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Lo prometido es deuda, créanme que lo he intentado, prometo esforzarme mucho mas para la próxima. 💛

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La música inunda cada uno de tus sentidos, llevándose consigo cualquier tipo de raciocinio y sumergiéndote en una balada agradable que era acompañada por movimientos energéticos de tu cuerpo.

El suelo del club retumbaba contra tus pies, aquello era ocasionado por las personas que al igual que tú, bailan con furor asegurándose de impregnar en cada acción y movimientos sus emociones.

Tus músculos hormigueaban debido al agotamiento, pero no era suficiente para detenerte, no cuando disfrutabas tanto de la canción como del ambiente. Tus caderas se menean en sintonía con la melodía, tus brazos ascienden tentadoramente sobre tu cuerpo mientras se desenvuelve la letra coqueta de Watermelon Sugar.

Tarareabas la letra de la canción por lo bajo, encontrando adictiva la voz de Harry Styles.

Pronto, un fornido brazo rodeó con rudeza tu cintura, pegándote al calor que emitía el cuerpo tras de ti.

- ¿Qué se supone que haces? - inquirió aquella voz que reconocerías sobre cualquier otra, sus arrastradas palabras provocaron que un estremecimiento te recorriera de pies a cabeza.

Tus manos se posaron sobre el agarre en tu cintura, sintiendo como una sensación de calidez calentaba tu cuerpo con furia.

- Bailo.. - soltaste sin importancia, encogiéndote de hombros.

- Yo sé que eso haces, cariño.. - respondió por lo bajo, conteniendo un gruñido en su interior - Me refiero a la forma en que lo haces, ¿Deseas que alguien más se acerque a ti?

Entonó con dureza y recelo, girando con ayuda de un ágil movimiento tu cuerpo para encontrar de una vez por todas sus miradas.

Su mirada lucía ensombrecida, dándole un aspecto duro y feroz.

- No necesito que alguien se acerque, nadie más que tú, Jimin-ah.. - confesaste, en un arrebato de valor.

Gruñó sobre tu oído, satisfecho por la respuesta profesada.

- ¿Qué te parece si nos vamos de aquí? - cuestionó por lo bajo, sin apartarse de tu oído, encargándose de cosquillear con su nariz la curvatura de tu cuello.

- ¿Ya quieres ir a casa? - replicaste entre pucheros, con un ligero toque de decepción.

- No quiero levantarme con resaca mañana y prefiero verte bailar solo para mí en casa..

Mencionó, alzándose sobre la música, acercándose peligrosamente a tus labios.

Los vellos de tu piel se crisparon ansiosos, tus labios hormigueaban anhelantea por el contacto de los contrarios, mismos que se mostraban reacios a culminar con la escasa distancia que los separan.

- ¿Qué dices, nos vamos..? - nuevamente cuestionó, sin borrar ese brillo hipnotizante de su mirada.

Asentiste al paso de los segundos completamente embobada, sintiendo como tus pies se mueven casi por mero instinto, siguiendo el camino que el pelirosa guía con determinación.

Al salir del club, una fresca ventisca los sorprendió y agitó sus cabellos con suavidad.

Sus manos se enlazaron apenas estuvieron fuera, para dirigirse juntos al vehículo del contrario, que se encontraba estacionado a un par de calles. La luna se alzaba sobre la ciudad al igual que las estrellas que tintineaban con furor. A pesar de la hora, las calles de Seúl eran transitadas por una considerable cantidad de personas que, al igual que ustedes, disfrutaban de un viernes por la noche con sus amigos, pareja o familia.

Jimin's ReactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora