Cap. 21

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-(...) ¡Nikumi! Estamos en el mismo grupo, esforcemonos juntos.
-¡¿Juntos?! ¡Estupido, somos enemigos!

Jin veía la escena sonriente, el reencuentro con sus amigos había sido más que gratificante, los había extrañado, siendo Ishiki-Senpai y Soma-kun los únicos con los que pudo hablar durante sus vacaciones ver a su querido Shun principalmente a Jin siempre le resultaba mejor que cualquier infusión relajante.

-Lamento no estar en tú grupo. Pero Ryou-Kun sí lo está. Ryou-Kun, preséntate.

La voz de Alice la había sacado de su burbuja de tranquilidad.
Se supone que Jin debería estar con los del concejo en las graderías preferenciales, pero prefería estar el máximo de tiempo con sus amigos.

La presentación estoica de Ryou frente a Soma habia sido aquella chispa que encendía en Jin mil y un emosiones. Sus amigos nunca la habían visto con Ryou Kurokiba, sentía nervios de solo estar parada en medio de ambos grupos sociales.
Shun era como una quieta laguna de agua cristalina, y Ryou, oh no, Ryou era como el mar en un día de tormenta.

-Eh, Shun, creo que debo irme, voy a ver si los del consejo me dejan estar en graderías para verlos mejor.

-¿Hum? Claro, ve.

Jin se escabulló mientras sus compañeros terminaban su conversación, sus cohabitantes no parecieron notar su ausencia en ese momento, sin embargo Jin no se salvó del ojo perspicaz de Alice y su asistente.

Alice de inmediato fijo su vista en Ryou, notando como él giraba el rostro en dirección a donde su amiga pelirroja había desaparecido.

La albina se sentía como el lector de una novela, sabia más de lo que el resto desconocía.

Había estado presente en muchas de las prácticas que habían tenido Gottschet Jin y Ryou Kurokiba durante la última semana. Aquella semana donde notó su clara complicidad, lo bien que congeniaban en la cocina y más que nada lo a gusto que parecían estar juntos.

De la misma manera, la habían ido a dejar a su residencia todos los días y solo en algunos Alice fue testigo del recibimiento de Yukihira Soma-Kun.

Alice sabía mucho más de lo que incluso los implicados parecían saber y en ese momento solo quería ver la sorpresa en los rostros de sus amigos al ver cómo Jin Gottschet festeja la inminente derrota de Soma-Kun frente a Ryou Kurokiba.
Quería ver desconcertado al chico nuevo y a la estrella Polar entera decepcionada de su amiga, claro... hasta el momento en el que Gottschet Jin elija.

Los grupos se habían separado y Jin lastimosamente quedó sentada junto a Erina en un palco.

-No puedo creer que hagas esto solo para molestarme.

-Creeme cuando te digo que estar en un cubículo sola contigo es lo que menos quería.

-Debes sentirte extraña, después de todo, tu lugar siempre fue con la plebe.
 
-No voy a responder a ese comentario tan clasista, estoy lo suficientemente conciente como para saber el miedo que tienes al talento de aquellos a quienes tratas de insultar.

Jin veía sonriente a sus amigos acomodando sus ingredientes, se sentía como una madre orgullosa. No tenía ganas de pelear con Erina Nakiri en ese momento, no iba a quedarse callada a sus insultos, y menos hacia sus amigos, pero estaba cansada de darle importancia a alguien como ella.

A diferencia de pasados años, durante este año, Jin se sentía tan ocupada en sus amigos y sus estudios que los ataques de Nakiri perdieron notablemente relevancia en su vida.

Ella no se había dado cuenta, si bien de vez en cuanto tenía un bajón por algún mal rato, realmente la presión social que sentía otro años gracias a su padre y al mundo elitista de la cocina ya no le parecían tan avasallantes.

Creía que era parte de madurar, empezó a valorar más lo que tenía y dejar de pelear por aquellos que realmente no la  valoraban a ella.
Y estar sentada junto a la representación de todo lo que la ofuscaba le había hecho sentir aún más dichosa, pues frente a ella estaban sus amigos.

Le hubiera gustado estar ahí frente a una hornilla junto a ellos, pero Jin había dejado de quejarse de lo injusta que era la vida, había empezado a ver más allá de los problemas y buscar soluciones.

Era realmente feliz con lo que tenía, no quería nada más, sabia bien que la corrupción de su escuela podría perjudicarla en un futuro, sin embargo, al pensar en que el resto de consejeros había considerado injusto el no tomarla en cuanta era la clara señal de que su vida no dependía de otras personas, sino en sus propias acciones.

Estaba cansada de actuar en base al futuro que había maquinado en su cabeza, de actuar en base a lo que podría pasar. Quería disfrutar el presente, empezar a pensar en lo que estaba pasando.

El futuro puede cambiar drásticamente con solo dejar caer un lápiz, pero el ahora no cambiará, y el pasado no se repite.

Jin maduró sin percatarse, sus vacaciones pasadas en Alemania la habían hecho reflexionar a profundidad.
No iba a cambiar a su padre, solo le iba a tener paciencia, tratar de comprenderlo. Arruinar sus días pensando en lo malo que era, no le parecía la mejor solución, así que empezó a demostrar cuanto valora aquellos pequeños y escasos gestos que tenía su progenitor hacia ella, un abrazo bastó para saber que él no se había olvidado de ella.

Aprendió a valorar su vida en Francia en vez de pensar en ella como una tragedia.
Y decidió que iba a empezar a disfrutar su tiempo en Totsuki, dejó de pensar en sobresalir todo el tiempo y empezó a realmente aprender para estar satisfecha con ella misma.

Sus cómplices Shun e Ishiki-Senpai habían sido parte importante, como buen oyente y un gran consejero.
Después de todo, siempre hay alguien que sufre más que tú, no podía pretender ser la víctima más tiempo.

Al pensar en todo aquello una sonrisa se había apoderado del rostro pacifico de Gottschet. Vio entrar a quienes serían los jurados de aquel festival y se levantó de sus asiento.
Erina veia con el seño fruncido las acciones de Jin esperando una explicación.
Jin saco el teléfono de su bolsillo y se alejó un poco para hacer una llamada.

-...
-Asi es ¿Cómo te va allá abajo?
-...
-Ah, lo suponía.
-...
-Sí, aquí mismo. Oye, ¿será que puedo ir a ver el festival a las graderías?
-...
-Por favor Ishiki, no podré oler nada aquí.
-...
-Entonces... puedo ir contigo a hacerte compañía.
-...
-No, sabes que Etsuya-Kun es muy aburrido.
-...
-Okay, entonces voy en camino, gracias Ishiki.

Erina escuchó su conversación y espero algun aviso de su parte, pero solo escucho la puerta cerrarse. Giró la cabeza de golpe y vio aquella puerta roja cerrada, para después de unos minutos ver por el palco como la pelirroja salía del salón, ofendida pensaba en el atrevimiento de aquella chica.

Jin solo sonreía tranquila, caminó unos pasos hacia la salida y se detuvo a ver a sus amigos y compañeros, todos tan concentrados, era una lástima que no pueda quedarse para verlos. Pero, estaría junto a Ishiki-Senpai, y también Yuki y Megumi quienes estaban concursando en aquel salón.
Sí, definitivamente prefería eso.

Indiferente- Ryou KurokibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora