Rising From The Dark [Batman]

Treinta y uno

—Está bien. —con un semblante tranquilo, recargó sus antebrazos sobre la barra, inclinó su cuerpo hacia adelante y con la copa entre sus manos, me miró.

Fue hasta ese momento en el que me arrepentí de haberle pedido hablar. No pude mantenerle la mirada.

—Bueno, yo... No sé por donde empezar.

Mi mirada estaba fija en mi copa mientras que sobre mis piernas apretaba mis dos manos, más nerviosa de lo que creí poder estar.

—Dime por donde quieres comenzar, yo me encargo de lo demás.

Sentí un poco de vergüenza, pero necesitaba respuestas.

—¿Podrías hablarme de Batman?

Escuché un pequeño suspiro de su parte.

—Conoces la historia de mis padres, ¿no es así? —solo asentí con la cabeza, él siguió.— Después de eso, no tomé tan buenas decisiones; estaba cegado por el odio, la ira y la venganza, que un impulso me hizo huir de Gotham. Eso me llevó a recorrer el mundo, no como un turista, si no como un criminal, creí, por alguna razón, qué tal vez así podría entenderlos, tal vez así podría encontrar un comienzo para combatirlos, fue un error creer que sería fácil. Estuve de prisión en prisión, peleando, buscando mi lugar, buscando un motivo, hasta que ellos me encontraron.

—¿Quienes? —con la mirada puesta en él, le pregunté.

—La Liga de las Sombras. —hizo una pausa, esperando a que yo le preguntara algo más, pero como no lo hice, él siguió.— Ellos me entrenaron como uno de los suyos, aprendí a pelear, a controlar mis emociones, a encarar mis miedos, me hicieron un arma.

—¿Y qué pasó con ellos?

Yo, con mi mano sosteniendo mi cabeza, lo miraba atenta, prestando atención en cada detalle.

—Bueno... —suspiró nuevamente.— Querían que matara a un hombre, quien había asesinado a otro para tener sus tierras, pero no pude hacerlo, eso estaba mal, no era lo que yo quería. Así que, resumiéndolo un poco, me negué, peleamos, y el lugar terminó destruido.

Levanté mis cejas, un poco incrédula por todo lo que había escuchado.

—Entonces, después de eso, ¿regresaste a Gotham?

Él asintió.

—Después de 7 años fuera de aquí, y con todo lo que viví en la Liga de las Sombras, supe que tenía que hacer algo por la ciudad, volverme un símbolo.

—Batman.

—Batman. —afirmó.

No pude expresar con palabras toda la sorpresa que sentía al conocer gran parte de la historia, pero estaba más que segura de que él la había notado, ya que sus labios formaban una leve sonrisa.

—Seguramente tienes bastantes preguntas.

—Demasiadas.

Él se reincorporó, y después de tomar todo el contenido de su copa, caminó hacia mí. Sin entender bien que haría, solo lo miré hasta que llegó frente a mí.

—¿Qué pasa? —pregunté confundida al verlo de pie frente a mí.

—Ven, hay algo que quisiera mostrarte. —extendió su mano hacia mí.

No quería tomarla, sabía lo que pasaría después. Pero según estaba la situación, no podía negarme.

Bajé del asiento y tomé su mano, cosa que automáticamente me provocó una ola de nervios y un sonrojo bastante aparente, el cual me hizo evitar el contacto visual con él. Mientras salíamos de la cocina dejé que me guiara, pero no quería seguir sosteniendo su mano, así que al comenzar a subir las escaleras lo solté con la excusa de que iba a sostenerme del barandal.