Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||

45. ~Eto~

Si había algo que en los últimos años había caracterizado a Black Rabbit era su indiscutible capacidad de liderazgo y su expresión seria e imperturbable incluso a la hora de sesgar la vida de sus enemigos. Por eso, en el momento que lo vi entrando en la guarida del Aogiri no Ki con un brillo soñador en sus ojos y una sonrisa de oreja a oreja supe que al fin lo había conseguido: su pequeña humana se había rendido a sus encantos.

Me alegré por él.

Daba pena ver a un joven ghoul tan apuesto y poderoso siempre huraño y solitario, ya iba siendo hora de que apareciera una chica en su vida que fuera capaz de volverlo loco de amor y además correspondiera sus sentimientos llenándolo de felicidad.

Esperaba que durante ese tiempo que se había esforzado por estrechar sus lazos con Lyra realmente hubiera conseguido anudarlos fuertemente porque el acto final que decidiría el destino tanto de los humanos como de los ghouls se acercaba.

Mi último libro ya estaba terminado y listo para salir en las librerías de todo el país. El avispero de la CCG pronto se agitaría y muchas verdades ocultas verían la luz...

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Todo el Aogiri no Ki estaba reunido en una amplia explanada de la isla Rushima esperando a que sus líderes aparecerían pues les habían comunicado que Eto quería darles un anuncio importante.

La ghoul, acompañada por Tatara y el resto de altos ejecutivos, no tardaron en personarse por uno de los laterales del lugar y ascendieron a una plataforma dejando que la mujer se adelanta y tomara la palabra en el estrado:

—Gracias por venir —les dijo a los presentes a modo de saludo—. Supongo que ya habréis notado el reciente descenso en el número de miembros dentro de la organización. Damas y caballeros, algo me dice que se avecina un gran cambio y con eso en mente, hay algo que me gustaría confesaros... yo... —musitó desenrollando las vendas de su rostro para dejar al descubierto sus rasgos faciales por primera vez desde que dirigía el Aogiri— soy el ghoul apodado como "el búho" y también soy la novelista Sen Takatsuki —declaró orgullosa ante la expresión atónita de todos sus súbditos.

—¡¿Qué?!¿Cómo?¿Ella es el búho? —se escucharon los murmullos en todo el recinto.

—Hace trece años lideré un pequeño asalto contra la CCG, pero acabamos perdiendo. Sobrestimé mi fuerza y me dieron una gran y dolorosa lección —admitió continuando con su disertación y atrayendo de nuevo la atención del público—. Por eso, decidí que lo más conveniente era aumentar el número y fundé el Aogiri no Ki. Hoy en día somos miles; sin embargo, todavía estamos lejos de alcanzar nuestro objetivo principal que, como ya sabéis, es un mundo que se ajuste a nosotros... los ghouls —hizo otra pequeña pausa. El silencio era absoluto. Nadie se movía, nadie decía nada. La muchedumbre seguía observándola absorta y estupefacta. Eto podía sentir la mirada de todos y cada uno de ellos taladrándole intensamente su figura—. Dicen que la aparición de un ghoul cíclope siempre da lugar a un cambio... —dijo mostrando su único kakugan dejando al público aún más impresionado de lo que ya estaba— y aunque yo no soy el verdadero rey cíclope espero que cuando se dé a conocer le ayudéis al igual que a mí a destruir la CCG para que podamos vivir en un mundo libre donde no estemos obligados a escondernos.

Dicho esto, se retiró majestuosamente del púlpito y al llegar a la altura del Kirishima le comentó en voz baja:

—¿Recuerdas lo que te dije durante tus lecciones de inglés? —él asintió con la cabeza—. El momento ha llegado —le dijo clavando su profunda mirada en su subordinado—. Me has servido muy bien desde que Tatara te reclutó siendo un niño, ya es hora de que seas libre para hacer lo que creas conveniente y vivir como más te plazca. Te deseo lo mejor, Ayato. Ojalá, tú y Lyra tengáis más suerte de la que tuvieron mis padres.

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Jajaja, la cara que se le quedó a Ayato tras decirle eso fue un poema.

En fin, después mi discurso en la isla Rushima no me quedé cruzada de brazos esperando a que la CCG viniera a por nosotros. Decidí mover ficha y me presenté ante el mismísimo Ken Kaneki. Él acababa de descubrir quién era realmente gracias al interrogatorio previo que le hizo a mi editor Shiono pero, a pesar de convertirse en un inspector más frío y distante tras la misión de los Rose, en el fondo aún conservaba su lado más humano y no me resultó difícil convencerlo para que me dejara cumplir mi último deseo antes de que, como todo buen agente de la CCG, me encerrara en los niveles de máxima seguridad de Cochlea para que me pudriera allí...

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En la recepción de un gran y lujoso hotel, un evento de carácter internacional estaba a punto de tener lugar...

Decenas de periodistas y fotógrafos esperaban agolpados tras las barreras que habían dispuesto los organizadores de la conferencia como medida de seguridad a que la célebre escritora hiciera su aparición tal y como les había prometido en su web oficial para presentar su nueva obra.

Al igual que hizo con sus seguidores del Aogiri, la afamada escritora se presentó en la sala ataviada con su mejor vestido de fiesta y acompañada en esta ocasión por la versión más impertérrita de Haise Sasaki.

Ambos subieron a la tarima ubicada frente a los medios de comunicación y, quedándose el inspector en un segundo plano, la cíclope se colocó en el estrado recreando a la perfección la imagen de la isla Rushima aunque su nuevo público se mostraba más inquieto e impaciente que lo fueron sus súbditos al verla aparecer.

—Creo que no hablaba delante de tanta gente desde que salió a la venta "El huevo de la cabra negra" —les comentó con una amplia sonrisa—. Me alegro que se hayan tomado la molestia de venir aquí esta noche pues esta historia es, sin duda, la que más ganas tenía de contar. Llevo muchos años trabajando en ella. Doy las gracias de corazón a los organizadores y a mi editora por tener la oportunidad de anunciar dicha obra en un lugar tan maravilloso como éste. Es una historia en la que, como autora, he volcado toda mi vida. Pero, antes de presentar el libro, hay algo sobre mí que quiero comunicarles a todos ustedes... soy una ghoul —anunció manifestando su único kakugan ante la expresión desconcertada y patidifusa de los presentes.

Ninguno sabía cómo reaccionar mas, cuando un valiente fotógrafo se animó a echarle una instantánea para capturar la imagen de su ojo y la mujer seguía sonriendo complacida sin atacarle ni hacerle un mal gesto, los flashes comenzaron a inundar la estancia por efecto domino mientras que docenas de manos de periodistas se alzaron de inmediato ávidos por que la novelista contestara sus preguntas. Sin embargo, antes de responder a todas y cada una de ellas, quiso constatar a la sociedad:

—Mi última obra está dedicada a todos mis congéneres quiénes, como yo, se sienten desamparados devorando carne humana en un mundo donde no deberían de haber nacido.