Veintiséis

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Nota: Es un capitulo un poco largo, con algunas escenas sexuales.

Después de darme un baño y calmar mis emociones provocadas por aquel momento con Batman, estaba en la cocina moviendo el contenido café de mi taza mientras miraba hacia el lago que solo era alumbrado levemente por las luces de la casa y se movía al compas del viento por la tormenta. Aunque era cerca de media noche no podía dormir por algunas¿ razones, entre ellas Jeremiah, no había llamado.

Di un trago largo al contenido caliente de mi taza y tallé mis ojos, con la mente en blanco y relajada, recargué mis codos sobre la mesa de cristal mientras las gotas de la lluvia golpeaban todos los cristales de mi casa. Suspiré y cerré los ojos un momento, pensando en la tranquilidad que transmitían todos esos pequeños sonidos en medio de la nada, pero eso duró poco, a espaldas mías la puerta se abrió haciéndome brincar por el susto de la silla y levantarme, girando para ver quien era.

—¿Te asusté? -preguntó con una sonrisa apenada, estaba mojado de pies a cabeza.

Solo pude fruncir el ceño.

—¿Qué crees tú? —caminé hacia él.

Me miró apenado y con un leve sonrojo en el rostro.

—Es que, Alaska, yo quería regresar temprano pero la lluvia nos atrasó y hubo un accidente, de verdad no sabes...

Él se detuvo cuando puse mi mano sobre su pecho para sentir que tan mojada estaba su ropa, era bastante y el frío no iba a ayudarle.

—No importa. —subí la mirada para verlo a los ojos, le sonreí un poco.— Lo importante es que ya estás aquí.

Sin dejar de mirarlo, le quité su saco lento, cuidando ser cuidadosa.

—¿Qué haces? —preguntó casi como un susurro.

—Quitándote esto. No quiero que te enfermes.

Dejé de mirarlo para poner el saco cerca de la mesa de la entrada y cerrar la puerta, él se quedó de pie en su lugar hasta que regresé nuevamente frente a él.

—Eres muy linda. —dijo él.

Sonreí sin mirarlo y sostuve el nudo de su corbata para después desamarrarla.

—Algunas veces. —volví a mirarlo.

Él me miraba como si yo fuera la pieza de arte más hermosa de todo el mundo. Me hizo sonrojar y regresé la mirada a su pecho. Comencé a desabrochar los botones de su camisa, uno a uno, disfrutando del momento mientras su respiración se entrecortaba, cuando logré quitársela pude ver su abdomen perfectamente marcado, me di el gusto de admirarlo un momento y después subí la mirada a sus ojos verdes.

—¿A qué estás jugando, Alaska? —preguntó casi susurrando.

—A cuidar a mi novio. —le di un beso corto en los labios, él quería más pero no se lo permití y me separé.— Ve y cámbiate, prepararé café para ti y encenderé la chimenea.

—Suena bien. —se acercó para darme otro beso pero me separé antes de que pudiera lograrlo.

—Tenemos cosas que hacer. —sonreí burlona.

Él no pudo hacer nada más que también sonreírme e irse a la habitación a ponerse algo más cómodo. Por mi parte, dejé toda su ropa junta y encendí la chimenea para después irme a la cocina a preparar el café, el cual estuvo solo en cuestión de minutos.
De camino a la sala me detuve a mirarme un momento en el espejo, tenía una pijama de satín color morada la cual consistía en un short bastante corto y una blusa de tirantes, con la cual se marcaban un poco mis pezones ya que no usaba bra. Mi cabello estaba amarrado en una trenza, y en resumidas cuentas, me veía bien.
Suspiré mientras caminaba hacia la sala con las dos tazas de café, creí que él tardaría un poco más pero llegamos al mismo tiempo.
Jeremiah seguía sin playera y solo vestía un pants color gris, sin pensarlo mucho recorrí su cuerpo con mi mirada y no evité detenerme en su entrepierna, donde comenzaba a tener leves problemas.

Rising From The Dark [Batman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora