Nuevos Caminos

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Paso algo inusual, sin querer derrame un poco de vino en la manga del traje del príncipe, bueno, el rey, pero al contrario de lo que esperaba terminamos riendo y bailando un poco, no puedo creer que tengamos el mismo sentido del humor, me siento la Cenicienta, me toca quedarme en el reino del sur así que podre verlo seguido, extrañare a mi amiga pero se que le ira bien en el norte, todo el mundo la ama pero aun asi no se ve del todo feliz cuando estamos las dos juntas, cambió un poco desde el baile.

Liliana casi no durmió esa noche tratando de pensar en la persona que le estaba ayudando, pero sobretodo en las razones por las que lo haría, ¿y si ella no era la única que habia regresado en el tiempo esa vez? No parecia tan descabellado, la verdad aún se preguntaba la razón por la que pudo regresar en el tiempo, no es como si ella fuera especial en ese aspecto, le daba vergüenza admitir que días después que llego intento hacer varios hechizos y conjuros de un libro que estaba en la biblioteca real, claro que no pudo sentir nada anormal y nada extraño habia pasado, también se preguntó el por que de esas flores, que trataba de decir con ellas.

Aún algo desvelada se encontraba tomando el té en las bancas del jardín, dejo salir un leve suspiro que el pelirrojo pudo notar de inmediato.
—parece que no descanso bien anoche—
La joven dejó la tasa sobre la mesa y asintió solo con un movimiento de cabeza.
—solo pensaba en que hay muchas que aún no se, y que necesito saberlas—
El joven tomó asiento enfrente de la castaña y sonrió.
—bueno, apenas tienes 15 pero suenas como toda una adulta ya, las respuestas van a llegar cuando sea el momento—
La joven suspiro y se quedo pensando en cual sería el momento ideal donde descubriría lo que esta sucediendo.
—supongo que tienes razón—
Dijo sin tanto ánimo mientras volvía a tomar de su tasa, aunque ya habían pasado los sucesos más importantes aun seguía inquieta, todo estaba calmado pero no se sentía segura, tenía el presentimiento de que algo podría pasar en cualquier momento.

Una semana ya habia pasado desde la fiesta, se encontraba hablando con la joven princesa Amalia cuando un sirviente trajo una carta para ella, al abrirla no podía estar más confundida, se trataba de una pequeña reunión en la casa de la hija de un duque, ya no podia comparar su otra vida con la actual ya que todo se habia cambiado, asi que pensó que se trataba de alguien a quien conoció durante el baile, dudo un poco pero al final contestó la carta confirmando su asistencia.

Al día siguiente junto a Esther fue a la casa del Duque Romney, su hija tendría la misma edad que ella al parecer, no recordaba bien el nombre pero el pelirrojo le ayudo a recordarlo, el carruaje llego a la mansión, ambos entraron a la casa y fueron escoltados hacia el salón. Estaba nerviosa porque sería la primera vez en muchos años que iria a una reunión así, solo tenía que estar tranquila y no molestar a nadie para pasar con éxito aquel día. Al entrar al salón pudo notar rostros familiares, algunas de su vida pasada, reconoció a las chicas que la seguían y le ayudaron a molestar a Sophia la primera vez, se sorprendió un poco al ver a la pelirroja en aquel lugar también, Esther se quedo fuera del salón. Antes de poder ir con Sophia que era a la única con la que había hablado más tenia que saludar a la anfitriona, estaba sentada en medio de los sofás asi que fue fácil localizarla, mantenía una cabellera azabache en bonitos bucles, sus ojos eran de un color grisáceos. Liliana se acercó y todas las demas damas se levantaron para saludarla, la azabache se acerco e hizo una leve reverencia.
—me alegra que pudiera asistir el día de hoy su alteza—
—es todo un placer poder estar aqui con todas Lady Denise—
Todo parecía normal pero algo le inquietaba, sentía que algo la observaba.

La princesa villana [Pausa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora