Cuéntame cómo pasó || Ayato Kirishima ||

6. ~Lyra~

Quizás debí tomarme las palabras de Mary más en serio pero, a día de hoy, no me arrepiento por haber roto su promesa...

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—Aún no me lo puedo creer... —chilló la muchacha agarrando su tablet mientras pataleaba excitada encima de la cama.

—Pues yo sí —le refutó su amiga a través de la pantalla gracias a la aplicación de Skype—. Has estado estudiando muy duro para que te eligieran. Te lo mereces, Lyra.

—Muchas gracias, Mary.

—¿Y ya tienes pensado a donde te irás? —le preguntó la otra con curiosidad.

—Tokio —le respondió emocionada.

—¡¿Tokio?! —exclamó Mary sorprendida.

—Sí, ya lo he hablado con mis padres y están de acuerdo —le confirmó con una amplia sonrisa—. Japón tiene una cultura muy diferente a la nuestra que me atrae muchísimo. Además, el conservatorio de Tokio es de los mejores que existen actualmente y su profesora de violín es toda una eminencia en el mundo de la música.

—¿Y no tienes miedo de ir a esa ciudad tal y cómo están las cosas? —le preguntó Mary con cierto temor.

—¿Miedo? —Lyra frunció el ceño sin comprender a lo que se refería—. ¿De qué debería tener miedo exactamente?

—¡¿Pues de qué va a ser?! —gritó la joven al otro lado de la pantalla atónita por la ignorancia de su amiga—. ¡De los ghouls que viven allí!

—¡¿Ghouls?!¿Qué es un ghoul? —le cuestionó intrigada.

—Son unos seres oscuros similares a nosotros que se alimentan de la carne humana —le informó Mary adoptando una expresión sombría—. He oído que se esconden entre la población y, en el momento más inesperado, te atacan por la espalda para devorarte dejando sólo unos pocos trozos de tu cuerpo. Alguna gente asegura que proceden del mismísimo infierno.

Lyra miró a su amiga perpleja ante dicha revelación.

—¿Ese es el nuevo libro de terror que te estás leyendo e intentas asustarme? —le dijo finalmente con una expresión totalmente incrédula en su rostro—. Suena a una leyenda urbana tipo Jack el Destripador.

—¡No! —exclamó la otra negando efusivamente con la cabeza—. Te aseguro que son muy reales, existen varios casos documentados y cada vez hay más ataques contra los seres humanos. Incluso hay una organización muy importante que se dedica a perseguirlos para acabar con ellos. Creo que su nombre era la CCG. ¡Debes creerme Lyra, es muy peligroso ir a Tokio ahora mismo! Tendrías que cambiar de destino ahora mismo.

El miedo y el desasosiego era patente en los ojos de su amiga. Realmente parecía creer en la existencia de esos temibles ghouls de los que le había hablado y le agradecía enormemente que le advirtiera del riesgo; sin embargo...

—Lo siento Mary pero, existan o no esas criaturas, estoy decidida a ir —dijo con una férrea determinación en su voz—. Es muy importante para mi carrera como violinista y ningún supuesto comehumanos me impedirá que estudie en ese conservatorio.

La otra bufó evidentemente frustrada.

—Está claro que cuando se te mete algo en la cabeza es imposible hacerte cambiar de opinión —le dijo resignada.

—Ya sabes lo testaruda que puedo llegar a ser —reconoció con una pequeña sonrisa—. Además si existe esa organización que defiende a la población no hay nada que temer —le rebatió con completa confianza.

—Al menos prométeme que tendrás mucho cuidado cuando vayas por la calle —le suplicó—. ¡Qué no irás sola por las noches ni te meterás en ningún callejón oscuro y solitario!

—Te lo prometo Mary —le dijo Lyra alzando una mano y poniendo la otra encima de su pecho a modo de juramento para tranquilizar a su amiga.