Ocho

358 19 2
                                    

-Dios
Susurré para mí mientras un dolor punzante en mi cabeza hacía que mis sentidos despertaran uno a uno, al abrir los ojos me encontré con un techo alto, una decoración bastante fina, en definitiva no era mi casa. Miré por debajo de las sábanas de seda y solo estaba en ropa interior, comenzaba a sentirme nerviosa porque tenía varias lagunas mentales; me levanté mientras una corriente de aire frío recorría la habitación haciéndome estremecer un poco, necesitaba algo con que taparme así que me dispuse a ir a un armario que era visible para mí, pero encontré antes mi vestido en el suelo. Recordé que yo misma me lo había quitado por el supuesto calor que hacía, lo levanté para ponerlo en la cama, después, al abrir el armario me encontré con bastante ropa de hombre, entre ellos una bata negra con varios detalles dorados. Sin pensarlo mucho la agarré y me la puse, me quedaba muy larga, me fui a ver al espejo de cuerpo completo que estaba al lado de una ventana, no tenía maquillaje y me había hecho una trenza. Miré hacia el gran jardín a través de la ventana mientras cruzaba mis brazos por el frío, recordé donde estaba, recordé el momento entre Bruce y yo, lo cual me hizo sentir vergüenza.
Alguien tocó la puerta.

-Adelante -Dije y miré hacia allá-
Alfred entró.
-Bueno días Señorita Müller -Traía un jugo de naranja en su mano-
-Buenos días Alfred
Se acercó y me dió el jugo.
-Se tomó muy literal lo de sentirse en casa
Me sonrojé y le di un pequeño trago al jugo.
-Lo siento mucho
-No hay de qué, es agradable tener la presencia femenina en esta casa
De todos modos yo me sentía apenada.
-Gracias
-Linda bata
Parecía que le gustaba hacer bromas, y me reí un poco.
-Estaré en la cocina por si necesita algo
-Gracias Alfred, perdón por la molestia
Él se fue. Me quedé ahí para volver a la cama y tomar mi celular, tenía poca batería. Llamé a Elsa.

-¿Por qué me dejaste aquí? -Pregunté apenas contestó-
-¿De que hablas? -Se escuchaba que venía despertando- Te desapareciste y creímos que te habías ido
-Dios mío
-¿Donde estás?
-En mi casa con mucho remordimiento por haber tomado tanto -Mentí-
-Somos dos
-Te llamo en un rato
-Sí, bye

Colgamos y yo me levanté de la cama. Salí de la habitación y me encontré con un pasillo enorme, había varias puertas y la decoración era bastante linda. Atenta a todo caminé buscando unas escaleras, era el segundo piso y siendo sincera tenía bastante hambre. Después de caminar un poco sobre el mármol frío las encontré, no se escuchaba ningún ruido y era bastante misterioso, al girar hacia la izquierda se me atravesó un cuerpo más alto que el mío, sí me sorprendí pero intenté no demostrarlo.

-Alaska, buenos días -Me miró-
-Bruce -Lo miré-
-¿Te asusté? -No traía playera-
-Sabes que eso no va conmigo
-¿Como dormiste?
Me cedió el paso y los dos comenzamos a bajar escalera por escalera, él me guiaba porque yo no estaba muy familiarizada con el lugar.
-Todo normal

———————————————

Era Lunes por la mañana y estaba dirigiéndome al trabajo, el día que estuve en casa de Bruce no mencionamos nada sobre nuestro "momento", creí que lo mejor era no hacerlo si él no lo hacía, no quería lucir como una desesperada.
Ya estando en mi oficina me puse a revisar cosas de rutina, parecía que todo estaba normal.

-Señorita Müller -Dijo Zara entrando-
-¿Sí? -Dije mirando la computadora-
-Hay alguien que quiere verla. El Fiscal Joseph
-Que pase
Terminé de ver las cosas en la computadora. El susodicho entró.
-Hola Alaska -Sonrió apenas entraba-
-Hola -Me levanté- Qué sorpresa
Él se acercó a darme un beso en la mejilla. Después nos sentamos, yo en mi silla y él en una de las que estaba frente al escritorio.
-¿Como estás?
-Estresada -Reí- Esto no es tan fácil
-Me imagino -Él veía por la ventana- Solo pasaba a saludar

Rising From The Dark [Batman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora