121.

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Era un viernes por la noche, el sol se había ocultado un par de horas atrás ocasionando que fuera la luna quien se alzara en el oscuro cielo en compañía de algunas tintineantes estrellas. Como venía siendo costumbre, tus amigos se reunieron en casa de Minhyuk para divertirse y dejar un poco de lado las tareas y temas relacionados con la escuela.

- Luego será momento de preocuparnos de ello. - Momo dijo con simpleza y un guiño, mientras te arrastraba hacia su automóvil al finalizar las clases, con el fin de prepararse para la reunión.

La música se alzaba al igual que las risas de tus amigos quienes disfrutaban de hacer juegos en los cuales terminaban bebiendo tragos de cualquier bebida que se les cruzase por delante, habías participado en algunos de ellos pero te retiraste antes de que fuera muy tarde.

Ya sentías los labios entumecidos y hormigueantes, la visión ligeramente adormilada y tus pasos ya no eran tan preciosos como deseabas. Una sonrisa boba adornaba tu rostro al aceptar un shot de lo que parecía ser tequila el cual bebiste sin detenerte a pensar, el caliente escozor se deslizó a través de tu garganta causando que tus párpados se estrujaran duramente.

- Ya basta Solar, no quiero beber más. - comentaste entre dientes, escuchando una carcajada proveniente de la mencionada.

- Pero si apenas has bebido, no seas una bebé~ - comentó con burla, acomodando con sus falanges algunos mechones que obstruyen tu visión.

Bufaste con fingida molestía, sujetando su brazo izquierdo como soporte.

- ¿Cómo pretendes que llegue a casa así? - inquiriste con ironía, envidiando su capacidad para soportar el alcohol - Desearía ser como tú, luces perfecta.. - confesaste con recelo.

- Luces fenomenal, cariño, te lo aseguro. - elogió con otro guiño, esta vez siendo uno más coqueto.

Reíste débilmente, sintiendo como los brazos ajenos rodeaban tu cuerpo para traerte consigo a donde los demás se encontraban.

- No te quedes sola, mejor bailemos un poco. - dijo la castaña, antes de girarte sobre tus pies en un movimiento veloz que nubló tu mente.

Te sostuviste de sus hombros entre risas, dando rienda suelta a tu cuerpo de seguir la música como quisiese.

La noche continuaba su rumbo y para ese momento ya no sabías cuánto había pasado desde que llegaste a casa de Minhyuk y mucho menos el tiempo que llevabas bailando. Tus pies dolían y exigían con agonía un merecido descanso.

Te escabulliste entre la multitud para refugiarte en una de las sillas que se ubicaban a un par de pasos, al momento de sentarte soltaste un aliviado suspiro al mismo tiempo en el que bebías un enorme trago de la botella con agua que te entregó Hyungwon momentos atrás.

Una ligera capa de sudor cubría tu sien, de la cual te deshiciste con ayuda de un pequeño pañuelo que guardabas en tu bolso.

Kihyun se acercó para tomar asiento a tu lado, sosteniendo una cerveza en manos.

- ¿Cómo te sientes? - cuestionó por lo bajo, sonriendo cálidamente.

- Un poco mejor.. - confesaste un tanto apenada, llevando nuevamente la botella a tus labios.

El pelirrojo clavó la vista en su móvil cuando este emitió el característico sonido de una campanilla. Posterior a ello, giró su rostro en tu dirección con una sonrisa traviesa en esta ocasión.

Frunciste el entrecejo ligeramente, buscando alguna pista en su mirada.

- ¿Qué sucede..? - la duda era clara en tu voz.

Jimin's ReactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora