Cap. 12

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Mientras una hormonal y muy nerviosa Jin mojaba su rostro en un intento por calmar su notorio sonrojo. Kurokiba Ryou esperaba paciente mientras acomodaba el uniforme (que ya había terminado por quitarse) dentro del inmenso armario.
Descalzo él caminaba por el alfombrado de su cuarto hasta llegar al velador que tenía junto a su cama. El sonido de su teléfono sonando lo había distraído de su "ardua" tarea.
Al ver el nombre de "Alice-sama" en la pantalla del móvil dudo en si debía responder o no. Si bien él siempre respondía, pues aparte de ser una de las ordenes que la chica le había dado, cuando no lo hacía se portaba más molesta de lo normal, esta vez había decidido esperar a que deje de sonar y con rapidez en sus dedos, pero tranquilidad en su rostro había decidido silenciar el aparato y dejarlo donde estaba. En cuanto lo dejo en el mueble la pantalla volvió a brillar y el mismo nombre resaltó en este. Él quitó la vista del aparato y la fijó en la puerta del baño algo ansioso, era la segunda vez que ignoraba las llamadas de Alice apropósito y en ambas ocasiones Jin había estado ahí y había sido la principal responsable de sus actos. Temía que si la causante de su reciente resistencia a la niña Nakiri no salía pronto, respondería.

~
Calma Jin, no pasa nada, no estás haciendo nada malo... ¡Pero pon el saco donde estaba!
-Sí, donde estaba... -Esa mala costumbre mía de hablar sola sale siempre que estoy nerviosa.
Colgué la prenda negra en el mismo perchero del que la saque. Retrocedí un poco con las manos temblando y la vista fija en la puerta.
-Muy bien Jin, ya tardaste demasiado, relájate.- Acomodé mi pelo un poco y baje la vista a la camiseta negra que traía puesta. Había decidido quitarme la camisa con la que vine, pues si iba a cocinar, no quería tener calor; sentía la tela negra en la desnudez de mi piel y no podía estar más intranquila.
Calma Jin, calma. Recuerdo que Tadokoro me dijo una vez que cuando sienta nervios escriba el Kanji "Hito"* en la palma de mi mano. Recuerdo tomar con gracia su consejo, pero aquí me tienen ahora, escribiendo "Hito" en mi mano.
Maldita sea Jin ¡sal ya!
Di un suspiro y con la ropa que me había quitado en manos salí del tocador para encontrar a Ryou Kurokiba apoyado en la pared junto a la puerta de la que antes salí.
-Kurokiba-kun, ¿Pasó algo? -No supe que debía responder ¿Y sí me había escuchado? No dije nada revelador, pero si que había hecho muchos ruidos extraños.
-Tardaste mucho. -Levantó la mirada y puso esos aburridos ojos carmín en mi. Sentía como mi cuerpo entero se erizara.
-Ah, sí, lo siento, tuve unos problemas al quitarme la camisa. -Sonreí como si no estuviera temblando de lo nerviosa que estaba.
-Hum, deja tu ropa en ese armario. - Él se incorporó, señaló el armario en el que había dejado antes mi saco y caminó hacia la puerta de la habitación.
Abrí el armario y vi que debajo de donde estaba colgado mi saco había un espacio donde podía colocar la camisa, corbata y suéter que me había quitado. Al acomodar la ropa no pude evitar pensar en el varonil aroma que emanaba ese mueble, probablemente por la ropa que tenía guardada Ryou... era embriagador.

-Bien, ¿Por dónde empezamos? -Dije mientras acomodaba en mi cintura el mandil que Ryou me había pasado. Él al igual que yo, había amarrado uno en su cintura y empezó a caminar hacia mi.
-Tú deberías saberlo, tú debes enseñarme a mi.- Con un gesto estoico me miraba directamente esperando una instrucción.
-Es verdad, tal vez deberíamos empezar por... no sé, que te parece si te muestro como medir la homogeneidad de una salsa.- Dije mientras daba un paso hacia las encimeras ubicadas a los costados de la inmensa cocina.
-Bien.

-¡Deja de reírte mujer escandalosa!
-Lo-lo siento mucho.-Carcajada tras carcajada intentaba calmar mi risa para tratar de no molestar a mi compañero.
Tapaba mi boca con las dos manos mientras veía el rostro irritado de Ryou.
-¡Cállate inútil!
-¡Lo estoy intentando!
-¡No lo intentes! ¡Solo cállate! -Tomé una bocanada de aire para tratar de parar, pero al ver su rostro totalmente negro...
-¡Hahaha! -Me agaché para intentar calmar el dolor de estómago que tras cada forzosa bocanada de aire aumentaba.
-¡Cierra la boca mujer inútil!
Tenía esa sensación de no poder parar aunque quisiera, pues aunque intentaba, no podía quitar la imagen de Ryou corriendo desde el comedor hasta la cocina con el pañuelo en la cabeza para luego abrir la olla donde teniamos hirviendo una de las salsas. Cuando él abrió la tapa todo el humo concentrado y la explosión de una burbuja de la ahora negra salsa saltó directamente al rostro de Ryou Kurokiba. Yo había corrido detrás de él y vi todo el accidente en un plano privilegiado. Él levantó el rostro y apagó la hornilla con una expresión seria, pero en cuanto empecé a reír él cambió el gesto a uno brusco e inmediatamente se acercó a callarme.

-Siento lo de la olla.- Dije mientras secaba los bordes de la encimera donde estaban las hornillas. Sí, la olla donde se quemó la salsa había sido desechada, no se podía cocinar nada en eso.
-Deberías, fue tú culpa.- Kurokiba respondió con un tono neutral mientras al igual que yo él terminaba de limpiar el suelo.
-¡No fue mi culpa! Tú estabas preparándola.- Acomodé el secador encima una de las ahora limpias encimeras.
-Tú tenias que controlar el tiempo.- Puso el trapeador dentro de una delgada puerta.- Además, tú estabas a cargo.
No podía refutar, él no sabia cuanto tiempo debía cocer la salsa y yo me había distraído tanto estando con él, que la había olvidado por completo. Cuando terminamos de revisar la teoría y preparamos las dos primeras salsas, preparamos un almuerzo con mariscos (Idea del hombre con un pañuelo en la cabeza) para que pudiéramos probar las salsas que había usado como ejemplos, evidentemente previniendo su gusto por la carne de mar hicimos la más adecuada para el sabor fuerte de los mariscos. Dejamos la salsa restante terminando de cocer; en la hornilla mientras nosotros comíamos.

~En cuanto empezamos a cocinar él se había puesto el pañuelo en la cabeza, pero a diferencia de la última vez que lo usó estando yo presente, ahora solo parecía bastante concentrado. Tal vez el estar en su casa le resultaba más cómodo, no lo sé.
-"Itadakimasu" **
-"Itadakimasu" -Respondí mientras empezaba a comer. Había visto como él echaba ambas salsas en su plato y empezaba a comer sin decir nada, podía ver en la mirada que le daba a su plato que el sabor le había sorprendido.
-¿Qué te parece? ¿Te gustó? -Lo veía directamente, esperando una respuesta de su parte.
-No está insípida.
-Sabia que te gustaría, tiene un sabor fuerte.- Sonreí por su comentario, después de todo nunca había lidiado con el Kurokiba de la pañueleta fuera de la cocina. Y aunque el tono de su voz era mucho más brusco, no lo sentía amenazante y mucho menos agresivo.
-La próxima ves deberíamos probar crear una mezcla nueva, aprendiste muy rápido a hacer estas.
-De acuerdo.
-O mejor creamos un plato nuevo.- Ryou levantó la mirada poco convencido.
-Claro, piénsalo, así yo pondría en practica lo que tú me enseñaste y me podrías corregir, y tú harías lo mismo.
-¡Entendí! ¡No tienes que explicarme forastera!
-¡Tú también eres un forastero! -Él no dijo nada, simplemente soltó un sutil gruñido.
-Pero, ¿Qué te parece la idea? podemos hacerlo en mi residencia para no molestar a Alice.
-Bien. Después de clases.
-Bien.- Entendí claramente que había aceptado pero no confirmado específicamente.
Me incorporé para llegar a alcanzar la jarra que había olvidado que traje de la cocina. Mientras él cocinaba nuestro almuerzo, yo había preparado té verde helado para acompañar. Tome el par de vasos de cristal que había traído y serví un poco  de té en ambos. Puse uno de estos cerca del lugar de Ryou y yo simplemente me senté nuevamente y continúe mi almuerzo.
-Gracias.- Vi como Ryou levantaba el vaso y bebía un poco de su contenido. Sonreí involuntariamente, no era por nada en especifico, pero sin aviso previo un millar de las más puras emociones emergieron desde lo más profundo de mí, expandiendose por cada centímetro de mi cuerpo. Llenándome así de un sentimiento que si bien no comprendía, estaba empezando a identificarlo, a provocarlo y hasta a buscarlo.
Tome nuevamente los palillos y baje la mirada hacia mi plato sin quitar esa sonrisa de mi rostro.
-De nada... -Espera, recordé algo muy importante... Oups.- ¡La salsa!

..............
*Hito: Kanji "Persona" (Sabrán que Megumi lo usa en forma de relajante)
**Itadakimasu: No tiene una traducción literal al español, pero en el Japonés se usa la mayoría de las veces antes de empezar a comer.
¡Hola!
Nuevo capítulo. Rayos, no es totalmente lo que esperaba pero tampoco me disgusta. :)
Díganme, ¿qué les pareció? ¿qué teorías sacanron de él rumbo que va tomando la historia?
No sé lo que se les venga en mente. :)
Espero de verdad les haya gustado, sé que no es el más salseante, pero me ayuda a ubicar mejor la relación de estos dos.
En fin... ¡gracias por leer!
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Indiferente- Ryou KurokibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora