46. ~Kaneki~

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Después del escándalo que originó Eto Yoshimura con el anuncio de su libro, los altos mandos de la CCG estaban sedientos de sangre y venganza y ansiaban que rodaran cabezas para calmar su furia de modo que se programó una serie de ejecuciones contra los ghouls encerrados en Cochlea siendo una de ellas la de Hinami al ser un antiguo miembro del Aogiri no Ki.

La fecha de su eliminación estaba próxima y, aunque en los últimos meses me había distanciado de ella y no había acudido a la prisión para visitarla como solía hacer habitualmente antes de la misión de los Rose, una parte de mi conciencia no me dejaba mantenerme tranquilo ante la idea de perderla.

De todos los ghouls que existían en el mundo, ella era la que menos se merecía morir de esa forma a manos de la CCG así que ese día decidí hacer mi último trabajo.

Liberaría a Hinami de Cochlea y después moriría con estilo bajo la espada del hombre que me había dado una segunda oportunidad en la vida como inspector de ghouls, mi mentor Kishou Arima.

Pero antes, quería que cierta persona abriera por fin sus ojos. Debía saber la verdad sobre lo que estaba ocurriendo para que, a partir de ahora, tuviera mucho cuidado con los pasos que daba pues ya no estaría ahí para protegerla...

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En la casa que durante los últimos meses se había convertido en su hogar, Lyra leía tranquilamente los últimos capítulos del volumen que tenía entre sus manos cuando alguien le dijo a sus espaldas:

—Así que al final te decidiste a leer el último libro de Sen Takatsuki.

La muchacha se giró inmediatamente al reconocer aquella voz encontrándose con el inspector Sasaki. Sus ojos se abrieron desorbitados por la sorpresa dado que, desde la muerte de Shirazu, su antiguo guardaespaldas había renunciado a su puesto como instructor de los Quinx y no había vuelto a poner los pies en el Castillo.

—¡Haise! —exclamó levantándose de un salto para correr hacia él dándole un afectuoso abrazo que fue correspondido por su contrario—. No puedo creer que hayas venido. Estoy tan feliz de verte otra vez, ¿te has teñido el pelo? —le cuestionó curiosa al separarse un poco y percatarse de su nuevo cabello negro azabache.

—No, pero dependiendo del recuento de células Rc en mi cuerpo se me oscurece más o menos.

—Ya veo... ¿Y qué te trae por aquí?

—Hacia tiempo que no te veía y me preguntaba cómo estabas.

—Estoy bien —le aseguró—. Sigo yendo al conservatorio y los Quinx continúan cuidando de mí. Me va bien aunque... te he echado muchísimo de menos —admitió con un deje de tristeza.

—Y yo a ti, Lyra —reconoció el otro de la misma manera—. ¿Hay alguien más en la casa? —preguntó echando un rápido vistazo a su alrededor.

—Ahora mismo no. Urie todavía está en la CCG, Saiko ha salido un momento para comprar un nuevo videojuego, Mutsuki está en una misión junto a Suzuya y los nuevos reclutas están en un reconocimiento médico.

—No deberían dejarte sola —comentó el moreno frunciendo el ceño disgustado.

—Oh, no te preocupes. Saiko regresará enseguida —dijo la inglesa en un tono afable y restándole importancia al asunto—. Además, de vez en cuando también agradezco estar sola y tener mi propio espacio.

Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora