Capítulo 43. Wonderful day.

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Por fin había llegado el día tan esperado.
Hoy, finalmente, luego de tantas alegrías y dificultades, me casaría con O'brien.
La noche anterior, no había dormido muy bien, pues la ansiedad me estaba matando. Me desperté temprano, y desayuné algo liviano. Dylan se encontraba en la casa de su mejor amigo Tyler, y yo decidí aprontarme en nuestra casa.
Al mediodía, mi madre llegó junto a varios estilistas y la diseñadora de mi vestido, todos ellos contratados por Dylan. Obviamente, yo no había pedido tanto, pues siempre pensaba que podía sola. Pero por primera vez agradecí que mi futuro esposo hubiera exagerado en traer tantos, ya que estaba muy nerviosa y quería que todo saliera estupendo.
Me duché con lentitud, ya que quería disfrutar a pleno ese día, pues cada momento tenía que ser perfecto. Aunque por más que quise hacer todo con tranquilidad, el tiempo me lo impidió.
Luego de ducharme, me coloqué un blanco albornoz y me senté frente al gran espejo del baño. Me sonreí a mí misma, y luego les permití a los estilistas que entraran. Al cabo de dos horas que se me hicieron eternas, ya estaba maquillada y peinada. Los estilistas se retiraron y la diseñadora entró junto a mi madre, que obviamente ya estaba llorando.
Cuidadosamente, me colocaron el vestido, y lo ajustaron a la perfección. No era para nada incómodo, y se ajustaba perfectamente a mi silueta.
-¡Estás hermosa hija!-Exclamó mi madre abrazándome con precaución, como si fuera una muñeca a punto de romperse.
-Gracias mamá-Sólo pude decir, ya que un nudo subió a mi garganta. -¿Y Stephanie?-Pregunté, ya que me parecía extraño que mi hermana no estuviera.
-Está más nerviosa que tu padre y yo juntos... te verá en la fiesta-Murmuró sin dejar de observarme. -En quince minutos llega la limusina contratada por Dylan-Me avisó, cambiando de tema. Asentí, respirando profundamente.
-Genial... ¿Me dejarían sola un momento?-Pedí, tratando de no parecer grosera.
-Claro hija, pero no te tardes-Dijo mi madre y salió del baño, seguida por la diseñadora.
Suspiré audiblemente y me dejé caer sentada en la silla. Los nervios me estaban consumiendo. Traté de no pensar en nada, pero me era imposible, y los nervios no se iban. No soporté estar quieta y me levanté. Caminé un par de veces y luego me detuve, contemplando nuevamente mi figura en el espejo. No podía engañarme a mí misma: estaba radiante. Sonreí ampliamente y respiré hondo varias veces, imaginando el rostro de O'brien al verme.  Los nervios se aplacaron un poco.

-¡Hija, la limusina ya está aquí!-Exclamó mi madre súbitamente desde el otro lado de la puerta. Respiré profundamente una vez más, y salí de allí, escoltada por mi madre.

La limusina era mucho más grande de lo que había imaginado. Con ayuda de la diseñadora, entré, tratando de extender mi vestido de forma que se arrugara lo menos posible. La limusina arrancó, y pronto llegamos a mi destino, y los nervios regresaron. Mi madre bajó, y entró, seguramente para avisarle a mi futuro esposo de que no me había arrepentido, y que estaba aquí. Salí del vehículo, y arreglé el vestido una vez más. Mi padre salió de la iglesia y se acercó.
-¡Cuánto has crecido hija mía! Estoy orgulloso de tí-Murmuró.
-Cállate que me harás llorar-Dije tomándolo del brazo.
-¿Estás lista?-Preguntó con la voz temblorosa. Respiré con profundidad y asentí. La música comenzó a sonar, y entramos con lentitud.
Sonreí tímidamente al principio, ya que odiaba ser el centro de atención, pero luego de ver a Dylan, mi sonrisa fue genuina. Pronto, ya estaba a su lado.
-Estás hermosa cariño-Murmuró, y me acarició.
-Tú también, O'brien-Susurré, mirándolo con complicidad. Me sonrió de la misma manera y prestamos atención al discurso. Luego de éste, el sacerdote dijo la hermosa frase "puede besar a la novia" y eso fue lo que hizo Dylan. Con rapidez, tomó mi rostro entre sus manos y me besó con urgencia. Fue un momento maravilloso.

La fiesta no demoró en comenzar, y duró hasta altas horas de la noche. Luego de cortar el pastel, Dylan y yo nos despedimos de todos y la limusina nos llevó hacia el aeropuerto. Después de tomarnos el avión, llegamos a nuestra luna de miel: una casa en la playa, que más tarde me enteré que mi esposo la había hecho construir para mí.

-No me esperaba una casa en la playa-Comenté con sinceridad mientras entrábamos.
-¿Qué? ¿No te gusta?-Preguntó algo preocupado.
-Shh... relájate. -Mascullé, quitando su saco. -Es sólo que eres tan exagerado a veces, que me imaginé desde Miami, hasta un safari en África-Comenté y solté una risita. -Pero la casa es perfecta-Susurré besando sus labios.
-Me alegro que te guste, cariño-Masculló sobre mi cuello.
-Te amo O'brien-Susurré débilmente.
-Te amo mucho también, Shaylene de O'brien-Repuso y ambos sonreímos y nos contemplamos el uno al otro durante un largo rato.

Por fin estábamos casados.

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Holaaa! ¿Les gustó el capítulo? :3
Muchas gracias por leer, son las mejores, gracias por su apoyo.
Pero esto no es una despedida, queda un capítulo más :D

Gracias infinitasss!

Frágiles Inexpertos. (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora