LA PUREZA DE UN NUEVO AMOR

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--Pasa-- le dijo abriendo la puerta de su hogar. Ya había dejado a sus animales en el espacio cercado donde solía descansar su rebaño y ahora invitaba a la muchacha a ingresar a su sencilla vivienda.

--Gracias-- respondió observando el pequeño lugar con gran admiración.

--Disculpa las carencias. Debes estar acostumbrada a otro tipo de ambientes pero ya sabes, yo no poseo grandes cosas...-- se disculpó visiblemente apenado por la modestia de su hogar.

--No tengo problema con eso. No tienes por qué disculparte.

La respuesta de la joven logró sacarle una ligera sonrisa al rostro de Shikamaru.

Toda la ira que había sentido momentos atrás se había esfumado con aquel beso y su corazón empezó a latir con fuerza albergando la esperanza de que ella pudiera tener algún interés en él. Le parecía inverosímil que pudiera ser cierto algo tan descabellado como eso, pero cuando sus expectativas bajaron y lo hicieron sentir culpable por tener la osadía de probar sus dulces labios, ella le dijo que lo quería. Aquella confesión lo había descolocado, logrando un corto circuito en sus sentidos haciendo que casi perdiera el equilibrio.

Después de eso accedió a llevarla a su hogar para conversar. Claramente tenían muchas cosas que aclarar y esta vez no sacaría ninguna conclusión apresurada antes de escuchar su versión de los hechos.

--Ten, siéntate aquí-- limpió con el dorso del brazo uno de los bancos de su casa y se lo ofreció. --¿Qui-quieres algo de beber? ¿Necesitas algo?-- preguntó. --Claro que necesita algo. Una dama como ella debe necesitar muchas cosas en un lugar como este-- discutía mentalmente consigo mismo.

--Gracias-- tomó asiento --Y no, así estoy bien, Shikamaru. Siéntate también tú que necesitamos hablar.-- Cuando el muchacho se sentó frente a ella, esta no pudo evitar preguntarle algo que estaba martillando su cerebro --¿Cómo te enteraste de quién era mi padre?

--El otro día te vi en el bosque con tu prometido-- la respuesta del joven pareció alertar a Ino pero él no se inmutó y continuó su relato. --Un amigo y yo te vimos corriendo por el bosque y él me dijo quién eras tú, quién era tu padre y el poder que poseía. Luego vino tu prometido y...

--Y viste cómo me trató...-- completó la frase que Shikamaru se rehusaba a pronunciar.

--Sí... lo vimos. Quise ayudarte pero se acercó tu tía con una criada-- su semblante cambió mostrando una actitud más seria --¿El imbécil sabe fingir bien, no?

--Así es...

--Y en realidad eso es todo-- concluyó.

--Me dices que tu amigo te dijo todo sobre mí y mi familia. ¿Puedo saber quién es ese amigo?

--Su nombre es Chouji Akimichi, hijo de Choza, tu cocinero.

--Oh, ¡el buen Choza!-- sonrió. --Él es un buen hombre, y muy divertido por cierto.

Shikamaru frunció el ceño ante tal confesión. --¿Lo conoces? Es decir, sé que lo debes conocer pero ¿hablas con él?

--Claro que hablo con él, Shikamaru, ¿por qué no lo haría? Él y yo somos muy buenos amigos-- respondió como si lo dicho fuera una obviedad.

--Vaya... pensé que las niñas ricas como tú no hablaban con la servidumbre.

--Jajaja te informo que existimos "niñas ricas" que sí hablamos con la servidumbre.

--¿Ah sí? ¿Y también hablas con el jardinero?--se burló.

--Con el jardinero, el carpintero, las mucamas, el mayordomo, los siervos... y los cuidadores de caballos-- sonrió de lado.

SENTIMIENTOS PROHIBIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora