Cap. 7

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-¿A dónde vas?

Inesperadamente la voz de Ryou Kurokiba me detuvo. ¿Qué es lo que querrá? No robé nada de su recidensia y no creo que me quiera cobrar la comida... ¿o si? ¡No, Jin, qué diablos te pasa!

Giré mi cuerpo para lograr ver su posición.
Alto y de rasgos finos,un cabello negro azabache, un saco largo igual de negro que su cabello, pantalones negros, unos zapatos igual de oscuros que toda su vestimenta, resaltando la palidez de su piel y lo sombrío de su apariencia unos perdidos ojos rojos, un rojo tan intenso que al mirarlos detenidamente, tendrías una imagen perfecta de la verdadera personalidad que poseía su portador, una personalidad irascible y explosiva. Una personalidad que yo creía maravillosa.
-¿Disculpa? -Pregunte yo, totalmente en blanco, pensar en estas cosas me hace sentir como una verdadera fan loca.
-¿A dónde vas? -Volvió a preguntar.
-A voy a...-Sería patético decir que voy a mi recidensia después de proponerle ir al mercado, nunca más mientas Jin.
-Al mercado, te lo dije.- Él no respondió, pero empezó a caminar en la dirección opuesta a la que yo iba.
-¿Y tú? ¿dónde vas? -Pregunte yo estrañada, mientras inclinaba un poco la cabeza y daba un paso hacia donde ser dirigía él.
-Al mercado.- ¡No puede ser, que vergüenza!
-Espera... ¿es-estas seguro qué el mercado está por allá? -Pregunté tratando de disimular.
-A-ha.- Respondió asintiendo, mi vergüenza estaba aumentando al sentir como mis mejillas empezaban a delatar a mi pobre corazón agitado.
-Y... ¿a qué vas? -Repentinamente Ryou dejo de caminar y giro a verme.
-Voy a enseñarte...


-Entonces, para saber cual es el mejor pescado, no sólo debo pensar en el unami y su textura.
-Us.
Después de aquella incomoda situación, Kurokiba-kun dijo que él me enseñaría todo lo que necesitase saber sobre los mariscos si yo le enseñaba todo lo que sepa sobre las salsas.
Claro que la idea me pareció fantástica y acepte en ese instante. Al parecer Ryou había subido a su habitación a traer su abrigo, y yo como la persona dramática que soy inventé toda una historia en mi cabeza, lo que aumento aún más mi vergüenza. Sin embargo, Ryou no dijo nada al respecto, ni de que me fui de su casa, ni de mi evidente mentira. Detalle que realmente me tranquilizó.
Ahora mismo, Ryou me estaba enseñando cosas sumamente básicas acerca del pescado. Ya estábamos dando vueltas por todo el lugar por aproximadamente unos cuarenta minutos.
-Regresemos.-Dijo repentinamente Ryou mientras se dirigía hacia la salida del lugar.
-¿Regresar?- Pregunté mientras lo seguía. -¿Por qué tanta prisa?-La compañía de Kurokiba me gustaba y que termine tan pronto me ponía de mal humor.
-Volveremos pasado mañana.-Dijo como si mi pensamiento habría sido leído por él.
-¿De verdad?- Pregunte emocionada, con una sonrisa el los labios.
-Us.
-Genial... ¿Qué haremos ahora?-Quería cambiar de tema para disimular un poco la emoción que sentía al pensar que estaremos solos nuevamente.
-La señorita Alice ya debe haber regresado.
Y eso basto para darme cuenta que, regresariamos, pero no por que se cansó o algo por el estilo, sino que, regresaríamos... por Alice Nakiri.
Nakiri... ese apellido, la estúpida sangre de los Nakiri ha estado perturbando mi vida desde tiempos inmemoriales.

*FLASH BACK.
-...Me alegra escucharlo, y ¿cómo están las niñas Nakiri Senzaemon-sama?
-Erina y Alice son las mejores de su grado, son un orgullo para la familia Nakiri.
..........
-¡Ya oíste a Nakiri-sama! ¡las niñas Nakiri aprenden sumamente rápido! En cambio tú... sigues siendo igual de inútil que siempre Jin... es una decepción tras decepción ser tu padre.

Después de ese día no volví a pasar vacaciones con mi padre.
El rencor que tenía hacia la familia Nakiri me ayudó a mejorar mis habilidades culinarias, pensé haber remplazando ese sentimiento de odio con simple desprecio y rivalidad. Pero cada vez que creía encontrar algo que me haga feliz, la familia Nakiri se encarga de desgarrar esta felicidad.
Siempre fui una persona sensible, como mi madre, pero trataba de ocultarlo por mi padre
Y no fue hasta que Erina Nakiri llegó, haciendo que todo el odio acumulado a los Nakiri se dirigiera solamente a "La lengua divina".
Alice siempre fue amigable conmigo y no tengo nada contra ella pero... no estoy dispuesta a perder nada mas contra los Nakiri, y menos a Ryou Kurokiba, no ahora.

-Pero, no te vendría mal descanzar un rato más, ¿Qué te parece si me acompañas a dar un paseo? Después yo hablo con Alice, para que no te diga nada, si es lo que temes.- Dije tratando de herir su hombría.
-Yo no le temo a Alice-ojo.-Respondió despreocupado.
-Te creo.-Le dije acercándome.-Y... que dices, ¿me acompañas?
-¿Dónde?
-¿Eso es un sí? -Pregunté graciosa.
-¿Dónde? -Volvió a responder.
-Bueno... no lo había pensado, pero, que tal si, ya que estamos aquí, vamos a dar una vuelta las galerías del distrito comercial, podemos comer algo... yo invito, ¿Qué dices? -Clamé rápidamente, merecía crédito extra, hice todo un recorrido en menos de un minuto. Él siguió caminando.
-No.- Dijo secamente.
-¿Q-qué? ¿por qué? -Respondí totalmente afligida por su respuesta.
-Yo pagaré lo que consuma.-Comentó, siguiendo su camino, pero eso no importaba ahora: Estaba feliz, su respuesta fue de lo más satisfactoria.
Empecé a caminar junto a él con una sonrisa tranquila en el rostro.

-Gracias por comprar, que pasé una linda tarde.
-Gracias, igualmente.- Respondí mientras salía del negocio de helados, con uno en mi mano.
-Esta delicioso, ¿no crees Ryou-Kun? -Pregunte mientras probaba mi helado.
-Us.
-Royu, yo ... No quiero que pienses que soy Alice-chan, yo, no te reclamaré si me dices que no, siéntete más libre conmigo, por favor.-Dije tranquilamente mientras caminaba hacia una banca al pie de una fuente interna, seguida por Ryou.

Comimos el helado en silencio, el día empezaba a tornarse naranja, formando un precioso atardecer, pero... a la vez daba a entender que el tiempo ganado con Kurokiba también empezaba a terminar, sin siquiera el más mínimo recuerdo material que certifique que pase casi un día entero  con Ryou Kurokiba.
Bien compré algunos ingredientes y un par de medias, no es nada que no podría tener sin Ryou. Necesitaba algo para nunca olvidar, y el helado empezaba a terminarse.
-Kurokiba-kun... tu...eh... yo... bueno, ¿po-podemos tomarnos una fotografía?- Estaba sumamente apenada por haber preguntado algo así a alguien como él.- Bueno... sería un eh... sería un lindo recuerdo, la pase muy bien y acostumbro tomar fotografías cuando salgo (que mentirosa Jin). ¡Pero! claro que si no quieres, no tendría problema.- Finalicé risueña, tratando de sonar calmada.
-.... -No respondió, como era de esperarse. Dejo de comer su helado en cuanto le hablé y posó sus rojos ojos en mi. A veces pienso que lo hace a propósito, tal vez lo hace, no lo sé, pero él encontró la manera de sonrojar mis mejillas simplemente con una mirada, la idea de que me esta escuchando... es frustrante no saber que es lo que piensa al escucharte, que es lo que significa en realidad ese "Us"... qué quiere decir.
De repente extendió su mano hacia mi. Lo mire confundida y al final habló.
-Tu helado.- Dijo despreocupado.
-¿Q-qué? -Respondí sorprendida.
-Necesitarás tus dos manos para sacar tu teléfono, se podría caer.
Sonreí involuntaria-mente al darme cuenta a lo que se refería.
Con las manos temblando le pase mi helado y me dispuse a buscar dentro de un bolso que traía; mi teléfono entre las medias, un cuaderno, una cartera donde guardaba el dinero y algunos lápices de colores. Lo encontré, cerré el bolso y dirigí mi mirada a Ryou, él tranquilamente me paso mi helado y yo lo sostuve con la mano que no traía el móvil. Entonces me dispuse a desbloquearlo y entré a la aplicación de cámara (delantera, para ser específica).
Me provoqué otro pequeño conflicto, ¿Cómo debería posar? ¿Debería acercarme? Tal vez no... ¡Vamos Jin! Ya llegaste tan lejos.
Me acerqué a Ryou sonriente mientras lo miraba, él por su parte, se acercó también (Gracias por hacer esto menos embarazoso Kurokiba).
Extendí mi mano acomodando la camara. Acerque un poco más mi cabeza hacia Ryou, quien se encontraba neutro con su helado en manos, yo sonreí alegre, al igual que Ryou tenía el helado en mis manos.
El atardecer y la fuente dieron paso a una escena espectacular. Y un peculiar rostro desinteresado se encontraba junto a uno bastante jovial, quien parecía una niña con un helado chorreante en manos.
Esa sonrisa única y franca, esa sonrisa que salía sin pedir permiso, aquella que desde hace unos días ya; pertenecía a una persona, quien siquiera sabia que tenia entre sus manos algo mucho más valioso que un pañuelo envuelto a la muñeca, ni siquiera todos los lujos que Alice le pudiera ofrecer serian tan valiosos como lo que había conseguido sin esfuerzo.
Lo que comenzó con un simple interés parecía evolucionar y con cada pequeño detalle que él tenía con ella, el corazón y la mente de Jin se llenaban de ideas, ideas y sentimientos que nunca antes había tenido.
Él parecía no saberlo, pero la tenía para él y solo para él.
Ella estaría dispuesta a perder todo con tal de saber que es lo que está pensando.
Ryou Kurokiba tenía algo inmensamente valioso en sus manos, a su disposición y lo peor era que no tenía idea.



............
¡Hola!
Bueno... por donde empezar, pues... lo sé, tardé mucho y ni siquiera esta bueno el capitulo :'v
Pero después de intentar e intentar una y otra vez... al final salio esto y me gusta (pese a lo feo que esta, será algo así como amor de madre) en fin. Voten y Comenten, que me encanta responder sus comentarios.
Infinitas gracias por leer!
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Indiferente- Ryou KurokibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora