99.

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La ensordecedora música retumbaba fuertemente contra las membranas timpánicas de los eufóricos bailarines, como de todas las almas presentes en aquel lugar. Las luces de diversas tonalidades de colores, lograban cegar y hacer ver estrellas a quien se enfoca demasiado en ellas.

En ningún momento supiste cómo fue que terminaste asistiendo a esa fiesta donde abundan personas de tu universidad como de otros institutos, contrario a ello, te dedicabas a observar a tus amigas con recelo y fingida irritación ya que ellas fueron las causantes de que te encontraras en aquel sitio en ese preciso momento de la noche.

Tu garganta sentía una agradable sensación de alivio, debido a la refrescante copa de agua que bebías. Apartaste unos cuantos mechones de cabello que obstruyen tu vista, vislumbrando a la lejanía, el patio de la residencia que era iluminado por la blanquecina luz de la luna.

Un empujón al costado de tu espalda, provocó que vertieras el resto del transparente líquido sobre tus prendas, un escalofrío recorrió tu anatomía de pies a cabeza a causa de la temperatura del agua.

- ¡Lo siento! - exclamó la voz de una chica por lo alto, sosteniendo el peso de su cuerpo torpemente.

Sus ojos se hallaban un tanto enrojecidos, denotando la afectación de su estado que fue conseguido gracias al alcohol. Sus manos temblaban ansiosas mientras sostenían una servilleta que fue llevada a tu blusa, con la intención de arreglar un poco el incidente.

Aproximaste tus palmas a las contrarias, para apartarlas de su lugar en un gesto desdeñoso. Muy en tu interior agradecidas que la mancha se tratase de agua y no de una apestosa mezcla de licor o cerveza.

- No te preocupes. - respondiste con simpleza, esbozando una gentil sonrisa - Solo es agua.. - agregaste, a modo de tranquilizar el gesto angustiado de la castaña.

- ¡Es muy grande! - refutó apenadamente, aludiendo a la mancha - Mira, hasta tu falda se ha empapado, por dios soy una tonta.

Sus labios se fruncieron en un puchero avergonzado.

- Iré al baño a encargarme de esto, no te preocupes. - respondiste al mismo tiempo que te encogías de hombros, sonriendo en dirección a la chica a modo de despedida.

Tus pasos se dirigieron fuera de la estancia, tomando dirección al corredor que daba a las escaleras para llegar a la planta superior de la casa.

- ¡Lo siento mucho! - exclamó la misma voz a tus espaldas, poco antes de que abandonaras el lugar.

Giraste tu cabeza sobre tu hombro, haciendo un gesto con la mano para restar importancia al asunto, regalando una fina sonrisa de lado.

Salir de la cocina no fue tan difícil como creías, los chicos y chicas que se interponían en tu camino se apartaban velozmente sin la necesidad de requerir un poco de fuerza, empleada a base de empujones.

Subiste los escalones a pasos acelerados y tocaste la primera puerta que apareció en el pasillo, misma que supusiste se trataba del cuarto de baño. Al no recibir respuesta, proseguiste a abrir la manija lentamente y encendiste la luz, suspirando con alivio cuando comprobaste que la estancia se trataba del lugar que estabas buscando.

Al cerrar la puerta, miraste tu reflejo en el espejo que se sostenía sobre la cerámica del lavabo, y apreciaste con suma claridad la mancha de agua que cubría la mayor parte de tu blusa como de tu falda, en realidad la prenda inferior no suponía un problema, sin embargo, la delgada tela de tu blusa se ceñía sobre tu cuerpo de manera incómoda, dando a relucir una pequeña parte de tu sujetador.

No puede ser.. - bufaste con desgano, tomando una pequeña toalla de mano para secar la prenda.

Presionabas la toalla sobre tu húmeda blusa en un inútil intento de contrarrestar el exceso de agua, consiguiendo que la sensación helada se aminorara.

Jimin's ReactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora