[Capítulo 7]

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- Vamos Luz, solo debes firmar.- Insistía la Blight-.

- ¿P-pero que pasa si no llego a cumplir la promesa? ¿Me odiarás, Amity?

- Luz, tu quisiste hacer este pacto, así que, ahora cumplelo.

- Ummm, no sé Blight... Tengo miedo de que te separes de mi si no llego a cumplir esto...

- Vale, creo que lo único que hará que firmes será que lea el escrito a ver ti se convence.

Conociendo los encantos de la Blight, seguramente leyendo aquel escrito, Luz cedería a un pacto que tratan de cerra pero que Luz no se atreve. Tiene miedo a no cumplirlo y, de que Amity se enoje y se separe de ella... Luz definitivamente no quiere nada de eso.

- Y bien que me conoces, Blight... Bueno, inténtalo, no creo que logres nada.

La peliverde carraspeó recogiendo aquel papel en el piso, lo sacudió varias veces y comenzó a leer.

- Nosotras, Luz Noceda y Amity Blight, prometemos jamás enamorarnos de la otra, de no hacer cosas que haría usualmente una pareja y, jamás besarnos. Nos querremos siempre, aunque no estemos al lado de la otra. Nos respetaremos sin tener a nuestra mejor amiga al lado.

Luz empezaba a sentirse rara y temblar. Sabía que si su mejor amiga seguía hablando, le daría algo. ¿Quién puede jurar no caer rendido ante una Blight? Si Luz lo lograra, sería un récord histórico.

- Así que yo, Amity Blight, juro solemnemente no hacer nunca de esas cosas tan indebidas para nosotras- Detuvo su lectura y miró a su compañera, la cual miraba a la nada con aquellos castaños ojitos contraídos- Y... Ahí nos quedamos, Luz; te toca “firmar”.

- No sé Amity, ¿Quién puede estar tan seguro de que no incumpliré estas normas sin querer?

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En algún lugar de Bonesborough

La esbelta silueta caminaba hacia una mesa que estacionaba en medio de la sala. Sus pasos resonaban contra aquella cuatro paredes. Él solo quería hablar sobre el trato que hicieron; ahora quería su recompensa. Sabiendo que su jefe era algo... Orgulloso, debería encontrar la manera de hablar con él sobre su paga.

***: Vamos señor, ya hice lo que quería, ¿Por qué no me paga ya?- Continuaba tratando el de cabello rojizo-.

***: Sí bueno, ya sé que hizo lo que pedí... Pero yo quiero saber por qué sigue viva, ¡Te pedí que acabaras con ella después de abusar de ella!, ¿O me equivoco?

***: No señor, no se equivoca. El problema es que no tuve momento de hacerlo cuando ella comenzó a gritar por ayuda, ¡Debía escapar de ahí antes de que alguien me descubriera!

El jefe del lugar se levantó de su asiento, aún sin ser despegado de sus guardias. Rodeó la mesa hasta quedar frente este trozo de madera y apoyarse sobre el. Mirando a su trabajador, el de cabello bicolor, no apartaba su mirada de su trabajador; ya andaba cansado de fallara en sus recados.

***: Jejeje... Mira.- Parecía maniático al reír y luego hablar tan firme- Yo no te pago por dejar escapar a tus víctimas. Ahora recapacita y dime, ¿Qué pasará si ella se acuerda de tu rostro o algo así? Fácilmente podría denunciarte e irías directito a la cárcel, Alexander.

Su garganta se quedó sin nada que hacer al escuchar su nombre. Subió sus brazos hasta sus caderas y las posó ahí, esperando a que su jefe le dijera que le ayudaría si le llegasen a atrapar.

I won't hurt youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora