Jimin's Reactions

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MeliPinkblook

Espero que la disfrutes tanto como yo, cielo, muchas gracias por esperar y estar aquí 💛

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El sol estaba por esconderse en el momento en el que ingresaste a tu hogar después de pasar casi un día completo en los mercados que pertenecen a los distintos barrios de Seúl. Fue un día de compras muy productivo ya que pudiste encontrar todas las cosas que necesitabas para preparar los platillos favoritos de Jimin una vez regresara de su viaje a Los Ángeles para dar lugar a la serie de conciertos de Permission to Dance.

Te sentías completamente exhausta, tu cabeza dolía y extrañamente tu cuerpo estaba caliente a pesar de sentir unos cuantos escalofríos, debido a eso decidiste tomar una corta siesta al terminar de acomodar todos los víveres, creyendo que el descanso se llevaría el malestar consigo.

Dabas vueltas en la cama con incomodidad, el dolor era cada vez más intenso y ahora una ligera capa de sudor cubría tu cuerpo. Analizaste los síntomas en silencio y recordaste que una semana atrás asististe a una pequeña cena con algunas compañeras de tu universidad. En ese entonces recordaste como Yeri, una de tus amigas, tosía en repetidas ocasiones por las cuales terminaba disculpándose con que se trataba de un simple resfriado.

- ¿Qué pasa si no fue solo eso..? - concluiste por lo bajo, sospechando que se trataba de algo más complejo.

Reuniste fuerzas y te levantaste de tu cómoda cama para dirigirte al cuarto de baño a pasos pesados, una vez en el lugar rebuscaste entre el botiquín hasta dar con el termómetro que se encontraba guardado en una caja acartonada.

La abriste y sacaste el objeto en cuestión de segundos, tus labios temblaban ligeramente y no sabías si eso se debía al temor o bien a la sensación fría que arraigaba tu anatomía.

- Bien, espero que no sea lo que creo.. - dijiste con incertidumbre, deslizando el dispositivo sobre tu sien con detenimiento.

Tus labios se entreabrieron sorprendidos una vez obtuviste el resultado.

38.4 °C Indicaba la pantalla.

Observaste el reloj en tu muñeca y soltaste un aliviado suspiro al corroborar que no era tarde, posterior a ello, corriste a tu habitación en busca de tu celular y cartera antes de dirigirte al recibidor para enfundarte tus botas y colocarte un abrigo.

Al salir de tu hogar detuviste el primer taxi que cruzó la calle para indicar el centro de salud más cercano en el barrio, evitando tener el menor contacto posible con el conductor así como con cualquier cosa a tu alrededor. Cuando llegaron a su destino, depositaste el dinero correspondiente por el viaje sobre un pañuelo de papel el cual dejaste en el asiento y saliste al mismo tiempo que agradecías por lo bajo, caminando a pasos rápidos para ingresar a la unidad de salud.

En el interior la paz y el silencio reinaba el lugar, muy extraño para ser un sábado.

Te dirigiste al recibidor donde una recepcionista tecleaba velozmente al mismo tiempo que asentía mirando la pantalla del computador.

- Buenas tardes, ¿En qué te puedo ayudar? - saludó la castaña, del otro lado del mueble.

- Buenas tardes. - correspondiste con cortesía, carraspeando antes de decir: - ¿Aún se pueden realizar pruebas PCR? - cuestionaste con inquietud, implorando recibir una respuesta afirmativa.