Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||

21. ~Ayato~

Reconozco que lanzarte esos cristales para que te marcharas del callejón no fue la mejor de mis ideas.

En cuanto vi cómo te alejabas de mí desesperada y llorando completamente asustada supe que la había cagado hasta el fondo pero, ¿cómo iba a explicarte que sólo quería protegerte si, en ese momento, ninguno de los dos entendía el idioma del otro?

Además, al mostrándome ante ti como un ghoul dudo mucho que hubieras confiado en mí si hubiese intentado sacarte de allí para ponerte a salvo.

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Ayato observó cómo la chica se distanciaba de él soltando un suspiro cargado de frustración.

<<Mierda...>> pensó retirando la máscara de su rostro malhumorado mientras los cristales de su kagune desaparecían de la pared.

Echó un breve vistazo al lugar donde había permanecido Lyra durante todo el incidente y vio las evidentes marcas que sus proyectiles habían dejado en el muro.

Si en condiciones normales la humana ya le temería por ser un ghoul, ahora acababa de darle un motivo de peso para tenerle auténtico pavor.

—Tsk —chasqueó los dientes desviando la mirada disgustado.

<<No sé por qué me importa tanto>> frunciendo el ceño. <<Después de todo, ella tan sólo es comida>> se recriminó a sí mismo exasperado.

—¡Además yo jamás me relacionaría con alguien de su patética raza! —exclamó furioso recordando sus propias creencias y lo que le llevó a unirse al Aogiri—. Esos cabrones me lo arrebataron todo... —susurró apretando los puños con fuerza.

El cuerpo decapitado de su subordinado seguía a sus pies y una mueca de desagrado apareció en su rostro.

—Sin duda se lo merecía, pero me temo que Eto no estará contenta cuando se entere de ésto —musitó dándole una patada al cadáver para desahogar toda su ira y su desdicha—. Tendré que inventarme algo convincente para justificar su muerte.

Resultaba que aquel individuo era un elemento valioso dentro de la organización. Un ghoul completamente adaptado a la sociedad humana y que se movía en ella como pez en el agua consiguiendo un montón de información útil y de gran relevancia para el Aogiri. Tenían muy pocos miembros con esa habilidad en el espionaje y la infiltración y perder a uno de ellos era un golpe demasiado doloroso para sus planes a la hora de exterminar a la CCG y dejar de vivir bajo el yugo de los humanos.

Dispuesto a irse del lugar, se percató del estuche que había sido abandonado en el suelo. No tenía que examinarlo minuciosamente para saber que se trataba del violín de Lyra. Seguramente se le cayó a la joven cuando su subordinado la acorraló contra la pared y se había olvidado de él al estar sometida a tanto estrés cuando huyó presa del pánico.

El ghoul intuyó que si la inglesa lo perdía podría tener serios problemas en el conservatorio. La mayoría de sus clases y sus estudios dependían de ese trasto y, por lo que había investigado, era bastante caro.

Tras un breve momento de incertidumbre, caminó hacia el violín y tomándolo del suelo se lo colgó a la espalda.

—Maldita seas, humana tonta —murmuró con fastidio marchándose finalmente del callejón.

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¡No me mires así! Comprende que en ese instante nunca hubiese admitido lo que era obvio.