BESTIA MORTAL [LIBRO 2]

27. La Hembra De Un Alpha.

CAESAR

Desde cachorro fue entrenado para volverse en una bestia de batalla. Alfa paso toda su infancia siendo maltratado por su verdugo. En cada error que cometía o en las peleas que perdía, siempre recibía un castigo tan inhumano que lo dejaba al borde de la muerte. Las cicatrices en su espalda, le es un recordatorio de lo que alguna vez sufrió para convertirse en lo que es ahora.

Una bestia mortal, capaz de destruir planetas enteros.

Desesperación. Dolor. Pérdida de la esperanza.

El que un niño, una pequeña criatura, sienta todas esas emociones y el que aún mantenga la ilusión de algún día poder escapar de su sufrimiento, demostraba cuán fuerte era su voluntad de seguir viviendo. Alfa nunca conoció la verdadera luz del día, el planeta de los Skers era y será tan oscuro como sus habitantes.

"El pozo" siempre fue su hogar, aquél salón de torturas con toda clase de bestias descontroladas y las herramientas con las acostumbraban a herirlo de gravedad.

Su comida siempre consistía en las sobras, apenas algunos huesos que devorar y vísceras en estado de putrefacción. No importaba cuanto reclamara con sus chillidos, al final era castigado con golpes y sin comida por un largo tiempo hasta su próxima pelea donde generalmente era derrotado al no tener fuerzas suficientes debido a lo desnutrido que solía estar.

Alfa era una cría de hueso y escamas.

Solo las mejores bestias comen lo mejor.

Esa era una de las tantas reglas de aquél recinto de bestias salvajes donde apostaban por ver cual era el primero en caer muerto.

Sin alguien que lo proteja, Alfa tuvo que valerse por sí mismo hasta que hubiera una oportunidad de huir o eso era antes de esa pelea que terminó por quebrar todas esas falsas ilusiones.

Las heridas en sus escamas eran un crudo recuerdo de aquél enfrentamiento contra uno de los grandes campeones y en dónde casi pierde la vida. Alfa se erizaba con solo la mención de ese monstruo llamado Parsyfall, una bestia enorme de aspecto rudo e imponente y con una piel tan dura como roca, parecido a una armadura que cubría sus debilidades.