34- Carta

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Narrador general: 

Los tambores de la guerra comenzaron a resonar por todo Konoha, ambos bandos se habían terminado de definir, los que apoyaban al rubio Namikaze y antiguo Yondaime Hokage, siendo estos los principales clanes y la mayoría de los civiles que luchaban contra los que apoyaban al viejo halcón de guerra que eran el consejo civil y algunos clanes menores que solo buscaban poder, el Daimo del país del fuego ya había declarado totalmente su incondicional apoyo al Shimura.

Este conflicto estaba dividiendo la aldea en dos ocasionando que hermanos lucharan contra hermanos convirtiéndose rápidamente en un baño de sangre, los pocos que se mantenían neutrales habían huido con rapidez de la aldea junto con los civiles más adinerados para evitar verse envueltos en el fuego cruzado.

Algunos políticos del país habían intentado detener esa masacre, pero cualquier intento fue detenido por el Daimo que ordenó no intervenir, y que quien lo hiciera se enfrentaría a la pena capital.

El joven Namikaze apoyó a su padre sin dudarlo y junto a la nueva generación se pusieron en marcha para derrocar al tirano del Shimura. La batalla solo había durado unas semanas, pero la aldea ya ni siquiera parecía una, solo era un campo de batalla, la mayoría de las edificaciones seguían en pie, pero muchas de ellas tenían resquicios de batallas pasadas, ver sangre, chakra residual, escombros... parecía haberse vuelto algo normal, algo casi natural para muchos de los que no habían podido huir.

El campamento base de la rebelión se había asentado en el bosque prohibido, un lugar difícil de atravesar si no tenias el nivel necesario para luchar contra todos los animales gigantes que lo habitaban, los rebeldes podían sobrevivir en ese ambiente gracias a los sellos protectores y las habilidades del mokuton de un anbu llamado "Yamato" que ayudó tanto con la seguridad como la construcción de los edificios necesarios.

Eri: ¿Todavía nada Ni – san?

Menma: Nada, algo debe de estar pasando, Naruto – ni sama nunca nos abandonaría así, debe de estar moviendo hilos o buscando una solución, solo han pasado unas semanas, no hay que ser impaciente.

Eri: lo dice el que no ha parado de dar vueltas en la habitación preocupado, deberías descansar, no sabemos cuando chichiue volverá a asignarte una misión.

Menma: lo sé, y tú también deberías descansar, el entrenamiento de los genins se ha intensificado varias veces ¿cierto?

Kakashi: no hay nada como una guerra para ponerle las pilas a las nuevas generaciones ¿no lo crees Menma? – preguntó con su usual tono de desinterés mientras entraba en la sala donde se encontraban los hermanos.

Menma: ¡Aniki!, creía que estabas en una misión de reconocimiento.

Kakashi: acabo de volver, la seguridad en la aldea es muy grande es difícil pasar entre tantos anbus raíz, son seres sin sentimientos, no hay quien les pille con la guardia baja.

Eri: están entrenados para eso ¿no? – Ambos ninjas se giraron para mirarla sorprendidos haciendo que ella solo se encogiera de hombros ante su reacción. – solo digo que es algo natural, he leído sobre la tercera guerra mundial shinobi, en el régimen de entrenamiento los más estrictos fueron Kiri ganándose ese apodo de Chigiri no Sato "La aldea escondida entre la niebla sangrienta" ..., para graduarse los genin tenían que matar a sus compañeros hasta que solo quedaba uno, alguien desalmado y sádico, he oído que Momochi Zabuza es uno de esos niños, me gustaría hablar con el... tengo curiosidad. Bueno a lo que iba, la guerra necesita ninjas fuertes, la paz no, así que es natural que el entrenamiento ahora sea más... riguroso, y como Shimura Danzo es un superviviente de no solo una sino de dos guerras shinobis, estoy segura de que sabrá métodos de sobra para saber crear ninjas fuertes.

Naruto el príncipe de UzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora