41. ~Lyra~

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Al día siguiente, en cuanto les di la terrible noticia a Yukio y Nezuko de que Kaneki parecía haberse interesado en una chica muy guapa que trabajaba en una cafetería cercana al Castillo sus lamentos no se hicieron de esperar...

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—¡¿Qué?!¡Noooo!¿Por qué Sasaki? —el clamor implorante y desesperado de Yukio fue escuchado claramente por los comensales que se ubicaban alrededor de la mesa de los cuatro amigos.

—Ni siquiera fui capaz de decirle lo mucho que me gustaba... —musitó una Nezuko también desolada mientras se tapaba el rostro con las manos.

—A ver, tampoco es para tanto... —dijo Tanjiro intentando calmar los ánimos—. Tan sólo entraron en un local, él tartamudeó un poco cuando pidió el café, después se quedaron mirando el uno al otro embobados y... —en ese momento enmudeció y, frotándose la barbilla fervientemente como si lo estuviera analizando todo de nuevo, preguntó—. ¿Él ha sugerido volver allá?

—Sí —contestó la inglesa con rotundidad—. De hecho, cuando venga a recogerme esta tarde me ha pedido que nos pasemos por allí otra vez porque "he tenido un día muy ajetreado y necesito un café urgente" —citó recordando a la perfección el mensaje de texto que le había enviado su guardaespaldas—. Y con un emoticono de carita sonrojada y sonriente —recalcó.

—Entonces tenéis razón, no hay nada que hacer. Haise Sasaki ya está oficialmente pillado —sentenció provocando que los llantos y los sollozos de ambas amigas fueran en aumento.

—Animaos un poco, chicas. Haise no es el único hombre guapo y encantador que existe en el mundo —les mencionó Lyra.

—Por supuesto, también estoy yo —soltó Tanjiro llevándose una mano al pecho en una pose petulante al mismo tiempo que se ganaba la sonrisa cómplice de la británica.

No obstante, las otras no le siguieron la broma tan apesadumbradas como se encontraban.

—Claro, como tú ya tienes a ese misterioso chico que no para de mandarte mensajes y es obvio que está coladito por ti puedes decir eso tranquilamente —le recriminó una Yukio muy alterada y cruzándose de brazos enfurruñada—. Pero yo no sé si encontraré otro diamante en bruto como Sasaki.

—Oye Yuki, no ataques a Lyra de esa forma. ¿No crees que estás siendo un poco injusta? Ella solamente intenta animarte y no tiene la culpa de que Sasaki se haya fijado en una chica que no seas tú —le espetó el nipón empezando a enfadarse por la actitud infantil de su compañera—. Bastante hace con decírtelo para que no pierdas el tiempo ni albergues falsas esperanzas.

—Tienes razón —admitió la joven bajando el tono de su voz y dándose cuenta de su error avergonzada—. Lo siento, Lyra. Estoy muy desilusionada y he pagado toda mi frustración contigo.

—Está bien... no te preocupes —dijo la otra restándole importancia al asunto—. Entiendo que ahora mismo estás decaída y se dicen las cosas sin pensar.

—Y hablando del chico misterioso, ¿estás segura de que hoy vendrá Ayato, Lyra? —le cuestionó Tanjiro decidido a cambiar de tema—. Porque llevamos aquí quince minutos y todavía no aparece.

—Es raro que se retrase, de normal es muy puntual. Cuando yo llego siempre está sentado en esta mesa esperándome —les informó.

Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora