(Narrador general)
Un silencio sepulcral reinaba en el bosque acompañado de una calma que podía inquietar la mente del ninja más calmado. El viento no mecía las ramas de los árboles y los animales parecían haber desaparecido del inmenso bosque en donde se encontraban, los rayos de sol que eran capaces de traspasar las innumerables hojas y alumbrar el suelo solo parecían agravar el malestar que estaba naciendo en su pecho.
El joven rubio miraba las sombras del bosque buscando cualquier señal de que la persona a la que tanto esperaba apareciera, habían pasado varios días desde que el grupo de Uzu había llegado al campamento de la resistencia, pero tampoco habían hablado o especificado como o cuando vendría exactamente el líder de todo un país. Y ese hecho inquietaba de sobre manera al Uzumaki – Namikaze.
Sin previo aviso una gran cantidad de ninjas de alto rango se dirigía hacía su posición, todos vestían con el uniforme reglamentario de Uzushiogakure no Sato portando el típico Hitai-ate con el símbolo del remolino orgullosamente grabado, con su aparición el creciente malestar del rubio desapareció con rapidez y sonrío al ver a quienes consideraba sus camaradas, había ido a muchas misiones con ellos, aun si la mayoría de ellos al principio se veían reticentes a trabajar con él, unas sabias palabras de su líder hicieron que le aceptasen ganándose poco a poco ese sentimiento de unidad que todo Uzumaki Shinobi sentía hacia sus compañeros.
El grupo parecía ser guiado por un ninja que podía ser perfectamente confundido con un niño, este llevaba un enorme bastón en su espalda y caminaba con tranquilidad delante de todos esos guerreros.
Menma: ¡Yagura – sensei! Por fin han llegado, empezaba a preocuparme de verdad – saludó feliz el rubio ganándose una sonrisa de disculpa del jonin.
Yagura: disculpa la tardanza Menma, es que nos encontramos con alguien en el camino y eso por supuesto hizo que nos retrasáramos – explicó tranquilo mientras señalaba a dos mujeres; una mujer rubia atada con una cuerda que parecía decorada con un montón de sellos para evitar que escapase y otra atada exactamente igual, pero con un cerdo en sus brazos. – intentó estafar a Su Majestad en una pequeña parada, menos mal que lo aclaramos todo con rapidez ¿no es así Lady Tsunade? – le preguntó a la rubia que solo bufó avergonzada por sus actos creados por el alcohol.
Menma: ¡Madrina!, ¿Cómo se te ocurre intentar estafar a Naruto – sama? – reprendió a la Sanín que solo volvió a bufar en respuesta.
Tsunade: en mi defensa mocoso, no sabia que era el y estaba bebida – se justificó mientras se removía haciendo que las cuerdas le apretaran más sacándole un gruñido de molestia.
Naruto: entonces ¿si no hubieses bebido no me habrías intentado estafar Tsunade – sama? – preguntó con burla apoyándose sobre los hombros de su hermano menor que pegó un brinco sorprendido por no haberlo notado.
Menma: ¿...Ni – san? – murmuró en shock mientras veía el rostro de su hermano desprovisto de su usual cinta, dejando ver unos ojos que parecían cambiar de color según le reflejara la luz, cambiando de un azul cielo a un violeta claro con leves destellos rojos como sangre.
Naruto: cuanto tiempo ototo, ¿me has echado de menos? – preguntó divertido por la reacción de su hermano.
Menma: t-tus ojos... - atinó a murmurar saliendo poco a poco del shock
Naruto: bueno... han pasado muchas cosas, ¿qué te parece si terminamos la misión que al parecer tenía Jiraya de llevar a la princesa de las babosas a vuestra base y te lo cuento todo?, con un té por su puesto. – preguntó de buen humor intentando disimular el ligero ambiente pesado que se había formado por unos segundos.
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Naruto el príncipe de Uzu
FanfictionUn país caído a manos de los que un día fueron sus mayores aliados; llenos de odio y con un nuevo gobernante cambiarán el mundo ninja para siempre. Acompaña a Naruto en una historia llena de complots, traiciones y decisiones difíciles que devolverá...