Naruto el príncipe de Uzu

33 - Estallido.

Narrador general

Las cosas parecieron calmarse un poco con la llegada del joven "héroe", o como mínimo el humor de los aldeanos había aumentado, ahora algunos hasta sonreían y se saludaban entre ellos, regresando poco a poco a ser como antes. Ahora el Uzumaki - Namikaze había conseguido librarse de su pegajosa madre para dar una vuelta por su añorada aldea, encontrándose por el camino a varios conocidos que no dudaron en saludarle con alegría haciendo que el rubio sonriera con amargura al recordar lo poco afectivos que eran algunos uzumakis con él.

Menma: ¿Eri-chan? - preguntó sorprendido al ver a su hermana pequeña en el puesto de dangos totalmente sola.

Eri: Menma - ni sama... ¿Qué haces por aquí? - comentó secamente, no parecía particularmente feliz de verle.

Menma: he salido a tomar el aire, ¿No es peligroso que estés aquí sola? - habló con preocupación haciendo que la pequeña frunciera el ceño.

Eri: puedo defenderme sola... ni - sama, además estoy esperando a una amiga, no tienes que preocuparte por mí.

Menma: no me cabe ninguna duda... siento si te he molestado.

Eri: está bien...

Silencio..., un silencio muy incómodo, demasiado incómodo, el mayor no tenia ni idea de cómo iniciar una conversación con su hermana menor, ni ella parecía particularmente interesada en iniciarla tampoco, así que acudió a su as en la manga.

Menma: tengo un montón de cosas que contarte, Naruto - Ni sama es una persona genial, seguro que os lleváis genial - comentó con una sonrisa radiante mientras inflaba su pecho de orgullo.

Exacto, su arma secreta era hablar de su hermano hasta que el ambiente se relajase, nunca le había fallado en Uzu, pero no pareció afectar mucho a su hermana que solo se encogió de hombros con indiferencia.

Eri: yo también, aunque por los rumores que he escuchado, no parece que me reconozca como hermana menor.

Menma: ¿¡qué dices!? Ni - sama es diferente, el nunca haría algo así, estoy seguro que en cuanto te vea, se encariñará contigo.

Eri: ¿no era ciego?

Menma: ¿eh?... si lo es...

Silencio... un nuevo silencio, incluso más incomodo que el anterior, sin su principal baza para iniciar una nueva conversación su mente se había quedado en blanco, su hermano se lo había advertido, que su ineptitud para hablar con desconocidos le traería problemas, no esperó que estos aparecieran tan pronto y menos con su hermana.

Hanabi: ¡Eri - san! - llamó la atención la heredera Hyuga que apresuró el paso al verla hablar con su hermano mayor, ella conocía bien a la Namikaze y no hacia falta ser un experto para notar el incomodo ambiente que había a su alrededor.

Eri: ¡Hanabi - san! Llegas tarde - reprochó haciendo un pequeño puchero a su amiga que sonrío en forma de disculpa.

Hanabi: lo siento, Oto - sama se retrasó, quería aumentar mi entrenamiento, ya sabes nunca se sabe cuando puedes necesitar ser más fuerte.

Eri: ¿aun más?, no deberías forzarte tanto Hanabi - san, acabaras haciéndote daño.

Hanabi: mis puntos de chakra están en perfecto estado gracias, ya tengo bastante con mi preocupada one-san, no necesito otra persona más diciéndome que descanse.

Eri: Hinata-san es una persona muy amable, y muy buena hermana mayor, deberías escucharla más.

Hanabi: lo sé, ¿nos vamos?