Cinco

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-Es un hijo de puta -Se levantó del sillón-
-Bruce, cálmate -Me levanté y lo tomé del brazo-
-Es que Alaska por Dios
Lo solté y me volví a sentar.
-Esto es mi culpa -Susurré-
-No digas eso -Se sentó a mi lado-
-Joven Bruce, Señorita Alaska -Llegó Alfred, el mayordomo de Bruce- ¿Necesitan algo?
-Puedo tener un té, por favor? -Pregunté como niña pequeña-
-Claro
-Yo estoy bien
Alfred se fue.
-Perdón si esto es incómodo para ti, no tenía a quien recurrir. Mi papá lo ama, nunca me daría la razón
-Esto no es ninguna molestia -puso su mano sobre mi hombro-
Instintivamente me moví. Él se extrañó con mi actitud.
-Lo siento
Alfred venía con el té, pero Bruce se levantó para agarrarlo.
-Gracias Alfred -Dije-
Me sonrió y se fue.
-Ten -Me lo dió-
Le di un trago pequeño.
-Gracias -Nos estábamos mirando-
-Me preocupas
-Estaré bien, he pasado cosas peores
Me tomé el té y Bruce se sentó a mi lado. Platicamos de cosas indiferentes, pero eran casi las 11 de la noche y tenía que irme.

-Bueno, te agradezco el haberme recibido -Dije mientras me levantaba-
-¿Te vas?
Se paró enfrente de mí.
-No puedo quedarme, pero gracias
-Sabes que puedes llamarme si pasa algo
-Yo sé que sí -Le sonreí-
-Me hubiera gustado ver tu sonrisa en otras circunstancias
-A veces así es la vida
Él suspiró.
-Vaya que sí.
Me acompañó hasta la puerta, nos despedimos y me fui sin más. Era obvio que no regresaría a la casa, me fui hasta el hotel esta vez tomando la precaución de no respetar ningún semáforo. Ya bastantes malos ratos había pasado. En el hotel solo pedí la llave y me fui a la Suite, caminé directo al baño, me desvestí prenda por prenda hasta quedar sin ropa, me sentía como una basura y no necesariamente porque James me hubiera engañado, me sentía reemplazable y tonta. Fui caminando por el piso frío de mármol hasta entrar a la regadera, cuando el agua caliente cayó gota por gota en mi cuerpo no soporté y me solté a llorar.

Solo fueron menos de 10 minutos, salí, me vestí y me miré en el espejo. Era Alaska Müller, una de las mujeres más ricas del mundo, ese idiota no me arruinaría. Cuando salí del baño me senté en la cama viendo los grandes rascacielos, tomé mi celular y llamé a Zara.

-Zara, perdóname por la hora -Dije- James no puede entrar al edifico, ya no debe tener acceso a ninguna de las cuentas de la empresa, a nada
-¿Está bien señorita Alaska?
En la punta de un edifico había una silueta mirándome, Batman.
-Sí -Se me cortó un poco la voz- Mañana nos vemos
Colgué y me levanté para pegarme al ventanal, no podía distinguir por la distancia si él me miraba. Al cabo de un minuto, saltó y desapareció.

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-Zara, vámonos -Le dije saliendo de mi oficina-
Recibí elogios por mi outfit del día. Era un top negro, junto con un pantalón holgado del mismo color, zapatos negros de piso y un abrigo Versace que usaba abierto con los colores tradicionales, negro y dorado.
Bajé con mi acompañante hasta el estacionamiento y tomamos una camioneta Jeep Sahara negra, ella iba a manejar. Cuando salimos me puse los lentes de Sol.

-¿A donde vamos?
-Empresas Wayne, tiene una reunión con el dueño
Sonreí mientras miraba mi teléfono.
-¿Jackson no ha reportado nada?
-No, parece que todo marcha a la perfección
-Que bueno Zara -Dejé el celular- Puedo hablar contigo?
-Claro Señorita Müller
-James tiene un amorío con Natasha -Se me cortó la voz-
Ella no sabía que responder.
-Y no es que me sienta mal por eso, nuestra relación era solo una cortina de humo. Pero, soy Alaska Müller, que hice mal?
Se me salió una lágrima
-Señorita Müller
-Puedes hablarme de tu
-Bueno, Alaska, yo sé que es difícil pasar por eso. Pero eres muy linda y capaz de conseguirte a alguien donde los sentimientos sean recíprocos.
Suspiré y sin quitarme las gafas me limpié las lágrimas.
-Solo quería complacer a mi papá. Pero creo que ni siquiera le importo
-No pienses así -Detuvo el auto, estaba la luz roja- Yo creo que vales más que esto.
-Gracias -La miré y sonreí-
Avanzamos un poco más y se detuvo en la entrada de un edifico.
-Es aquí
-Te llamo cuando esté libre -Bajé del auto- Gracias Zara
Ella sonrió y después de que cerré la puerta se fue.
Caminé hacia adentro del edifico, era hermoso y gigante.

-Hola, buenos días -Dijo una chica desde la recepción-
-Hola -Sonreí y me acerqué- Busco a Bruce Wayne
-¿Cuál es su nombre?
-Alaska Müller 
-Su oficina está en el último piso, ya la espera.

Tomé el elevador y subí hasta donde me indicaron, llegué a un salón muy elegante con una sala de espera donde sorpresivamente no había nadie. Fui hasta la puerta grande de madera que suponía que era la de la oficina y la abrí sin tocar. Entré y caminé hacia el centro cuando alguien cerró la puerta de golpe. No me inmuté.

-Que predecible eres Bruce Wayne -Giré para verlo-
Ahí estaba él.
-Ni siquiera te asustaste
-Necesitas más que eso
-Tengo muchas dudas acerca de ti -Se acercó-
Me levanté los lentes.
-¿Y para eso me citas aquí?

Me miró fijo.

-No -Río-

Pasó frente de mí y se sentó en el borde de su escritorio.

-Lindo outfit

-Lo sé

-Siéntate -Señaló la silla que estaba delante de él-

-Me gusta mas acá -Me senté a su lado, en el escritorio-

-Descubrí de donde se filtraba el dinero, era de Recursos Humanos

-Dos meses después

-Me distancié de ti un poco, pero investigué en el momento que me lo dijiste

-¿Por...

-James

-Oh

Hubo un silencio incomodo

-Investigaste por que el dinero se filtraba?

-No, casualmente las cuentas cuadraron después de que Jackson y yo nos pusimos a investigar

-No desconfías de él?

-Claro que no, Bruce, él prácticamente fundó la empresa con mi padre

-¿Quién dirige ahí?

-Tom, lo recuerdas?

-Sí, lo hago -Miró el techo- Hay alguien traficando con tus químicos

-¿Qué?

Rising From The Dark [Batman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora