El día en que mi reloj retrocedió [Completa✔️✔️]

63. La Pastorela

"El nexo entre el gato y la serpiente es uno.

La cercanía de la lechuza con los seres humanos es otro.

Y los Cuervos también, ellos deben cuidar muy bien las promesas que salen de su boca, porque no pueden romperlas.

¿Quieres saber cuál fue la primer promesa que salió de la boca de un Cuervo, Helena?

Incluso si cada uno de nosotros muere, sobre mi nombre juro que esta será una batalla que los humanos no olvidaran"

—Alondra Calles

Había muchísimas cosas por las cuales estar agradecidos con Dios, al menos eso nos decían las monjas.

Que había que darle las gracias con actos.

Porque al parecer, creeríamos en un Dios al que no le gustaban todos los tipos de "Gracias"

Sí no sacrificabas a tu oveja más grande y más gorda a sus ojos, para mostrarle cuanto lo amabas, eso quería decir que no lo amabas lo suficiente.

Todo mundo dice siempre que no se trata de la cantidad, pero... todos mienten.

La realidad es que siempre ha sido la cantidad; sólo que a nadie le gusta decirlo, porque hay cosas que por más verdad que sean, no suenan tan bien en voz alta.

Aunque todos las sepan.

Las campanadas comenzaron a sonar a lo alto de nuestra torre gótica en miniatura, lo cual significaba una cosa: la última Misa de 7:00 había comenzado.

Con esta, serían 12.

12 Misas de 7:00 para agradecer a los cielos que Damasco se había vuelto a incorporar al plantel: las ovejas con obesidad mórbida dignas de ser un sacrificio, pueden venir en muchas formas.

Mis ojos se deslizaron hasta una de las ventanitas ovaladas de la capilla y no pude evitar observar; Damasco acababa de llegar, y como se había vuelto costumbre en estas últimas semanas y luego de todo lo que había pasado, inmediatamente se veía rodeado de personas, de muchas; como si ahora habitara en una extraña burbuja de cristal que había separado del todo el duelo que pisábamos.

Y con Marina Silva colgada de su brazo, resaltaba mucho más. No lo había notado cuando llevaba el uniforme de enfermera, ni ninguna de las otras veces.

Nunca le puse atención en realidad... pero... ella era preciosa.

Comenzaron a acercarse y volví la mirada hacia él, que la miraba a ella.

Bueno, no hacia ningún daño con mirar.

Después de todo, las ventanitas de la capilla tenían ese tipo de cristal por los que podías observar todo lo que sucede afuera, pero no lo que sucede adentro, como los de las cámaras de Hessel.

Él Llevaba el cabello peinado hacia atrás; haciéndolo ver aun más imponente y resaltando de alguna forma la línea definida de su mandíbula, el blazer del colegio puesto y planchado a la perfección, y la corbata completamente impecable; amarrada con un nudo Pratt.

De alguna forma lo extrañé con su saco mal planchado, las mangas arrugadas y subidas hasta la altura de sus codos y con la corbata hecha una tira colgándole alrededor del cuello; haciéndole completa justicia a sus clavículas marcadas y a su espalda ancha y fuerte, en forma de triángulo invertido.