Después de acomodar y limpiar todo lo previamente utilizado habiamos optado por beber un poco de té acompañado por unas galletas que Ryou sacó de un recipiente.
El sentarnos a comer en la misma mesa en la que antes almorzamos fue tan natural y espontáneo que sin darnos cuenta siquiera ya estábamos comiendo uno frente al otro como si alguien nos hubiese asignado esos sitios.
Al parecer el afán con el accidente de la salsa y el limpiar la cocina nos había cansado más de lo que creímos, pues en cuanto empezamos a comer ninguno de los dos dijo nada, ambos teníamos la vista totalmente pegada a lo que nos llevábamos a la boca, por lo menos ese era mi caso.
Al terminar de comer y sentir por fin el estómago totalmente saciado fijé mi vista a una de las ventanas del salón para ver con asombro como el sol ya estaba a unos cuantos minutos de darle paso a la luna.
-Oh, el tiempo pasó volando.- Vi el reloj que tenían en un punto estratégico de la habitación.- Mira la hora que es, ya casi son las siete. Debería irme antes que oscurezca.- Me levanté del asiento e intenté levantar mi taza y platillo, sin embargo:
-Deja ahí, yo recogeré.- Ryou puso sus mano encima de las mias impidiendo que las levante y después que yo las moví un poco el acomodó todo en una bandeja y con la misma en manos se fue en dirección a la cocina. Acomodé las sillas en su sitio a manera de esperar su retorno.
En cuanto lo vi regresar no supe como debería actuar al despedirme, estaba acostumbraba a despedirme de las personas con un inocente beso en las mejillas, sin embargo pensar en eso me ponía nerviosa, la primera vez que había tenido aquella reacción con él había sido tan espontáneo que ni siquiera me había percatado hasta horas después. Pero ahora, oh no, ahora mismo sentía que me estaba aprovechando de mis costumbres con tal de tener unas excusa para besarle, no sentía que fuese inocente ni mucho menos inconsciente como mis despedidas con Thomas. Aún después de todas mis divagaciones estaba olvidando algo.
-Vamos a recojer tus cosas.- Kurokiba camino junto a mí hacia el segundo piso, despejando de esa forma mi mente.
En cuanto llegamos él abrió el armario y me pasó mi ropa junto con mi saco.
-Si quieres puedes cambiarte aquí o en el baño, depende de ti.
-Está bien en el baño, gracias.- Sonreí para después caminar hacia el baño.
Me quité la camiseta negra que Ryou me había prestado y me puse mi camisa, suéter y saco, para después lavarme la cara y arreglarme un poco frente al espejo.
Al salir vi que Ryou ya no estaba con el pantalón azul que estaba antes (de esos con los que estas en casa) sino con un jean gris y además de un abrigo negro, luciendo en tan poco tiempo impecablemente amenazador.
-Muchas gracias Ryou-kun.- Me incliné un poco y le extendí la camiseta que me había prestado.
-Us. -Él la sostuvo con una de sus manos y la dejo encima de su cama, se dirigió nuevamente al armario y de éste saco otro abrigo negro, esta vez con botones en un tono marron.
-Usa esto, empezó a hacer frío afuera.- Me extendió el abrigo y no tuve más opción que acomodar el enorme abrigo en mí.
Él al verme ya lista caminó hacia la puerta y con un "Vamos" ambos bajamos hasta el recibidor de la elegante residencia. Me acerqué al mueble empotrado donde yacían mis zapatos y varias pantuflas para poder ponerme los mismos. Vi como Ryou tomaba los suyos e imitaba mis acciones. Yo lo veía un poco confundida, pues, pese a que tenía la sospecha de que tal vez podría acompañarme al verlo abrigado, mi mente aún trataba de reprimir mis propios pensamientos ilusos.
Él, seguramente al verme confundida se incorporó.
-Te acompañaré hasta tu residencia, los autos seguramente estén con Alice-Ojo, así que debemos ir andando.
-Oh, eh, esta bien... gracias.Salimos de los jardines que formaban la residencia de Alice Nakiri y Ryou Kurokiba y el camino se hizo más ligero, pues aún había gente caminando por algunos lugares e incluso algunos estaban saliendo de sus S.I.'s o de sus respectivas clases.
Estaba entretenida observando el camino, ninguno de los dos hablaba, pero la situación no era para nada incómoda. Caminábamos lo suficientemente cerca el uno del otro como para que nuestros brazos se rocen cada cierto tiempo. Un pequeño acto que mostraba que aunque no estuviésemos hablando había una cercanía entre nosotros que no necesitaba que las palabras lo demostracen.
Me hacia pensar en que a pesar de no ser mucho, si había pasado bastante tiempo desde que nos conocimos en el aeropuerto aquel primer día. Y siendo que antes nunca había hablado con él más que alguna cortesía de vez en cuando, cuando Alice fue mi compañera en algún semestre, él y yo nos habíamos entendido muy bien como compañeros desde el incidente del primer día como equipo. Había empezado a comprender que evidentemente sentía algo por mi compañero de ojos rojos, pero estaba segura que aunque él nunca mostró en algún momento nada que sea evidentemente un acto o palabra romántica, sí habíamos llegado al punto en el que salíamos fuera del horario de clases, que varias veces caminabamos juntos al salir de clases hasta que cada uno seguía su camino a su respectivo destino, llegamos al punto en el que no sé en qué momento habíamos memorizado los horarios del otro. Sabía que por ejemplo los martes al salir de nuestra segunda clase teníamos la tercera y cuarta juntos nuevamente.
Aun con todos esos detalles, me seguía sorprendiendo las pequeñas cosas que aún no conocía de él.
-Compremos un té caliente.- Ryou desvío un poco su camino y se acercó a una máquina expendedora.
-Sí.
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Indiferente- Ryou Kurokiba
Fanfiction-"¡Dímelo! solo tienes que decirlo" ~Había intentado excusar su indiferencia con todas las palabras posibles. Sabía bien lo que mis amigos trataban de decirme, lo entendía, no era tonta. Aún así, seguía buscando excusas. Tal vez no para hacer que e...