Siete

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-Hay algo que no te he dicho -Dije mirando hacia la ciudad-
-¿Que cosa? -Preguntó acercándose- La vista es mejor aquí que en mi oficina
Era tanta mi preocupación que no reaccioné a su segundo comentario.
-Es James -Dije casi como un susurro-
-¿Es que?
-Con mi ID fue a las bodegas y robó las cosas. -Suspiré y crucé los brazos- Creemos que Natasha le proporcionó información
-¿Creemos?
-Mí equipo de trabajo y yo
-Aprendes rápido
-Sí -Sonreí- Estamos investigando, pero no te había dicho nada, lo siento
Nos miramos.
-¿Hay algo más que quieras decirme?
Me mordí la lengua.
-Ayer por segunda vez encontré una nota en mi casa
-¿Que decía?
-Los Müller arderán -Miré la nublada ciudad-
-Tenemos que investigar sobre esto, puedes estar en peligro
Bufé. Él volvió a sujetarme por el hombro delicadamente, el tacto de los demás me hacía estremecer pero no me alejé como la última vez.
-No miento cuando te digo que sé cuidarme -Nos miramos- ¿Quieres algo de tomar?
Asintió con la cabeza, me fui hasta una de las repisas de cristal y le serví Whisky en un vaso, también me serví yo. Me acerqué a él para darle su vaso.

-¿Recibiste mi invitación?
-¿Invitación? -Hice memoria-
Me reí, la había guardado sin siquiera leerla. Él le dió un trago a su bebida.
-Da igual -Dejó su vaso en el escritorio- Te quería invitar hoy a mi casa
Arqueé una ceja mientras le daba un trago a mi bebida también.
-Es una reunión, ya sabes, gente importante de la ciudad
-No conozco a nadie
-Es una buena oportunidad para socializar
-Lo pensaré
-Sería un honor tenerte ahí
-Sé que sí

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-Siendo sincera, ni siquiera quiero ir -Dije-
-No seas aburrida -Me miraba sentada en mi cama-
-¿En serio no irás conmigo?
-Tengo visitas en mi casa
Le puse los ojos en blanco, ella me aventó una almohada.
-¿Como te sientes con el nuevo puesto? ¿Todo bien?
-Genial, de verdad nunca encontraré forma de agradecerte
-No digas eso Zara, te lo ganaste
Me sonrió y yo le aventé la almohada de regreso. Teníamos casi la misma edad y por eso nos entendíamos.
-Necesitas amistades nuevas
-Te tengo a ti, a Elsa -Me quede pensando- Y a Jackson
-Jackson es un señor de 50 años
-¿Y que? -La miré mal- Mejor ayúdame, pensé en un vestido pero no sé
Estaba con la bata de baño, entré al gran armario y lo saqué para mostrárselo.
Era un vestido sin tirantes negro de arriba degradándose hasta quedar rosa en los tobillos.

-Es hermoso
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Cómo era costumbre para todos los eventos, Zara me había ayudado a arreglarme, me hizo una coleta alta junto con un maquillaje con tonos oscuros muy intenso, el labial rojo no faltó. Cómo accesorio elegí un collar de perlas que resultaba bastante, las zapatillas negras de siempre.
Estaba afuera de la Mansión Wayne y me sentía bastante nerviosa; pero mientras estacionaba el Porsche blanco busqué la manera de darme ánimos.

-Soy Alaska Müller, puedo con esto y más -Susurré para mí-

Me bajé y caminé hasta la entrada, se escuchaba música clásica dentro de la casa. Los detalles eran increíbles, subí los tres escalones y entré por la gran puerta de pino tallado mientras miraba para todos lados, esto era completamente nuevo para mí.

-Alaska, es un gusto tenerla aquí
-Alfred, hola -Le sonreí-
-Adelante, la acompaño al salón
Le sonreí y comenzamos a caminar por el gran pasillo el cual aparentaba no tener fin.

