Reacciones y cortos imaginas de Jiminie ante diversas situaciones de la vida.
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*ATENCIÓN: Algunas partes contie...
Después de una larga y extensa semana de exámenes finales lo que más deseabas era relajarte un poco.
Era un día bastante agradable al igual que cálido, por lo cual se te ocurrió la idea de pasar por un helado antes de ir a casa de tu mejor amiga para pasar la tarde juntas como habían acordado. Por suerte a una cuantas cuadras de tu residencia había una heladería increíble, antes de partir y abandonar tu hogar por el resto del día te aseguraste de tomar el bolso que habías preparado con todas las cosas que posiblemente necesitarías.
Era una fortuna que tanto la heladería como la casa de tu amiga no quedaran muy lejos de donde vivías ya que así no tendrías que caminar demasiado.
Con todo listo partiste de tu hogar y a los pocos minutos ya te encontrabas en la vistosa heladería, entraste y te dirigiste directamente al mostrador, una chica se acercó para atenderte a la cual le ordenaste tu helado favorito. Al poco tiempo te extendieron el cono el cual pagaste una vez estuvo en tus manos.
Un ligero tintineo se logro escuchar indicando la llegada de otro cliente al lugar. Dirigiste tu vista rápidamente a la persona que recién había llegado topándote con un lindo chico de melena rubia.
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Un tanto nerviosa dirigiste tu vista una vez más al mostrador para recibir el cambio, tomaste las monedas para enseguida guardarlas en tu bolsillo trasero.
Agradeciste a la joven que te atendió para después marcharte del lugar, cuando te disponías a dar la vuelta para salir te tropezaste accidentalmente con la persona que se encontraba detrás de ti haciendo que tu helado se impactara contra la impecable camisa del chico, este solo te observo con los ojos y boca ligeramente abiertas por las sorpresa.
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- ¡L-Lo siento muchísimo! - dijiste ahogándote en pena.
Escuchaste una ligera risa provenir del rubio. - Tranquila, solo ha sido un accidente, no te preocupes. - sonrió tiernamente.
- Oh no soy tan torpe, estropee tu camisa. - dijiste mientras cubrías tu rostro con vergüenza.
- Insisto, todo está bien. - murmuró mientras alejaba tus manos de tu rostro gentilmente causando que un sonrojo te asaltara.
- ¿Lo dices en serio..?
- ¡Por supuesto! - exclamó - Son cosas que pasan, tienes suerte de que esta no sea mi camisa favorita. - río.
Reíste débilmente a la vez que le pasabas un par de servilletas que tenías en mano para que removiera un poco del pegajoso helado que lo cubría.
- De verdad me siento muy culpable, deja que yo te invite el helado, ¿Sí? - murmuraste con pesar.
- De ninguna manera, no voy a permitir que lo hagas, no es nada.
- ¡Por favor! - insististe - Así no me sentiré tan mal.
- Tengo una idea.. - te interrumpió - Mejor dime cuál es tu nombre y si vienes por aquí seguido.. - sugirió.
Una débil sonrisa un tanto apenada se instaló en tu rostro antes de mencionar tu nombre y que ese lugar era tu favorito por lo cual sí, lo visitabas seguido.
- Me alegro de saber eso, me llamó Jimin, ha sido un gusto, espero verte otro día por aquí. - sonrió abiertamente cerrando sus ojos a la vez para después besar tu mejilla y salir del lugar, por la ventana lo viste agitando su mano en tu dirección antes de marcharse.
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