--Buenos días, señor-- se pusieron de pie todos los trabajadores que se encontraban sentados en la mesa.
Una vez al mes, Sasuke preparaba un almuerzo de camaradería entre él y todos los trabajadores que vivían en su hacienda. En propias palabras del hombre, era para "aprender a vivir en armonía, respeto y compañerismo". A pesar de su gran poder y fortuna, él no hacía distinciones entre sus empleados. Mientras trabajaran con honradez y lealtad, Sasuke correspondía de manera correcta y cordial.
--Me contaron que algunos de ustedes salieron a divertirse el pasado fin de semana-- empezó con una ligera sonrisa. Todos los empleados reunidos eran hombres, por ello se atrevió a preguntar sobre la pequeña aventura que tuvieron algunos de sus subordinados.
--Y vaya salida que nos dimos, ¿verdad muchachos?-- rió sonoramente Izumo y los demás rieron con él.
--Pero cuéntanos qué pasó-- preguntó uno de los presentes.
--Nos encontramos con unas chicas... uff, ¡que ni te imaginas! ¡Nos la pasamos muy pero muy bien!
Sasuke escuchaba y negaba con la cabeza sin dejar de comer. --No puedo creer que haya señoritas que vayan contigo por su propia voluntad, Izumo-- agregó sonriendo.
--¡Si lo hubiera visto, jefe!-- chilló Kotetsu --¡Se fue hasta la mesa de ellas y vino con una en cada brazo!-- hizo dos arcos con los brazos e imitó de manera exagerada cómo su amigo había llegado con las mujeres.
Todos estallaron de risa al ver la pantomima.
--¿Y se puede saber quiénes fueron?-- preguntó Sasuke con curiosidad.
--Fuimos Izumo, Kotetsu, Juugo, Shikamaru y yo-- dijo Suigetsu señalándose orgulloso.
--Shikamaru, no te conocía esa faceta-- dijo uno de los trabajadores.
--Ni yo-- rió Sasuke. --Me lo imaginaba de estos tres tontos-- señaló con la cabeza a Izumo, Kotetsu y Suigetsu --pero no de mis fieles servidores-- finalizó haciendo referencia a Shikamaru y Juugo.
--Yo me retiré temprano, señor-- respondió Juugo con seriedad y Sasuke asintió pues conocía muy bien la actitud de su capataz. Sasuke volteó sonriendo a mirar a Shikamaru como esperando una respuesta de su parte.
--Oh, será mejor que no le pregunte nada a mi amigo, señor-- rió Suigetsu mientras abrazaba a Shikamaru y le daba unas palmadas en el hombro. Este solo atinó a sonreír tímidamente y a agachar ligeramente la vista.
--¿Y eso por qué?-- inquirió aún más curioso el hacendado.
--Pues al parecer mi amigo solo tiene la cabeza llena de trabajo, ¿verdad, Shikamaru?-- se burló Suigetsu --¿Puede creer que rechazó a una hermosa rubia que voluntariamente fue hacia él?
--¡¿Entonces no te quedaste con la rubia?!-- dijo Kotetsu sorprendido.
--No. Yo les dije que no tenía interés de conocer a nadie, ¿recuerdan?
--Sí pero si una muchacha, y sobre todo así de bella, viene a ti ¿cómo se te ocurre despreciarla?-- decía indignado Izumo --Yo la había visto primero. De haber sabido que ibas a rechazarla me habría ofrecido para darle consuelo-- rió.
Sasuke seguía comiendo pero de rato en rato levantaba la vista y miraba a Shikamaru de reojo. En todo el tiempo en que lo conoció pudo darse cuenta de qué tipo de hombre era y aunque a sus amigos les pareciera una actitud increíblemente extraña, él sabía perfectamente por qué había actuado así.
Kotetsu acercó su rostro a la mesa y susurró para que no fuera escuchado por todos los presentes, solo por su círculo más cercano.
--Oye, Shikamaru. ¿Acaso no... no te gustan las mujeres o algo así? Y-yo he conocido a algunos de ese tipo, así que puedes decirnos, somos tus amigos.
Al oír a su compañero, Shikamaru casi escupe el trozo de carne que acababa de engullir. --No es eso, yo ya se lo pregunté-- dijo Suigetsu palmeándolo fuertemente en la espalda y dándole un vaso con agua, logrando que el joven Nara pasara la comida.
--Dejes de molestar a Shikamaru, tarados-- sonrió Sasuke --Yo sé que él tiene un bello y... especial motivo para hacer lo que hace, ¿no es así, Shikamaru?-- tomó un sorbo de su bebida.
El joven sonrió en respuesta sabiendo a qué se refería. Nunca antes había hablado de su secreto con nadie pues no quería que su historia ni el nombre de su amada estuviera en boca de sus libertinos amigos. Él los apreciaba, pero Ino era una persona tan importante en su vida que no dejaría que otros ensuciaran su nombre hablando de forma soez ni haciendo conjeturas vulgares.
Suigetsu miró de un lado a otro, de Sasuke a Shikamaru y viceversa. --¿Acaso usted sabe algo que nosotros no, jefe?-- preguntó sorprendido.
--A mí no me corresponde hablar de ese tipo de cosas-- respondió sonriendo mientras se ponía de pie --Sigan disfrutando de su comida, caballeros. Yo debo hacer algunas cosas.
Diciendo esto se levantó de la mesa y se alejó viendo cómo los hombres asaltaban con preguntas al pobre Shikamaru que no hacía más que sonreír evitando a toda costa revelar su drama amoroso.
Camino a su despacho iba pensando en la mala suerte que poseen algunos. Habiendo conocido a Shikamaru se dio cuenta que no existía nadie que mereciera más el amor de la joven Ino. Pensó que si estuviera en sus manos, tiraría a Sai de una oreja y desharía ese noviazgo que tanto daño le hacía a su amigo y a la muchacha. No imaginaba el calvario de Ino al tener que aguantar a su estúpido hermano menor; sin embargo, era muy poco lo que podía hacer para remediarlo, ya que ni siquiera contaba con la simpatía de su padre para al menos intentar hacerlo cambiar de parecer. Aún así, admiraba el respeto de su subordinado por su amada pues no muchos hombres solteros y solitarios estaban dispuestos a rechazar otras oportunidades solamente por fidelidad, mucho menos si no había un compromiso de por medio.
[...]
--Entonces hay una mujer.
--La única. La mejor de todas, Juugo-- respondió sonriendo ampliamente.
Luego de terminar de almorzar y evadir las mil preguntas que le hicieron, pudo deshacerse de todos y decidió ir a las caballerizas a visitar a Pakkun. Sin darse cuenta Juugo lo había seguido y empezaron a conversar mientras Shikamaru acariciaba cariñosamente a su caballo.
A diferencia de sus demás amigos, el corpulento hombre era mucho más centrado, conciso en sus opiniones y maduro en su actuar. Era el tipo de persona que no juzgaría su acciones ni intentaría sacarle una descripción física de su amada solamente para alimentar sus fantasías.
--Debe serlo porque nunca antes te había visto sonreír así, mucho menos por una mujer, mi amigo.
--Es la mujer de mi sueños, Juugo. Podría esperar toda una vida por ella.
--Entonces déjame felicitarte, muchacho. Actualmente quedan pocos hombres que saben amar a una mujer-- dijo con seguridad palmeando su espalda. --Muchos buscan divertirse, pero pocos tienen los pantalones para llevar una vida tranquila al lado del verdadero amor.
--Parece que conoces muy bien ese sentimiento-- inquirió.
--Así es, Shikamaru. Verás...
Juugo empezó a contar una parte de su vida que muy pocos conocían, pues al igual que Shikamaru, sentía que no podía poner su vida privada en las bocas de jóvenes inmaduros que hicieran mofa de sus experiencias. Esto le dio la suficiente confianza a Shikamaru para poder abrir una vez más la caja secreta que cargaba en su pecho y que contenía sus más grandes experiencias junto a Ino y a la familia Yamanaka.
18/05/21
Otra vez por aquí, dejándoles una nueva actualización😁Espero que se encuentren bien y si no, que esta historia les ayude a despejarse un poco y pasen un buen rato leyéndola.
Los quiero 💌
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SENTIMIENTOS PROHIBIDOS
FanfictionShikamaru Nara es un joven humilde que vive en los campos de la Villa de la Hoja, hogar de grandes nobles. Siendo un pequeño pastor hijo de un cuidador de caballos, se verá envuelto en una compleja situación al descubrir que aquella misteriosa mucha...