-¿Que hago si estoy nerviosa? -Le pregunté-
Creo que mi pregunta le sorprendió.
-Solo sea usted Señorita Müller
Suspiré, llegamos al lugar donde estaban todos.
-Bienvenida, siéntase como en casa
-Gracias -Le sonreí-

Di un paso en ese salón lleno de gente, sin saber porque, atraía mucho las miradas y eso me hacía sentir incómoda, pero nunca me mostré insegura.

-¿Vodka? -Me preguntó un mesero-
-Gracias -Lo tomé y él se fue-
Me quedé parada un momento sosteniendo mi vaso.

-Alaska Müller -Llamaron a mis espaldas-
Giré, era Elsa.
-Dios, me hubieras salvado de mis nervios si me avisabas que venías
Ella rió y me dió un beso en la mejilla.
-¿La mujer más rica de Ciudad Gótica se siente intimidada por la aristocracia?
-Cállate -Le dije y reí-
-Ven, vamos a mi mesa
Me tomó de la muñeca y me jaló. Ni siquiera me dejó resistirme.

-Ella es Alaska Müller
-Buenas noches -Dije intentando ser lo más formal posible-
Eran dos tres hombres y tres mujeres. 
-Hola -Saludaron al unísono-
En mi mente creería que sería más formal.
-Vamos, siéntate -Dijo uno de los señores-
-Gracias -Acepté su invitación y me senté en esa mesa redonda-
-Ansiábamos conocerte, todo mundo habla de ti -Dijo una mujer-
Sonreí, no tenía ni idea. Elsa se sentó.

-Te los presento, son Mark, John y Joseph. Ellas son Linda, Miranda y Krystell.
-Mucho gusto -Dije-
La platica se dió de manera natural, me sentí muy bien.
-¿Y que tomas? -Preguntó el más joven, Joseph-
Vestía un traje azul bastante elegante, le hacía juego con sus ojos.
-Vodka
-Somos dos
-Tres -Intervino Krystell-
-Salud -Dije-
Chocamos los vasos. Y pasaron algunos minutos hasta que alguien interrumpió nuestra agradable platica.

-¿Me permiten un momento a la Señorita Müller? - -Preguntó una voz gruesa-
-Solo un momento -Dijo Joseph-
Me hizo reír. Yo me levanté de mi silla.

-Que sorpresa -Dije mirándolo-
Su traje era negro. Me miró de pies a cabeza.
-Lo mismo digo -Miró mi collar- Hay gente que quiere conocerte
-Adelante -Dije-
Él me dió el paso y después me alcanzó para caminar a la par, ninguno dijo nada hasta llegar a un pequeño grupo de personas. Me presentó, hablamos, eran las personas más influyentes de la ciudad, pero no duré mucho ahí, disfrutaba más la compañía de la mesa. Así que regresé cuando tuve la oportunidad, platicamos y confesando, tomé demasiado. Todo iba bien pero me sentí sofocada, y decidí salir de ahí un momento. No sé cómo llegué al jardín de esa gran casa, era todo tan hermoso y grande que no sabía para donde mirar.

-Es lindo, verdad? -Me preguntaron-
La persona que acababa de hablarme se colocó a mi lado.
-Muy lindo -Miré el cielo, me sentía un poco mareada-
-Ese collar de perlas te queda muy bien -Él ya me miraba-
-Me alegra que te guste -También lo miré-
-Creí que dirías lo sé, como siempre
Reí y me acerqué un poco a él.
-Hoy no
-Señorita Müller -Susurró-
-Dígame Señor Wayne
Nos miramos a los ojos, claramente nos estábamos acercando y sí, quería besarlo justificando que estaba borracha, pero me contuve.

-No es tan fácil -Susurré-
Estábamos tan cerca que nuestros labios casi se rozaban al hablar.
-¿Quien eres?
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Rising From The Dark [Batman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora