Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||

17. ~Ayato~

¡Ah sí! Esos chicos... bueno, tal vez yo tuviera algo que ver en eso de que no volvieran a dirigirte la palabra.

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El joven soltó un grito de agonía cuando su contrincante lo estampó contra la pared de la manzana con una fuerza sobrehumana y, debido a la dureza del impacto, su cuerpo se deslizó dolorido por el tabique del edificio cayendo finalmente de rodillas al suelo.

Alzó la vista para observar horrorizado a ese muchacho de cabellos oscuros que lo había atacado de imprevisto y sin ningún motivo aparente dado que no lo conocía de nada y era la primera vez en su vida que lo veía.

—¡¿Quién eres?!¡¿Qué demonios quieres?! –exclamó temblando de pies a cabeza pues la mera presencia de ese individuo ya le intimidaba y en su iracunda mirada se podía percibir perfectamente la promesa de la mismísima muerte.

—Quien soy no te importa, pero como vuelvas a acércate a la chica rubia de tu clase desearas no haber nacido nunca —le siseó en un tono lleno de frialdad.

—¿Te refieres a Lyra?¿Acaso eres su novio? —le preguntó atónito.

—¿Lyra? —cuestionó parpadeando sus ojos un par de veces sorprendido ante la inesperada información—. ¿Así es como se llama?

—Sí, sí... su nombre completo es Lyra Black.

—¿Qué más cosas sabes de ella? —le increpó. No obstante, al ver que no le respondía tan asustado como estaba le espetó enojado—. ¡Habla de una vez imbécil!

—No-No sé mucho más, so-sólo su nombre y que-que ha venido desde Inglaterra para estudiar violín. ¡Lo juro!

—¿Violín?¿Qué cojones es eso?

El otro lo miró completamente alucinado de que no supiera a lo que se refería.

—¡¿Pero qué mierda me estás mirando tanto?!¡Te he hecho una pregunta joder! —le gritó agarrándolo por el cuello de la camisa y zarandeándolo violentamente.

—Es un instrumento musical de cuerda y está hecho de madera. Es muy común, pero dificilísimo de tocar —se apresuró a contestar alzando sus manos en señal de paz.

<<Debe ser ese trasto tan raro que se le cayó al suelo cuando chocamos en la calle>> recordó inmediatamente Ayato.

—Requiere muchos años de experiencia y en este conservatorio está una de las violinistas más importantes a nivel mundial. Por eso ha venido a estudiar aquí, porque quería a Akiko Suwanai como su profesora —le acabó de explicar el pobre chico.

Sin embargo, el Kirishima seguía mirándolo con el ceño fruncido.

—Es todo lo que sé, de verdad. Por favor, déjame marchar —le suplicó el humano—. Te prometo que no volveré a hablarle si es lo que quieres.

—Más te vale que sea así porque si no... —musitó de manera amenazante mientras lo acercaba peligrosamente a su rostro para, en ese instante, revelar sus kakugan ante la mirada de terror de su rival— la próxima vez que me veas nadie sabrá jamás lo que pasó contigo. ¿Lo pillas?

—Sí-sííí... —tartamudeó acobardado al descubrir que su oponente era, en realidad, un ghoul.

—¡Largo! Y espero que no seas tan estúpido como para contarle a alguien lo que ha pasado aquí. Recuerda que sé dónde estudias, puedo averiguar en un momento dónde vives y matarte no es más que un simple juego de niños para mí.

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¡No te enfades! Hice lo que hubiera hecho cualquiera en mi lugar, alejar a la competencia.

No voy a negar que actúe movido por un ataque de celos pero esos chicos no querían ser sólo tus amigos. Si hubieras visto cómo yo la forma en la que te miraban en el salón de actos ahora mismo me estarías dando las gracias por haberte ahuyentado a ese par de pervertidos.

En fin, lo importante es que gracias a uno de esos idiotas descubrí cómo te llamabas y pude averiguar más cosas sobre ti.