Naruto el príncipe de Uzu

41 - Sandaime.

Narrador general:

Un inquieto Sarutobi recorría los largos pasillos subterráneos de las múltiples bases de los ninjas Raíz, organización que había sido creada por su viejo compañero de armas, destinada a formar shinobis sin ningún tipo de emociones, convertiendoles en máquinas, una organización inhumana que él había ayudado a ocultar durante todo su largo gobierno como Hokage de konohagakure no sato.

El viejo Kage acababa de dejar al líder de esa organización totalmente solo ante la amenaza que podía llegar a representar su hijo, como padre y como shinobi experimentado conocía el límite del poder que poseía el Jonin – sensei, por eso sabía que su actual aliado no podría perder contra él, después de todo, Danzo Shimura tenía mucha más experiencia y jutsus a su disposición, y ahora mismo, con el sonido de sus pasos retumbando por todo el silencioso pasillo, solo podía rezar a cualquiera que pudiese escucharle, para que su hijo no muriese por enfrentarse a alguien que estaba  por encima de sus habilidades.

En completo silencio llegó a su actual despacho, una práctica habitación silenciosa algo aislada del resto de las instalaciones, perfecta para aclarar su mente y organizar sus planes, sin ninguna persona que pudiera molestarle, pero ahora, en esa silenciosa habitación descansaba un tranquilo chico pelirrojo que leía un pequeño libro sentado en un cómodo sofá mientras acariciaba a un pequeño zorro naranja con ocho colas de más, protegido por dos Jonin que si la memoria no le fallaba, habían participado en los exámenes chunin de hace tres años, cuando pareció darse cuenta de la intrusión del mayor levantó la vista dejando ver unos hermosos ojos azules, que parecían cambiar de color a un violeta claro según la luz que recibían, al ver al Sandaime, solo se limitó a sonreír.

Naruto: bienvenido Sandaime – sama, espero no molestarle con mi presencia, después de todo, me he presentado en su despacho sin avisar, espero que me perdone. – se disculpó dejando el libro en una pequeña mesita e inclinando la cabeza de forma respetuosa sin deshacer la sonrisa de su cara haciendo que el anciano shinobi frunciera el ceño.

Sarutobi: Uzumaki Naruto, me encantaría saber cómo has llegado hasta aquí – cuestionó con seriedad ignorando la disculpa del chico y sentándose enfrente de él.

Naruto: puede que uno de los anbus de tu compañero me diera la información… voluntariamente… - canturreó de forma distraída ampliando su sonrisa – solo tuve que pedírsela por favor – terminó explicando con un tono más serio mientras sacaba un Haite de su manga causando que el viejo shinobi arrugarse aún más el ceño.

Sarutobi: ¿Qué le hiciste a Sai demonio? – preguntó escupiendo la última palabra

Naruto: nada que le pueda importunar a alguien de su posición Sarutobi – sama. – respondió tranquilo mientras alzaba una mano para detener a los dos uzumakis que ya habían dirigido sus manos a las empuñaduras de sus respectivas armas y guardando de nuevo el protector. 

Sarutobi: ¿Que estás buscando? — preguntó de nuevo tras unos segundos de silencio

Naruto: ¿En esta habitación? Nada en específico, solo quería hablar un poco contigo, así es como se entienden los seres humanos ¿No? — cuestionó risueño

Sarutobi: tú no eres un ser humano, niño — replicó irritado ante la actitud del pelirrojo.

Naruto: supongo que tienes razón, no soy alguien que tenga mucha humanidad, está asquerosa aldea me la arrebató hace años — murmuró con una voz gélida antes de cruzar sus piernas para apoyar su brazo izquierdo en su rodilla y sostener su cabeza con la mano izquierda sin apartar la mirada el viejo mono.

Sarutobi: ¿y planeas destruír Konoha como venganza?, Aún con todo lo que ha pasado, Konoha no caerá ante enemigos como tú — declaró con firmeza, totalmente seguro de la verdad en sus palabras.