Rising From The Dark [Batman]

Doce

-Buenos días -Saludé mientras caminaba hacia el elevador-
-Buenos días -Saludaron desde la recepción-
Subí; eran las 8 de la mañana y no había mucho flujo de personas aún, tenía reunión a las 9.
-Hola Alaska -Saludó Zara-
-Holaa -Le sonreí- ¿Tienes la llave de la oficina? Creo que me deje la mía adentro
-Sí -La sacó de su bolsillo-
Le agradecí y me acerqué para abrir la puerta, no lo podía creer. La oficina estaba hecha un desastre, todo fuera de lugar, uno de los ventanales rotos. Alguien había estado ahí.

-Busca los videos de seguridad, ya -Dije- Y llama a Jackson
-Enseguida
Intenté mantener la calma y entré, a simple vista parecía que no faltaba nada. Pero me preocupé después de pensar un poco más, la computadora estaba ahí, la había dejado a simple vista. Entre cristales rotos fui hasta el escritorio y busqué en los archivos el Caso de mi mamá y mío en Rusia, no estaba.  

-No me jodas -Susurré-
Al ver hacia una de las paredes me encontré con una figura metálica en forma de murciélago clavada ahí: Batman. Agarré eso y lo aventé al suelo. 

-No hay videos de seguridad -Dijo Zara-
Se le veía preocupada.
-Fue Batman -Salí de ahí-
-¿Que buscaba? -Me preguntó Zara-
-No lo sé -Susurré y me senté sobre el escritorio de la recepción.
-Creo que es hora de que nos hables con la verdad -Dijo Jackson-
-Es que -Se me cortó la voz- No puedo
-No hay modo de ayudarte si no hablas con nosotros -Zara puso su mano en mi hombro-

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-Si hubiera sabido que todo esto pasaba en Ciudad Gótica, te juro que no hubiera aceptado venir
Estaba en la sala de conferencias con Jackson.
-Todo lo que se vive aquí es -Hizo una pausa- Extraño
-Ya me di cuenta -Miré por el ventanal- ¿Alguien más sabe lo de la oficina?
-Solo los de mantenimiento, ya están en ello
-Que así se quede
Eran cerca de las 7 de la noche, me despedí de Jackson y salí de ahí. Dispuesta a salir de la recepción del edificio alguien me tomó por sorpresa de la cintura, me hizo sonreír.

-Que sorpresa tan agradable -Le dije-
-Hola -Me dió un corto beso-
Estábamos frente a muchas personas. Yo me sonrojé.
-Pensé en que podríamos ir a cenar
-Sí -Sonreí- Ha sido un día muy difícil
Salimos los dos hasta su auto y nos fuimos, él me llevó hasta un restaurante de carnes que yo no conocía, era todo muy lindo y la comida era buena. Se nos fue la noche hablando, con algunas copas encima le conté toda mi vida, sobre mi familia, sobre mi papá, sobre James. Y él hizo lo mismo, me habló de que quedó huérfano a una pequeña edad, que Alfred se había encargado de cuidarlo, todo eso.

