55. ~Lyra~

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"Es Kaneki..."

Aquella frase se repetía una y otra vez en mi cabeza.

¡¿Cómo era posible que esa "cosa" que crecía de manera descontrolada arrasando la ciudad y matando a cientos de inocentes a su paso fuera Kaneki?!

Si no fuera por la expresión sombría y ceñuda que pusiste cuando dijiste su nombre, hubiera pensado que me estabas tomando el pelo...

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—¡¿Pero cómo...?!¿Qué ha pasado? —le cuestionó la violinista perpleja.

—Ha sido esa chica de los Quinx que vive obsesionada con Kaneki...

—¡¿Mutsuki?!

Ayato asintió.

—Se ha presentado por sorpresa en el distrito 24 acompañada por los Oggai y les ordenó atacar a todos los invitados de la boda —le relató con un tono de ira contenida mientras seguía leyendo el contenido del mensaje—. Hubo mucho caos y, durante la pelea, consiguió acorralar a Touka atacándola con un cuchillo.

—¡Oh, Dios mío! —exclamó la humana con el corazón en un puño—. ¿Y cómo se encuentra?

—Está bien, dice que sólo fue una cuchillada limpia en el hombro. Ha comido un poco y la herida ya se le ha regenerado.

—Menos mal... —suspiró aliviada—. Todos los que vivíamos en el Castillo enseguida nos dimos cuenta que Mutsuki le tenía un cariño y una devoción especial a Kaneki, pero que haya sido capaz de llegar a ese extremo por culpa de los celos... jamás lo hubiera imaginado.

—Ha tenido suerte porque si llego a estar ahí la hubiera matado antes de que ese cuchillo llegase a rozar el hombro de mi hermana —susurró en un tono peligroso pues la sangre le hervía imperante por sus venas exigiéndole una justa venganza—. La cuestión es que al herir a Touka, Kaneki perdió los estribos y acabó asesinando y devorando a todos los Oggai convirtiéndose en eso —resaltó observando de nuevo la imponente criatura a través del ventanal—. Mierda, ¡tendría que haber estado allí para impedirlo! —se lamentó el ghoul enojado consigo mismo.

—Aunque hubieses estado, nada te asegura que el resultado hubiera sido mejor —le consoló Lyra abrazándolo por la cintura para brindarle un poco de apoyo.

—Podría haber salvado a muchos ghouls... y haber protegido a mi hermana evitando que Kaneki llegara a ese extremo —le aseguró.

—Tal vez, pero también hubiera existido la posibilidad de que hubiesen logrado herirte durante el combate como sucedió en Cochlea —le señaló pegándose más a él con ternura—. De todas formas, que estuvieras conmigo no significaba que lo ocurrido sea culpa tuya. Es culpa de Furuta y de Mutsuki... que han convertido una celebración emotiva en un baño de sangre, terror y gritos —dijo entristecida—. ¿Y ahora qué vamos a hacer, Ayato?

—No lo sé... —confesó el ukaku devolviéndole por fin el abrazo aunque en una actitud pesarosa y bastante taciturno—. Nunca se consideró el hecho de que Kaneki pudiera perder el control sobre sí mismo y que pasara a ser una amenaza. No sólo para los humanos, sino también para los ghouls.

—¿A vosotros también os afecta que él se haya convertido en esa especie de ciempiés gigante? —preguntó sorprendida.

—Por lo que comenta Touka, no responde ante nadie y ataca a cualquiera que se interponga en su camino sin importar la raza —le contestó—. Además, mi gente se ha quedado sin un líder y se encuentra muy expuesta ahora que hemos perdido nuestro refugio. Es... la peor situación posible —otro mensaje llegó al móvil del Kirishima atrayendo toda su atención—. Al parecer los supervivientes se están reuniendo en un parque que se encuentra a las afueras de la ciudad.

Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora