Poco a poco sus sentidos iban recobrando vida. Aún no era capaz de abrir los ojos pero pudo comprobar que volvía a tener control de sus falanges y extremidades. Sintió que el sonido del viento y el sol abrasador ya no afectaban más y eso lo asustó, pues eso significaba que ya había pasado a mejor vida o había sido atrapado.
Con temor abrió los ojos lentamente y vio que se encontraba en una habitación bastante sencilla, cuya única fuente de luz era una lámpara que descansaba en un pequeño velador junto a la cama donde él yacía. Extendiendo un poco más su campo de visión se percató que también había una silla y una mesa de madera casi junto a la única puerta del lugar donde se encontraba la chaqueta azul de botones dorados y la camisa que Kiba le había dado. Fue justo en ese momento en que reparó en sí mismo dándose cuenta que solo vestía los pantalones y las botas de cuero.
Su primera impresión fue que quizás lo habían capturado, pero a pesar de su simpleza, sabía que ese no sería el tipo de habitación que le darían a un prisionero, mucho menos curarían sus heridas como aparentemente lo habían hecho pues todo su torso se encontraba vendado.
--Veo que por fin despertó, soldado-- dijo ingresando a la habitación un joven de contextura delgada y aparentemente de su misma edad.
--¿Soldado?-- pensó confundido, pero luego se dio cuenta que al tener el uniforme de Kiba era lógico que lo confundieran con uno. --¿Dónde estoy? ¿Por qué me trajeron aquí?
--Esta es la Villa del Sonido, hogar de grandes hacendados; de hecho, nuestro patrón es uno de ellos y fue él quien nos ordenó traerlo hasta aquí y tratar sus heridas.
--¿Cómo se llama tu señor?
--No puedo darle esa información, soldado. Él solo me ordenó cuidar de usted.
Shikamaru asintió sin sentirse satisfecho. Agradecía a quien sea que lo haya salvado de una muerte segura pero aún se sentía intranquilo sin saber en manos de quién se encontraba.
--Por cierto, ¿dónde está Pakkun?
--¿Pakkun? Ah, supongo que se refiere a su caballo-- Shikamaru asintió --No se preocupe, su corcel se encuentra en las caballerizas y está siendo cuidado por los mejores cuidadores que tenemos aquí.
Shikamaru dejó caer su aún adolorido cuerpo nuevamente y miró el techo de la habitación. Aquella fuga casi le costó la vida pero al parecer aún no era su hora de partir.
--¿Podría saber cuál es su nombre?-- preguntó acercándose un poco más a él.
--Shikamaru. Mi nombre es Shikamaru Nara.
--Bien, Shikamaru. En realidad solo vine a ver cómo se encontraba y a dejarle algo de comer. Supongo que tiene hambre-- dijo dejando en el velador una fuente con frutas.
--Muchas gracias.
El joven salió de la habitación y caminó por el largo pasillo que llevaba al despacho principal. Dio dos golpes a la puerta anunciando su llegada y fue invitado a pasar. El lugar estaba ambientado con los colores y ornamentos más sobrios. Un escritorio amplio con una cómoda silla a la cabecera y dos al frente, algunos cuadros clásicos, una biblioteca personal inmensa y unos cómodos sillones donde seguramente el dueño de esas tierras recibía a sus invitados más cercanos.
Dentro de la habitación se encontraba uno de sus compañeros. Era un hombre aproximadamente en sus treintas, alto, de complexión gruesa y fornida.
--¿Y el jefe?-- preguntó el joven al percatarse de su ausencia.
--Ya viene. Dijo que lo esperemos aquí-- respondió.
Ambos se mantuvieron de pie frente al escritorio esperando por su señor cuando de pronto la puerta se abrió dejando pasar al gran hacendado.
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SENTIMIENTOS PROHIBIDOS
FanfictionShikamaru Nara es un joven humilde que vive en los campos de la Villa de la Hoja, hogar de grandes nobles. Siendo un pequeño pastor hijo de un cuidador de caballos, se verá envuelto en una compleja situación al descubrir que aquella misteriosa mucha...