Narrador general:
En plena noche, cuando la luna estaba en lo más alto del cielo y las estrellas brillaban con una luz que podía calmar hasta el alma más perturbada, un chico pelirrojo observaba el cielo con la mirada perdida, el rojo de sus ojos empañado por sus lagrimas le daba un aire desolador a su solitaria figura, solo se podía escuchar el viento moviendo las hojas de los árboles que le rodeaban. Pero el chico estaba tan perdido en sus pensamientos que podía haber pasado cualquier cosa delante suya y él no se habría enterado.
Aun con todo el revuelo que había a escasos metros de él, nada parecía poder perturbar su triste calma y nadie parecía querer interrumpirla. Hasta que un remolino negro que parecía romper el espacio mismo dejo ver a un hombre pelinegro vestido con una llamativa capa decorada con nubes rojas como la sangre.
Naruto: ¿ya has vuelto?, pensé que te quedarías más tiempo con él. – murmuró sin siquiera volverse, con la mirada todavía perdida en el cielo.
Madara: no tenia mucho más que decir allí, Danzo es un idiota al subestimarte tanto.
Naruto: estoy acostumbrado, ya sea por mi ceguera o mi edad, parece que la gente suele cometer ese error con frecuencia. – contestó mientras cerraba los ojos sintiendo como la luz de la luna le rozaba la cara y el viento mecía su cabello como si quisieran reconfortarlo – suelo aprovechar muy bien ese error.
Madara: no me cabe ninguna duda Su Majestad.
Naruto: Shimura Danzo morirá, aun si tengo que destruirlo todo a mi paso, y estoy seguro de que compartimos ese objetivo ¿no?, Madara – dono.
Madara: así es, pero estoy seguro de que a su tío no le gustaría en absoluto destruir lo que tanto les costo crear ¿cierto? – preguntó con una voz indescifrable mientras se apoyaba en uno de los arboles de la zona sin apartar la mirada del chico.
Naruto: le dije a ese tonto tío mío que algún día esa ambición le mataría, pero no esperaba que sucediera tan pronto y menos a manos de ese viejo y sus... secuaces, supongo que yo también le subestimé, un pequeño error de calculo con un resultado garrafal.
Madara: si me lo permites... creo poder ayudar a que la muerte de su tío no sea un total... desperdicio. – comentó con precaución por la posible reacción del chico, después de todo el desolado pelirrojo era un jinjuriki y un excelente ninja, no podía arriesgarse a comenzar una pelea con el en esos momentos.
Naruto: ¿oh~?, ¿y cuál sería esa ayuda? – preguntó con falsa curiosidad girándose por primera vez para mirar al hombre con los ojos ligeramente entrecerrados mientras sus labios se curvaban hacia arriba dando una sonrisa que podría perturbar al mismísimo shinigami.
Hubo unos minutos de silencio que parecieron eternos, los dos hombres no apartaban la mirada del otro haciendo que la ligera y agradable brisa de la noche se volviera un aire pesado y tenso.
Madara: sus ojos, puedo utilizar sus ojos para que recuperes la vista.
Silencio, ninguno de los dos volvió a abrir la boca durante un buen periodo de tiempo, procesando esa información.
Naruto: ¿Qué te hace pensar que podré ver con sus ojos?, ya lo intentamos antes y no funcionó, mi cuerpo los rechazó al instante.
Madara: no sé qué ojos utilizaríais para el trasplante, pero créeme, soy un experto en cuanto a ojos se refiere, podre hacer que veas.
Naruto: nunca me han gustado las personas que juegan a ser dios... - murmuró para si mismo y de forma inaudible para evitar que su acompañante le escuchara. - ¿Deseas ser un Dios Madara – dono?
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Naruto el príncipe de Uzu
FanfictionUn país caído a manos de los que un día fueron sus mayores aliados; llenos de odio y con un nuevo gobernante cambiarán el mundo ninja para siempre. Acompaña a Naruto en una historia llena de complots, traiciones y decisiones difíciles que devolverá...