MANSIÓN YAMANAKA

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Avanzaron una vez más entre el boscoso terreno hasta encontrarse con un camino pedregoso ligeramente iluminado por antorchas que se encontraban una a cada lado, conservando la misma distancia la una de la otra para guiar a los invitados que llegarían al caer la noche.

El día aún no terminaba pues todavía se podían observar los rayos solares que bañaban de un tono naranja el hermoso paisaje. Poco a poco se fueron acercando hasta una imponente entrada resguardada por tres soldados cuidadosamente vestidos con uniformes especiales para recibir a las ilustres personalidades.

La carroza se detuvo justo en frente de la reja principal que dividía la gran mansión del resto del bosque. Sasuke y Shikamaru descendieron del coche y fueron recibidos con una gran reverencia por parte de los guardias.

--Bienvenidos, señores-- dijo una voz bastante conocida para Shikamaru --adelante, por favor. El conde los está espe...rando...-- finalizó con asombro abriendo los ojos exageradamente al reconocer al joven Nara.

--Ejem-- Sasuke carraspeó ligeramente al darse cuenta de lo sucedido.

--Eh... permítanme acompañarlos-- se apuró en decir Kiba.

Sin demora, caminó al lado de ambos visitantes sin emitir sonido. A pesar de que se habían alejado un poco de la entrada principal y ahora estaban cruzando el jardín, su presencia aún era visible desde la puerta, por lo que aunque muriera de ganas de saludar y abrazar a su amigo, debía mantener la compostura para no poner en evidencia a Shikamaru, ya que ningún noble mostraría tal confianza con un simple soldado.

--Tú debes ser Kiba-- afirmó Sasuke sin dejar de caminar ni mirar al frente.

--S-sí, señor Uchiha-- respondió este con algo de temor.

--Shikamaru me ha hablado mucho de ti-- sonrió.

El soldado volteó a mirar a su amigo.

--Qué bueno verte, amigo-- dijo Shikamaru con alegría pero sin detener su camino para no dejarse delatar.

--Lo mismo digo, Shikamaru. Eh... y... vienen juntos...-- agregó con cierta inquietud.

--No te preocupes, Kiba. Estoy de su lado, no del de mi hermano-- dijo Sasuke palmeando el hombro del Nara.

--Me alegra pero tengan cuidado. Hoy se comprometen la señorita Ino y el joven Sai. No sería buena idea cometer una locura-- advirtió adivinando las intenciones que podían motivar esa visita tan inesperada.

--No te preocupes, amigo. Solo vine a despedirme de ella. Me gustaría hacer más pero no puedo...

Sasuke guardó silencio una vez más. No le gustaba que Shikamaru repitiera aquello último pues cada que lo hacía se sentía más culpable al no poder ayudar.

Finalmente llegaron a la puerta principal de la mansión, aquella que daba la bienvenida a un gran salón.

--Aquí los dejo, la señora Tsunade saldrá en cualquier momento a recibirlos-- dijo el soldado --Ah, por cierto Shikamaru, no tienes que preocuparte por los otros dos guardias que conociste. Hidan está muerto y Kakuzu fue transferido a otra de las propiedades Yamanaka.

El joven Nara respiró con tranquilidad, pero antes de que pudiera decir algo vio que alguien se acercaba.

--¡Sasuke, querido!-- saludó con alegría una elegante mujer mientras dos siervas tomaba los sombreros, bastones y abrigos de los recién llegados.

--Buenas tardes, Tsunade-- saludó besando sus nudillos. --Le presento a Shikamaru Namikaze, un amigo que vino a visitarme desde muy lejos. No podía dejarlo solo en mi propiedad después de semejante viaje así que lo traje conmigo. Espero que a Inoichi no le importe.

SENTIMIENTOS PROHIBIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora