VEN CONMIGO, PAPÁ

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--Nosotros ya debemos retirarnos.

--¿Tan temprano? ¿Por qué no se quedan a desayunar? Itachi e Izumi se quedarán un poco más.

--Lo sé, Tsunade,  ya nos despedimos de ellos. En verdad lo siento pero no podemos quedarnos. Vivo bastante lejos de aquí y si salimos ahora mismo al menos podré llegar por la noche.

--Oh, está bien. Entonces que tengan buen viaje, queridos-- se despidió de Sasuke y Shikamaru.

--Espero que encuentren pronto a Ino.

--También espero lo mismo, Sasuke. Inoichi está furioso y preocupado, así que disculpen que no venga a despedirlos.

--No se preocupe, nosotros entendemos su malestar-- respondió Shikamaru de forma comprensiva.



En la puerta, ambos caballeros se encontraron con la baronesa, quien también se disponía a abordar su carroza para regresar a su hogar.

--¿Ino ya habrá llegado a tu casa, Sasuke?

--A esta hora sí. Mi hacienda está algo lejos de aquí pero si viajaron toda la noche a galope es probable que ya se encuentren allá.

--Qué bueno. Es un lugar seguro ¿verdad? Porque Inoichi no descansará hasta traerla de vuelta.

--No te preocupes, es lo suficientemente lejano y oculto del círculo de nobleza que frecuenta Inoichi. Si deseas, podrías ir un día y asegurarte de ello-- lanzó con atrevimiento, esperando no incomodar a la joven.

--Cla-claro... sería un placer-- respondió ruborizada debido al nerviosismo que le causaron sus palabras.

Sakura lo miró por unos segundos sin saber qué decir. Ella era una mujer bastante desenvuelta, segura de sí misma, pero algo tenía ese caballero de cabellos negros y gran capa oscura que la convertían en una niña tímida y risueña.

--Espérame aquí-- dijo y salió corriendo en dirección a su carroza.

Sin saber qué más hacer, se dirigió a su carruaje y luego de unos segundos regresó con un pequeño trozo de papel en la mano.

--Esta es mi dirección. Si deseas puedes escribirme-- extendió el papel aún manteniendo el rostro sonrojado.

Sasuke quedó asombrado por un par de segundos, pero actuó rápidamente antes de que la muchacha se arrepintiera o se avergonzara más.

--Por su puesto que lo haré, Sakura. No tengas duda de ello-- tomó el papel y lo guardó en el bolsillo interno de su abrigo --Espero que también me escribas de vuelta-- finalizó tomando sus pequeñas manos para besar el dorso de ambas, haciendo que las mejillas sonrojadas de la baronesa adoptaran un color rojizo brillante.

El Uchiha la tomó de la mano y la ayudó a subir a su carroza mientras Shikamaru esperaba a sus espaldas con los brazos cruzados, tamborileando los dedos y sonriendo al ver el evidente cortejo de su amigo para con la pelirrosa.



Cuando los hombres ya se encontraban en el carruaje, Shikamaru sintió nostalgia al dejar nuevamente su tierra natal. Transitar por esos campos que lo vieron crecer lo llenaba de tristeza, pues sabía que una vez más se iría de ahí sin fecha fija de retorno. Anteriormente sabía que algún día volvería para librar a Ino de su desgracia, pero ahora que ella estaba con él, lo único que quedaba por esos lugares era su padre. El buen Shikaku. El hombre que tuvo que abandonar por haberse enamorado de una mujer prohibida. El hombre al que abandonaría por segunda vez para vivir su amor lejos de allí.

--Sasuke... ¿crees que podamos ir a ver a mi padre? Sé que no tenemos mucho tiempo pero quizás esta sea la última vez que pueda verlo-- la tristeza era evidente en su rostro. Al parecer la vida se encargó de no brindarle la felicidad completa pues siempre le daba a escoger entre el amor de Ino y el de su padre.

SENTIMIENTOS PROHIBIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora