28. Sueño y Presagio.

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SIETE AÑOS ATRÁS ...

Z-X

Observé con duda el paquete que llevaba en mis manos. No se podía hacer más si el Patriarca no aceptaba la carne de animal. Esta mañana un infectado fue cazado por Z-102, como siempre tan amable. Por lo general, un tujllaki cualquiera no se preocupa tanto por su progenitores al llegar a la edad adulta.

Alguien tan lindo, fuerte y compasivo como lo es mi antiguo compañero de mordidas. Me sacudí violentamente ante esos pensamientos que tendría una hembra en celo y más al recordar verlo llegar a mi para entregarme el paquete, en todo momento no pase desapercibido su prominente erección casi salida de su funda.

Para nuestra especie, la caza siempre nos excitaba al máximo y ante una cacería victoriosa, le seguía el apareamiento con las parejas acopladas para disminuir el entusiasmo.

--- Ahora mismo debe estar copulando con su hembra humana ---. Mi cuerpo real se retorcía dentro de esta piel, ansiando liberarme y gemir como un cachorro por haber sido dejada de lado.

Comprendí que en el tiempo en los que eramos inseparables, había quedado atrás. Ambos tomamos caminos distintos. Ahora él está feliz al lado de su pareja e hijos, no debo interferir y pedirle volver a esas épocas en las que yo me sentía completa a su lado.

Al adoptar los comportamientos, alimentos y vidas de los humanos; me daba a entender que el tujllaki con el que crecí y al que deseaba como compañero, fue cambiando desde que tomó a una terrícola como su hembra.

Deje mis problemas atrás y me fije en el paquete envuelto con cuero de algún animal. Al momento de desatar la soga y abrirla, el contenido se movió bruscamente.

La carne de infectado seguirá siendo la de un humano, no hay ningún efecto secundario para nuestra especie si lo ingerimos. Así que debe estar bien que el Patriarca se coma el brazo cercenado aunque sea para recuperar fuerzas.

Intentamos con distintas carnes con anterioridad, lastimosamente; él los rechazó.

Su principal alimento y por decir preferido son los seres humanos. No veo porque me rechace lo que le llevaré.

--- ¡Por los vientos de Fairigh, deja de moverte! ---. El brazo aún en movimiento quiso darme un golpe pero lo esquivé ---. De nada sirve desquitarte conmigo, serás comida de tujllaki si o sí.

El paraguas, como lo llaman los seres humanos, evita que mi pelo se termine por esponjar con la lluvia. La tormenta de ahora es muy molesta.

Al llegar a la entrada de esta construcción, me detuve un segundo e inhale profundo para dejar salir mi esencia, anunciando mi llegada y evitando así que terminara muerta por entrar de manera irrespetuosa. Al escuchar su gruñido de aprobación, ingrese a su morada un tanto inquieta por el silencio y la soledad del lugar.

BESTIA MORTAL  [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora