Veinticuatro

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—¿Puedes quedarte con esto? —le extendí mi bolso después de guardar mis lentes oscuros.

—¿Yo? —preguntó casi susurrando.

A pesar del ambiente pesado, entre todo el silencio sepulcral del lugar solté una pequeña risa. Él solo miró hacia mí, sonriéndome con los ojos.

—Vamos, Jeremiah. Te combina con el traje.

—Muy graciosa. —sostuvo la bolsa sin estar muy convencido.

Sonreí junto con él, ignorando por un momento todos los nervios que recorrían mi cuerpo.

—Bien, tenemos que entrar. —Harvey habló mientras se acercaba a nosotros.

—Es hora. —mi papá llegó junto con él.

Asentí con la cabeza. Harvey y mi papá comenzaron a caminar mientras yo esperaba un momento.

—¿Cómo te sientes? —preguntó mi pareja.

—Es una buena pregunta. —mi estómago se revolvió ante el nervio.

Los dos caminamos por detrás del abogado y el Señor Müller en silencio. El sonido de los zapatos era lo único que se escuchaba mientras que los que estaban ahí nos miraban pasar: un contado personal de prensa y algunos de los futuros espectadores de ese juicio tan sonado.
Las grandes puertas de caboa oscura se abrieron ante nosotros dejando a la vista la sala del juicio. Mientras que las piernas amenazaban con falsearme y dejarme caer, recorrí el lugar con la mirada, paredes altas y muebles de maderas que resaltaban en contraste al piso de mármol blanco.

—Todo va a estar bien. —su mano se entrelazó con la mía.— Estamos juntos en esto.

Antes de girarme para verlo mi vista se detuvo en alguien que ya me miraba hace tiempo sin que yo lo hubiera notado, Bruce. Mi corazón dio un salto pero le desvié la mirada y giré hacia aquel pelirrojo.

—Gracias por hacer esto.

—No me agradezcas. —con su cálida mano acarició mi mejilla.

Apreté mis labios mientras me perdía en sus ojos claros. Quería besarlo pero sabía que Bruce estaba ahí, y aunque no quisiera, me sentía mal por estar de esa manera con Jeremiah.
Aún así, él se inclinó un poco hacia mí y me plantó un corto beso en los labios.

—Te amo. —susurró cerca de mí.

—Y yo a ti.

Me di la media vuelta para ir a ocupar mi lugar. Caminé entre la gente con la mirada en alto y al frente, evitando hacer contacto visual con cualquier otra persona, y lo estaba haciendo bien, hasta que llegué a donde estaba Bruce, quien de pie hablaba con otro hombre. Lo miré y él me miró, pero no hubo más que eso.
Tomé mi lugar junto a Harvey.

—No hables a menos que sea necesario. Recuerda lo que dijimos, cualquier cosa, sea la más mínima, puede ser usada en tu contra.

Asentí mientras movía mis pies ansiosa, se escuchaban un par de susurros a espaldas nuestras, algunos disparos de cámara y pasos.

—¿Que esperamos?

Harvey me iba a contestar pero según indicaron, tuvimos que ponernos de pie porqué el juez había llegado. Lo conocía, el Señor Hoffman.
El proceso era algo tedioso.
Juré ante la biblia decir la verdad y nada más que la verdad, todos los hicimos.
Yo miraba mis manos mientras uno de los auxiliares hablaba, dando la fecha y asunto de aquel juicio.

—Estamos hoy aquí para declarar la naturaleza de los actos de la Señorita Alaska Müller, quien es acusada de Homicidio, Delito de daños y Delito de amenazas. —el juez leía el documento, se detuvo y miró hacia mí.— ¿Como se declara la acusada?

Rising From The Dark [Batman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora