Cedric acariciaba mi cabeza.

-Nunca me fui, siempre estuve contigo. 

-Ced, yo soñaba que salías del laberinto, levantando la copa con Harry y te decía que jamás me hicieras pasar por algo así, pensando que todo había sido un sueño.

-Lo sé Alba- sus caricias me daban mil años de vida, me separé de él un poquito, para poder verlo, no sabía cuanto duraría esto, pero lo disfrutaría.

Nos fuimos acercando poco a poco, hasta que nuestros labios se empezaron a rozar, así nos quedamos unos minutos.

-¿Me vas a besar?-susurré.

De repente sin dudar Cedric termino por juntar nuestros labios, el beso más hermoso y doloroso, sentía mis lagrimas caer, pero no quería que esto se detuviera, después de unos segundos nos dirigimos al sillón y Cedric se sentó, tenía sus manos en mi cintura y yo me senté a horcadas de él, continuo nuestro beso.

Después de algún tiempo, en el que estuvimos acostados en el sillón, viendo como se ocultaba el sol, mientras recordábamos un montón de anécdotas, yo estaba acostada sobre él, sentía sus manos jugando con mi cabello.

-¿Este lugar qué es?- pregunté, tenía ratos dándole vueltas a mi cabeza, pensando si alguna vez estuve aquí.

-Hubiera sido nuestro hogar- me levanté para verlo, observé que su expresión reflejaba tristeza- Alba, yo quiero decirte que...- ahora él estaba llorando-, lo siento mucho, fui un idiota y te perdí.

-Ced, claro que no, seguías tu sueño- le limpie las lagrimas.

-Quiero que sepas, que si yo hubiera tenido que elegir entre tú y el torneo, te hubiera escogido- lo abracé.

-Lo sé, Ced.

Se distancio de mí, toma una de mis manos- nos queda poco tiempo Alba, solo te voy a pedir una cosa.

-Lo que quieras Ced.

-Quiero encuentres a alguien que te de paz, que te de luz...

-No Ced- ahora estaba llorando yo, no podía hacerle eso-, yo...no es que...quiero estar contigo Ced-tomo mi cara.

-Alba, yo estaré aquí esperándote, no me voy a ir a ningún lado, pero desearía poder darte toda la felicidad que no pude darte.

-Ced, eres...el cielo que jamás podre tocar.

-Ahora es imposible, si pudiera...demonios, abrázame-nos abrazamos, mientras sentía sus lagrimas en mi cabeza, yo igual lloraba sobre él.

-Ced te amo, siempre lo voy hacer- dije viendo como el reflejo de la luz del sol se ocultaba y las sombras le daban en la cara.

-Yo también te amo, adiós Alba.

De repente todo de nuevo se volvió negro, después de unos segundos abrí los ojos, me encontraba en el callejón, la señora que me puso el pañuelo estaba enfrente mío.

-Haz despertado pequeña, pensé que no lo harías.

-¿Por qué hizo eso? ¿Qué era? ¿Dónde está mi varita?- Estaba alterada, no era fácil para mi analizar la situación.

-Tranquila, aquí esta tu varita- me la dio-, respecto a lo segundo aquel joven Huntzberger me dijo lo que tenía que hacer, te hicimos pasar por muerta, para que se fueran, toda la calle estaba invadida de mortifagos, era una emboscada.

-¿Huntzberger, Jackson?

-Si aquel mortifago, él fue quien me dijo lo que tenía que hacer ya te lo dije.

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Nota de la autora:

Hola, si han llegado hasta este punto solo quiero darles las gracias, esta historia me acompaño durante mucho tiempo de mi vida, la empecé con 17 años, en un momento donde la vida no me sonreía demasiado, la termine el año pasado, y estaba feliz del final, pero sentía que les debía algo, muchas gracias por todo.

Me gustaría regresarles un poco de lo que han echo por mí, se me ocurre que si por aquí alguien tiene una historia publicada, la deje en los comentarios, publicaré algunos títulos el 21 de marzo, para que después pasemos todas(os) a leerlas. <3


Siempre Fuiste Tú| Cedric Diggory❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora