La princesa villana [Pausa]

El Cuarto

Congelado en aquel pasillo, el castaño se encontraba confundido, se repetía a si mismo que estaba seguro y que habia una razón lógica para lo qur acababa de ver, aquella habitación daba una sensación escalofriante, pero también le daba cierta curiosidad, que habia dentro para que se prohibiera el paso a ella, cuando se dio cuenta ya habia avanzado unos cuantos pasos hacia delante.

La cama y los muebles estaban cubiertos de sábanas blancas polvorientas, pero aun asi de descuidado notó que las decoraciones de la habitación eran muy hermosas y aquel lugar era bastante grande, al lado de la cama noto que habia un un mueble extraño bajo una gran manta blanca, se acerco a este y con cuidado retiro lo que lo mantenía cubierto.
—una cuna...
Susurro para si mismo, mientras la examinaba la puerta se cerro de golpe al mismo tiempo que un trueno retumbaba en la habitación, a través de la puerta de cristal del balcón podía observar como la lluvia caía fuertemente, la luz de luna ilumino aquel lugar y de pronto Laude escucho pasos que se acercaban a la entrada de la habitación, temeroso de que fuera un guardia se arrodilló detras de la cuna y asomó ligeramente la cabeza para observar un poco.

La puerta se abrió de golpe, la silueta de un joven entro a aquel lugar, vestía antiguas ropas y la capa era parecida a la tradicional capa del rey que su padre ocupaba, con espada en mano aquel extraño se comenzó a acercar hacia la cuna, el castaño estaba asustado, ¿y si era un asesino? No tenia nada con que defenderse, y por esa parte del castillo no pasaban guardias, tardarian en venir ayudarlo aunque hiciera bastante ruido, aquella silueta levantó la espada pero entonces otra más entro a la habitación, era la silueta de una joven.
—¿Que estas haciendo?
Mencionó la mujer haciendo que el hombre volteara a verla
— ella te hizo esto, no dejes que gane.
Continúo aquella mujer pero el contrario se mantenía en silencio, Laude no entendia que estaba ocurriendo en aquel lugar, pero su cuerpo no se movía. La mujer se acerco al contrario para intentar abrazarlo pero la silueta contraria dio unos pasos hacia atrás y de pronto balanceo la espada, el sonido de aquel metal rasgando la ropa y el quejido de aquella mujer retumbaron en los oidos del joven príncipe quien miró horrorizado como la mujer caía al suelo sosteniendo su abdomen, de pronto el llanto de un bebé invadió el lugar mientras que aquel sujeto se mantenía quieto, la sangre goteaba de la punta de la espada y se creaba un charco al rededor de la mujer.
—L... Lu...mi
Susurro aquel hombre y la espada cayó al suelo causando eco, el extraño se puso de rodillas al lado del cuerpo de la contraria y tomo su mano.
—p... Protege.. Lo
La joven le entrego algo al hombre antes de fallecer, con ternura aquella silueta dejo la mano de ella y se levantó, se volteo y camino hasta la cuna donde Laude seguia paralizado pero aquella figura parecía no verlo, esta estiro los brazos hacia la cuna y de pronto laude observo como sacaba a un bebé de esta.
— perdoname bebé, nunca más seré corrompido, ahora esto te pertenece.
Mencionó colocando un collar, Laude lo reconoció de inmediato, era el collar que tenía él, para comprobarlo bajo su mirada a este pero al volverla a levantar las siluetas habían desaparecido, la lluvia se habia detenido de igual manera, se levantó de donde estaba y  apreto su collar confuerza, no sabía que estaba pasando, si había alucinado con aquello, decidió salir rápido de ahí, cerro todo como si nadie hubiera entrado y fue directo a su cuarto, estaba seguro que tenia que investigar aquel lugar.

Al día siguiente, en una de las salas de estar la castaña se habua reunido con la princesa.

— ¿quieres que engañe a mi padre para que piense que fuiste conmigo a la villa unos días mientras vas de excursión?—

Dicho de aquella manera sonaba raro pero Liliana asintió decidida mientras que la persona contraria suspiraba al igual que su caballero que se encontraba de pie cerca de la puerta.

— Solo espero que tengas mucho cuidado al salir—

Mencionó la joven princesa Amalia antes de agarrar su taza de té y darle un sorbo, la castaña volteo a ver a su caballero el cual se solo sonrió nervioso. Ahora tenían una oportunidad, la princesa conseguiría el permiso de su majestad para llevar a Liliana a la villa con la excusa de mostrarle aquel jardín que se decía era el más hermoso de todo el reino.

—prometemos regresar lo más pronto posible.—