Reacciones y cortos imaginas de Jiminie ante diversas situaciones de la vida.
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*ATENCIÓN: Algunas partes contie...
Susurraron sobre tu oído, el cálido aliento raspando agradablemente tu piel al mismo tiempo que unos fornidos brazos se envolvían alrededor de tu cintura, para afianzarte al pecho de la persona que se encontraba detrás de ti. Tus ojos se cerraron por mero instinto cuando tu cuerpo fue sacudido por un leve estremecimiento que te recorrió de pies a cabeza.
Jimin sonreía satisfecho de hacerse el causante de tu repentina acción, contento de provocar tantas cosas en ti.
Tus manos se dirigieron a las suyas para poder estrecharlas suavemente, cuando tus ojos se abrieron, una sonrisa tomó posesión de tus facciones al presenciar la escena que se desarrollaba ante ustedes.
Treinta y uno de diciembre había llegado y, para fortuna de todos, un merecido descanso también. Gracias a ello, planificaron una cena familiar en un lugar muy especial, en Seúl, que Jimin se había encargado de alquilar.
Las llamas se alzaban sobre las velas que se erguían en cada una de las mesas, pequeños corrían de un lado al otro sin detenerse, eufóricos y con enormes sonrisas en sus rostros.
Ambos concluyeron que las fechas decembrinas eran para disfrutarse en compañía de sus seres queridos, ya que en navidad, lastimosamente, los planes se vieron opacados ahora era el momento para disfrutarlo al máximo.
Era realmente gratificante ver como sus familias interactuaban alegremente,a lo lejos podías observar como tus padres conversaban cómodamente con los padres de Jimin, compartiendo de una copa de vino.
- Omma me dijo que tu madre le contó algunas historias de cuando eras un pequeño desastre. - comentó, riendo casi al instante de recordar lo mucho que su madre dijo disfrutar de escuchar tales acontecimientos.
Tus ojos se abrieron sorprendidos y se giraron a verlo en cuestión de segundos. - No puedo creerlo, creí que podía confiar en ella.. - murmuraste avergonzadamente, tus mejillas pintándose de rojo.
Una sonora carcajada escapando de sus labios. - Tranquila, le encantó cada una de las historias.
- Debe de pensar que estoy loca, Jiminie. - dijiste con pesar - Me siento muy avergonzada. - agregaste tristemente, recordando algunas travesuras que hiciste cuando eras pequeña.
- No tienes de qué preocuparte bebé, mi familia te adora~
Tus brazos cayeron sobre sus hombros para atraerlo en un cariñoso abrazo, refugiaste tu rostro en la curvatura de su cuello para depositar unos cuantos besos sobre su piel, agradeciendo tácitamente sus palabras. Su pecho se agitó en el momento en que tus labios tocaron su piel, logrando con ello que sus manos se afianzaran sobre tu cadera y descendieran traviesas sobre tu vestido.
Estrujaste el cabello de su nuca cuando un jadeo intentó escapar. - Aquí no, Jiminie... - susurraste, con un tono de advertencia, sobre su cuello.
Sus falanges depositaban caricias sobre la piel de tu espalda que era descubierta por el vestido, el calor incrementaba con cada instante.
- Por favor~ - respondió, súplica implícita en su voz.
Tu mirada se dirigió apresurada a donde todos se encontraban, adversos de lo que se llevaba a cabo entre ustedes. Tu cuerpo fue empujado hacia atrás, tus pies obedecían por sí mismos la dirección que se les imponía.
De pronto, una puerta se presionó contra tus caderas la cual fue un obstáculo menos cuando se encontraron al otro lado de esta; la luna y las estrellas se alzaban sobre ustedes en aquel bello jardín repleto de coloridas flores. Jimin sujetó tus muslos con fuerza y en segundos, te hallabas sobre el barandal que separaba el salón de las raíces verdes.
Su cuerpo se ubicó entre tus piernas, las cuales aún sostenía con fiereza para llevar sus manos a lo que no podía ser expuesto por la tela. - J-Jimin, espera.. - jadeaste con urgencia, deteniendo el movimiento de sus manos antes de que fuera muy tarde.
- ¿No quieres? - inquirió con desesperación, friccionando su cuerpo contra el tuyo lentamente - Mierda te necesito, por favor..
- Y-Yo.. Claro que quiero.. - murmuraste sobre sus labios entrecortadamente, presionando sus palmas contra tu piel mientras disfrutabas de sus movimientos - Pero no aquí ni en este momento, alguien podría vernos.. - dijiste con cautela, tratando de mantener tu compostura al margen.
- Solo un poco, por favor..
- Ah~ Jiminie, no puedes hacerme esto.. - suplicaste en un inútil intento de detenerlo.
Sus cuerpos se rozaban de manera tortuosa, ansiando más cercanía y calor, necesitando liberarse de la tensión que agolpaba sus músculos. Sus labios se presionaban sobre tus clavículas en besos húmedos y mordidas juguetonas.
- Nadie se dará cuenta. - detuvo sus acciones para conectar sus miradas, sus orbes se oscurecieron al notar la necesidad en tus facciones - Además, han iniciado la cuenta, no lograran escucharnos.
Estabas tan ensimismada en el momento y en el torbellino de emociones, que nunca te percataste como exclamaban por lo alto la cuenta regresiva que significaba la llegada e inicio de un año nuevo.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno.. ¡Feliz Año Nuevo!
Se escuchó por los aires los alaridos alegres de todos los presentes.
- Feliz año nuevo, cariño.. - murmuró sobre tus labios, antes de unirse en un anhelado beso donde descargaron todas sus emociones y deseos, uno donde se dejaron llevar por el momento cargado de necesidad y amor.
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••• Falta poco para las campanadas~
De todo corazón les deseo un magnífico 2020, espero que todas sus metas, propósitos o sueños se hagan realidad, además de eso, les deseo muchísimo amor, felicidad y alegría, recuerden ser siempre positivos ante todas las adversidades.
Gracias por compartir otro año más junto a mí, por todos sus votos y lindos comentarios, se los agradezco infinitamente.