-No quiero ir a mi casa -Le confesé mirándolo-
-Vamos a la mía
Él sonrió mientras miraba hacia el frente manejando, era un poco tarde. Hablamos de cosas sin mucha relevancia hasta que llegamos, hacia bastante frío así que al menos yo me apresuré a entrar, nunca me había gustado.
-Estoy tan cansada -Le dije mientras subía las escaleras con pereza-
Solo escuché su risa detrás mía.
-¿Y tienes ganas de dormir? -Preguntó-
Entendí a que se refería, reí. Me sujetó por la muñeca derecha y me jaló para voltearme hacia él, su cuerpo aprisionaba el mío en contra de la pared.
-Que rápido te mueves -Susurré mirando sus labios-
-Ni te imaginas
Me besó apasionadamente mientras que sus manos en mi cintura me tenían pegada a él. Cómo lo disfrutaba.
Me cargó sin siquiera separarse de mí y nos fuimos hasta su habitación, estando ya en la cama las prendas comenzaban a desaparecer, él repartía besos por todo mi cuerpo y me hacía sentir una adicta a sus caricias.
-¿Estás segura de esto? -Me preguntó mientras estaba sobre mí-
Reí y en un movimiento rápido yo me pasé encima sentándome por completo sobre su entrepierna.
-¿Parezco insegura?
-Créeme que no -Levantó su torso-
Me volvió a besar, me volvía loca. Una de sus manos comenzó a acariciar mi espalda, lento, hacia arriba y hacia abajo; hasta que se detuvo y desabrochó mi bra con suma facilidad. Comenzó a besar mi cuello y lo único que salía de mi boca eran gemidos que intentaba suprimir mordiendo mis labios, me sentía tan vulnerable con él.
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-Es un lugar lindo -Le dije-
Le di un trago al whisky que tenía en mi mano mientras miraba por uno de los ventanales.
-Gracias -Dijo Joseph-

Era un evento político, estaban todas las personas más influyentes de Ciudad Gótica, menos Bruce, por alguna razón no había llegado.

-¿Como va todo?
-Muy bien, la empresa está creciendo bastante
-Hablaba de ti, como te sientes en la ciudad? -Hicimos contacto visual-
-Bien -Le sonreí intentando ser amable- Me estoy adaptando
-He escuchado algunos dineros
Llegaron otro par de personas y la plática siguió su curso, por alguna razón sentía que Joseph más allá de ser amable conmigo tenía otras intenciones. Un sonido llamó la atención de todos, un helicóptero; pensé en Bruce y sonreí, pero que equivocada estaba.

-¿Que es esto? -Preguntó Joseph-
Nadie podía darle una respuesta. Yo me miré en un espejo repasando mi outfit: vestido dorado, zapatillas negras, cabello suelto y accesorios negros. Un hombre con otras dos personas bajó del helicóptero, no le distinguía bien el rostro pero cada vez que se acercaba mis sospechas comenzaban a ser ciertas.

-Que mierda -Susurré-
Él atravesó la puerta y todos lo reconocieron.
-Señor Müller, es un honor tenerlo aquí -Dijo Joseph-
Todos los demás le hicieron segunda en saludarlo, yo solamente me limitaba a verlo de lejos. Le di un trago más a mi bebida.

-No pareces muy feliz de verlo -Me susurraron detrás-
Conocía esa voz.
-No sé cómo sentirme
Él me abrazó por la cintura y giré un poco el rostro para poder darle un beso en los labios.
-Solo no seas visceral
-Mira a quien se lo pides Bruce
Reímos.
-Solo vine a avisarte que no podré quedarme, surgieron unas cosas
-Esta bien -Me volteé para mirarlo-
-¿Nos vemos al rato en la mansión?
Sonreí
-Claro
-Nos vemos hermosa -Me dió un beso-
Solo vi cómo se alejó y al girar me encontré con él.

-¿No me lo presentarás?
Lo miré con indiferencia pero no podía ser así. Lo abracé.
-Aunque no lo creas, te extrañaba
-Y yo a ti hija
Nos separamos.
-¿A qué haz venido?
-Hablé con Jackson, hay unos asuntos que yo tengo que tratar
-Oh
Platicamos de cosas sin sentido, con él, con otras personas ahí pero ya no me sentía parte así que me fui a pesar de la insistencia de Joseph para que me quedara. Me sentía un poco extraña. Mientras manejaba le llamé a Bruce sin saber exactamente para qué, pero no contestó. Era casi media noche y no había ni un alma en la calle, como tenía una suerte genial el auto comenzó a fallar y me dejó tirada.

-Pagué un millón de dólares por ti, idiota -Dije mientras me bajaba-
Realmente no sabía que hacer.
-Es un buen momento para hablar -Dijo una voz grave tras de mí-
Sabía quien era.