32. El Tujllaki sin Vida.

3.1K 241 72
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo +18, contenido sexual humana y Alien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo +18, contenido sexual humana y Alien. Pido discreción.

--- Por favor, yo no podré ... ---. Suplicó Christa con la voz entrecortada mientras las lágrimas comenzaron a humedecer sus mejillas. Su cuerpo temblaba apenas cubierta con una manta pequeña que pudo agarrar, desesperada por mantener a raya el salvajismo del tujllaki que la observaba con ojos hambrientos.

El silencio estaba cargado de tensión, incluso el aire a su alrededor era pesado cuando la criatura ronroneo para tranquilizarla, algo que dejó a Christa boquiabierta.

Ella esperó su ira, esperó golpes, esperó cualquier forcejeo por haberse negado a copular con su verdadera forma.

Cerró los ojos por un momento, disfrutando las vibraciones que emitía el macho. Era suave y con un tono dulce casi como una canción.

Alfa era demasiado grande pero se había encogido considerablemente para caminar sin problemas por toda la habitación. Cuando sus garras llegaron a tocar sus hombros desnudos, Christa jadeó ante la sorpresa de su repentina cercanía.

La melodía de su ronroneo aún continuaba. Un tentáculo sujeto la manta y la alejó de su cuerpo, quedando a merced del tujllaki.

Por reflejo, ella intentó cruzarse de brazos y piernas tratando de cubrir sus partes pero los tentáculos fueron más rápidos y la sujetaron, quedando con los pechos y el coño descubierto.

El tujllaki inhaló profundo el olor de la hembra que había reclamado y se regocijó más aún al ver todo su trabajo.

La piel de los senos adornado con los rasguños de sus mordidas y resto de su saliva aún sin secar. El pequeño capullo rosado maltratado por sus anteriores embestidas y con restos de su semilla saliendo a borbotones.

Alfa infla su pecho de orgullo y sujeta a la hembra para darle su recompensa.

Ella lo llamo un beso cuando le insistió para juntar sus labios.

El tujllaki abrió sus fauces y libero su lengua, recorrió el rostro de la hembra con suaves y viscosas caricias con cuidado de no lastimarla con las espinas.

BESTIA MORTAL  [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora